En octubre, un grupo internacional compuesto por 60 expertos, entre ellos algunos brasileños, publicó la primera edición del Código Latinoamericano y Caribeño contra el Cáncer, elaborado con el apoyo del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (Iarc, por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (Opas). El documento recomienda la adopción de 17 medidas relevantes, acordes con el contexto socioeconómico y cultural de América Latina y el Caribe, a los efectos de reducir la exposición a factores de riesgo consabidamente carcinógenos que pueden evitarse. Algunas de estas recomendaciones son: no fumar ni consumir tabaco de ninguna manera; mantener un peso adecuado para la edad y la estatura; realizar actividades físicas y restringir el tiempo que se pasa sentado; evitar el consumo de bebidas alcohólicas; mantener una dieta sana (que incluya frutas y cereales integrales y evitando el azúcar y los alimentos ultraprocesados), y protegerse del sol, de la contaminación atmosférica y de los agentes carcinógenos en el ambiente laboral. Cada recomendación va acompañada de directrices para que los gobiernos generen las condiciones que permitan a la población protegerse eficazmente de los factores de riesgo. El cáncer ya es la principal causa de muerte en casi la mitad de los 33 países y territorios de la región. La cifra de casos nuevos, que en 2020 ascendió a 1,5 millones, podría llegar a 2,4 millones en 2040 (Cancer Epidemiology, 16 de octubre).
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