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Política C&T

Diagnóstico precoz

Una empresa de biotecnología crea un test de detección de la muerte súbita de los cítricos

Una forma rápida y precoz de hacer el diagnóstico de la muerte súbita de los cítricos (MSC), esa nueva y misteriosa enfermedad que amenaza a la citricultura paulista y del sur del estado de Minas Gerais y es capaz de acabar en semanas con los naranjos, llegará pronto a los productores. La empresa privada de biotecnología Alellyx, vinculada al grupo nacional Votorantim, ha desarrollado un test que permitiría descubrir si un árbol está infectado con el agente etiológico de la muerte súbita – probablemente una mutación del antiguo virus de la tristeza de los cítricos, una enfermedad que en la década del 40 acabó con el 80% de la citricultura paulista – antes de que los primeros síntomas de la afección se manifiesten.

“Nuestra idea es sellar un acuerdo de prestación de servicios con el sector productor para aplicar el test a una muestra representativa de los naranjales del estado de São Paulo”, dice Fernando Reinach, presidente de Alellyx, quien estima que el costo de un emprendimiento de tal porte ascendería a algunos millones de reales.

Una sopa de virus

Según Reinach, los investigadores de la empresa desarrollaron un nuevo método de secuenciamiento de mezclas de virus. Esto fue importante pues el patógeno de la MSC no parece ser una mera mutación del antiguo virus de la tristeza, sino más bien una “sopa” de diferentes virus mutantes. “Logramos identificar a las mutaciones”, afirma Reinach. En la actualidad, el diagnóstico de la MSC es siempre tardío. Pueden pasar dos años entre el momento del ingreso del patógeno a un árbol y la aparición de síntomas como la pérdida del brillo de las hojas de éste ocasionado por la obstrucción generalizada del sistema de transporte de la sabia elaborada de la copa a las raíces. En ese momento la planta experimenta una reducción de su productividad, y si no se hace nada se enfila hacia la muerte. La MSC ha atacado ya a más de un millón de árboles de naranjas en el sur de Minas Gerais y São Paulo, ocasionándole pérdidas por más de 20 millones de dólares a la citricultura, que solamente en territorio paulista emplea a alrededor de 400 mil personas.

Para el ingeniero agrónomo Marcos Antônio Machado, del Centro de Cítricos Sylvio Moreira, una institución pública con sede en Cordeirópolis, interior paulista, en donde también se investiga al agente etiológico de la muerte súbita y las formas de control de la enfermedad, aún no es posible saber si el test de Alellyx funciona realmente. “No cabe duda de que los investigadores de la empresa son buenos, pero no sabemos en detalle qué es lo que ellos hicieron”, afirma Machado.

La MSC preocupa y moviliza. La Secretaria de Agricultura de São Paulo y la FAPESP estudian formas de cooperación para combatir a la enfermedad. A comienzos de este año se creó una fuerza de tareas para estudiar la etiología de la enfermedad, definir sus características epidemiológicas y desarrollar formas de control. Una de las alternativas consideradas por este equipo de trabajo es reemplazar el portainjerto. No obstante, esta solución podría tener un impacto negativo sobre los costos de producción del cítrico. Al tiempo que se procura acelerar las investigaciones, la FAPESP organiza un encuentro entre investigadores de diversas instituciones implicadas en esta investigación para definir la estructura de acción que sea más eficaz.

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