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Historia

El arca documental de los años de plomo

Estudios sobre el archivo Deops-SP revelan cómo funcionaba la lógica de la represión en los tiempos de la dictadura

REPRODUCCIÓNA simple vista, para los que no saben del tema, nada parece ser más soporífero que un archivo repleto de documentos antiguos. Pero tal desinterés se convierte rápidamente en debate acalorado si esos archivos guardan la historia de las violaciones a los derechos humanos y la represión de la dictadura militar. Sucede que en muchas instituciones, los mismos se encuentran guardados bajo siete llaves para su acceso por parte de la sociedad civil, pese al Interés en su contenido y al tiempo transcurrido. Basta con ver la expectativa generada por la ratificación en el Senado, luego de su reciente aprobación en Diputados, de la nueva ley de derecho al acceso a las informaciones públicas, que incluye a los archivos de la represión, ideada para reducir los plazos de secreto de documentos e informaciones bajo custodia del poder público y estipular procedimientos para el acceso a dichos datos, poniendo fin al secreto eterno fijado anteriormente. De aprobárselo, el nuevo texto establece que pueden catalogarse documentos como ultrasecretos durante un período máximo de 25 años con una sola renovación posible. Afortunadamente algunas luces como éstas iluminan nuestro laberinto de los archivos de la represión, que son también archivos símbolos de la resistencia. Estos documentos permitirán seguramente reconstituir y reevaluar las circunstancias en que ocurrieron las violaciones a los derechos humanos, identificar a los agentes de la represión y recuperar en las entrelíneas los vestigios dejados por los torturadores. Pero es necesario que los archivos no queden prisioneros en el engranaje jurídico y salgan a la luz en todo Brasil para su estudio, explica la historiadora y docente de la Universidad de São Paulo (USP) Maria Luiza Tucci Carneiro, coordinadora del proyecto temático que cuenta con apoyo de la FAPESP intitulado Los archivos de la represión y la resistencia: historia y memoria. Relevamiento y análisis de la documentación del Deops, en el cual participan nueve profesores doctores, además del equipo de becarios, cuya misión es internarse en los meandros de la represión policial entre 1955 y 1983, con relieve para el período de la dictadura militar. Los familiares de los muertos y desaparecidos y el pueblo brasileño en su totalidad tienen derecho a la información, a la verdad y a la memoria. Esta cuestión no es algo en que se haya dado vuelta la hoja de la historia, ni mucho menos una referencia histórica, pues todavía es un hecho vivo, todavía es historia en movimiento, dice la investigadora. El temático da continuidad a otro anterior, de 1999, también apoyado por la FAPESP, que originó el Proin (Proyecto Integrado Archivo del Estado-Universidad de São Paulo) y resultó en la organización de la documentación del período 1924-1954.

Además de la apertura de los archivos, su análisis a cargo de investigadores es fundamental para que la nueva ley del secreto de informaciones no sea letra muerta jurídica. Cuando los documentos son liberados, se depende todavía de investigaciones sistemáticas abocadas a detectar las violaciones a los derechos humanos perpetradas por el Estado. La localización de documentos que comprueben las prisiones arbitrarias, las torturas y los asesinatos no es tarea fácil. Pero por suerte existe un orden por procedencia y fecha que, al cruzárselo con los testimonios orales, puede llevarnos a los que ordenaron los crímenes. Debemos aprender a leer en las entrelíneas, en busca de indicios y señales, analiza Maria Luiza. Así, por ejemplo, si alguien que era del movimiento estudiantil de resistencia a la dictadura fue detenido junto con el periodista Vladimir Herzog durante la dictadura, puede tener su prontuario de prisión catalogado, según la lógica militar, en movimiento estudiantil, y no entre otros tantos prontuarios de detenciones de aquel día, lo que dificulta bastante que la familia localice los datos del desaparecido político. De allí la importancia y la necesidad de digitalizar todo el archivo, para tener acceso a su totalidad y cruzar datos e informaciones que lleven al paradero de un nombre en la multitud. En el caso de ese estudiante ficticio, por ejemplo, su prontuario puede haber sido vaciado y la parte referente a su detención haber ido a parar en otros dossieres temáticos, algo que, según creo, puede haber sido una estrategia policial para dispersar las informaciones y dificultar el acceso, a propósito, afirma la investigadora.

