Oculta al campo de visión de un observador situado en los alrededores de la Tierra por la enorme concentración de estrellas, gas y polvo que forman el bulbo de la Vía Láctea, una gran estructura compuesta por 58 galaxias desconocidas ha sido identificada por un equipo de astrofísicos de Argentina, Brasil y Chile. Dichas galaxias parecen formar parte de un bloque de materia más o menos compacto, situado en una pequeña región del espacio a una distancia aproximada de 2.200 millones de años luz de la Tierra.
La pista de que podría existir esta agrupación galáctica la proporcionaron los datos del sondeo Vista Variables in Vía Láctea (VVV), un proyecto llevado a cabo por el Observatorio Europeo Austral (ESO), con sede en Chile, que mapeó en frecuencias del infrarrojo cercano el área adyacente al bulbo galáctico, donde tiene lugar una intensa formación de estrellas. “Empecé a trabajar con los datos del VVV en 2017 y, desde el principio, noté que había una concentración de objetos en una pequeña área del cielo”, relata la astrofísica argentina Daniela Galdeano, quien realiza su doctorado en la Universidad Nacional de San Juan (Argentina), autora principal del estudio que salió publicado en enero en la revista científica Astronomy & Astrophysics.
Ella y sus colaboradores escogieron cinco objetos dentro de esa región para realizar estudios más detallados y tratar de confirmar si realmente eran galaxias, como sospechaban. Para empezar, se proponían realizar mediciones espectroscópicas en este quinteto de objetos. El método les permite a los astrofísicos medir la emisión y la absorción de distintas longitudes de onda de radiación electromagnética por los cuerpos celestes. Con base en este tipo de datos, infieren sus propiedades, tales como la temperatura, la composición química y la masa.
El primer nombre que se le vino a la cabeza a Galdeano para realizar este estudio complementario fue el de un colega brasileño, el astrofísico Rogério Riffel, de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS), de quien había visto una presentación sobre espectroscopía. La colaboración siguió su marcha y el equipo obtuvo tiempo de observación en el espectrógrafo de uno de los Observatorios Gemini, el del telescopio sur, situado en Chile. Brasil y Argentina son socios del Gemini, junto con Estados Unidos, Canadá y Corea del Sur. “De esa forma pudimos confirmar que esos objetos efectivamente eran galaxias y formaban parte de una estructura mayor”, comenta Riffel, quien también firma el artículo.
Zona de sombra
La agrupación de 58 galaxias se encuentra en un área del cielo denominada zona de sombra o exclusión. Esta región se define a partir del punto de vista de un observador situado en el Sistema Solar, más precisamente en la Tierra, mirando hacia el centro de la Vía Láctea. La visión de lo que hay detrás del bulbo de la galaxia está bloqueada por la gran concentración de estrellas, gas y polvo interestelar presente en esta área. Por lo tanto, partiendo del campo visual de un observador terrestre, todo queda oscurecido por la presencia de la Vía Láctea, especialmente de su bulbo galáctico, y cae dentro de la zona de exclusión, que abarca tanto lo que se encuentra del “otro lado” de la galaxia, aún dentro de los límites de la Vía Láctea, como los cuerpos celestes situados fuera de ella, pero ubicados en esa dirección del campo visual. Entre el 10 % y el 20 % del cielo visto desde la Tierra queda dentro de la zona de sombra.
La luz visible no logra atravesar zonas con abundancia de gases y polvo estelar. Es absorbida y dispersada al toparse con este tipo de materia en su camino. Esto limita su utilización como herramienta de observación en ese medio. “Por ello, la nueva agrupación de galaxias no puede observarse en el rango de la luz visible a través de un telescopio óptico”, explica Riffel. Pero ciertas frecuencias del infrarrojo, como las empleadas por el sondeo VVV, se ven menos afectadas por las altas concentraciones de gas y polvo y pueden ser útiles para la búsqueda de objetos hasta entonces desconocidos en las regiones de exclusión.
Esta no es la primera vez que se localizan galaxias o nuevas estructuras en la zona de sombra. Quizá la más famosa y misteriosa sea el Gran Atractor, una gigantesca concentración de masa, del orden de decenas de miles de galaxias, situada a una distancia de unos 150 millones de años luz de la Tierra. El Gran Atractor, identificado en 1986 (invisible en el campo óptico) funciona como una especie de imán espacial. Su descomunal fuerza gravitacional atrae a la Vía Láctea y a otras galaxias hacia las constelaciones de Hidra y Centauro. “Aunque la agrupación de 58 galaxias no sea tan masiva como el Gran Atractor, su descubrimiento en la zona de sombra es importante para los estudios del Universo local”, dice el astrofísico Roberto Saito, de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC), quien participó en la investigación VVV, pero no es uno de los autores del nuevo trabajo.
Artículo científico
GALDEANO, D. et al. Unveiling a new extragalactic structure hidden by the Milky Way. Astronomy & Astrophysics. v. 669. ene. 2023.