REPRODUCCIÓNEl resultado es un nuevo cuadro de lo que fue la lógica de la represión. Los informes de pesquisas y las fichas de investigación que componen esos expedientes documentan décadas de violencia y terrorismo de Estado. La primera sensación que tenemos es que la sociedad brasileña fue durante décadas escrutada, invadida en su cotidiano, violada. La dictadura militar no fue tan blanda como algunos quieren hacer creer. Según ella, existía el gran ojo del Deops [el Departamento Estadual de Orden Político y Social] sobre São Paulo. Al mismo tiempo, para un historiador, esa invasión no deja de ser una dádiva a contrapelo, pues reúne una documentación minuciosa sobre todos las formas de resistencia, y llega incluso a los grupos anónimos que fueron ocupando las calles. Ellos confiscaban archivos y la vida de los ciudadanos para probar que había subversión, y así crearon, para la posteridad, archivos de lo que fue la resistencia surgida a partir de esa represión. De allí el nombre de nuestro proyecto temático, explica. En los diversos dossieres sobre la USP, que llegan a sumar 151 tomos, por ejemplo, hay datos precisos sobre las clases de profesores tenidos como sospechosos, como Florestan Fernandes, e incluso la bibliografía sugerida que podía llegar a adjuntarse al expediente en forma de libro. Tenemos una mezcla de la historia de la vigilancia con la historia del impreso revolucionario y la historia de la lectura. Actualmente se puede saber qué leía un obrero, pues al invadir su casa, sus libros y sus escritos, los mismos le eran confiscados y adjuntados a los dossieres. Hay incluso casos hermosos de manuscritos de poemas y novelas inéditas, todo robado por la policía y que ahora puede salir nuevamente a la luz.  Con la represión se recupera la historia de la represión. Era la obsesión por la vigilancia.

Persecutorio
Esa obsesión como forma de prevenir la actuación subversiva acababa generando una lógica de la sospecha o un ethos persecutorio. Los miles de agentes involucrados, empleados públicos o delatores cooptados, eran regidos por esa lógica, y al incorporarla, acababan produciendo un fenómeno típico de los regímenes autoritarios: más importante que la producción de la información en sí misma era la producción de la sospecha, analiza el historiador Marcos Napolitano, de la Universidad Federal de Paraná, que trabaja sobre los archivos del Deops para su investigación intitulada Políticas culturales y resistencia democrática en Brasil en los años 1970, que cuenta con apoyo del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq). Estos conjuntos de documentos tenían la clara función de operar como piezas acusatorias, en eventuales juicios o castigos más claramente dirigidos, listos para su accionamiento en cualquier momento. Además de registrar palabras y actitudes, los textos revelan las inferencias de los agentes, en el sentido de apuntar la existencia de una conspiración perpetua, orquestada por grupos políticos subversivos. Una simple observación, contenida en un registro sobre las actividades del sospechoso, podría destacarse en futuros informes producidos por los órganos, en una técnica de reiteración creciente que agravaba el grado de sospecha sobre los vigiados. Algo que podría suceder en ocasiones en el lapso de algunos días. En un interrogatorio de un alumno sobre el profesor Warvick Estevam Kerr, genetista y ex director científico de la FAPESP, escrito de la forma más obtusa por el escribiente, existe un cambio notable ante el terror. Que ignora si el profesor Warckis Kerr de la Facultad de Ribeirão Preto es de izquierda, el día 22 de junio de 1971; Sus contactos con el profesor Warvick Koer, de la cátedra de genética de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto, eran de carácter estrictamente funcional. El declarante desconoce la ideología política del citado profesor, el día 23 de junio; Que cree que el profesor es realmente un elemento activo en la política de izquierda; que espera al terminar de responder a las acusaciones que ahora se le imputan continuar su carrera de medicina y nunca más meterse en política, el día 25 de junio de dicho año.

REPRODUCCIÓNEl control del ciudadano es realizado por el Estado, y apunta a lograr la adhesión del ciudadano al régimen político mediante de la represión y la censura. Mediante la geopolítica del control, el Estado apunta a inhibir los actos de protesta y las rebeliones populares, apoyado en una legislación específica. En dicho contexto, la domesticación de las masas depende de la vigilancia sistemática de la aplicación legal del concepto de delito político y del control de la información, acciones que implican la privación progresiva de la ciudadanía, explica Maria Luiza. Para vigilar al ciudadano, es necesario acumular en los archivos el máximo de informaciones, registros obtenidos por investigadores entrenados para detectar sospechosos y delincuentes políticos que se infiltraban en  los grupos tenidos como subversivos y los observaban. Las informaciones, sigue la investigadora, se iban acumulando de manera tal de dar apoyo a la acusación, casi siempre arbitraria, de delito político. Al fin y al cabo, lo paradójico en las acciones de los Estados, hasta las más secretas o realizadas en períodos de excepción, es que son registradas, debido a la dinámica burocrática. Cabe recordar que el delito político es un delito de ideas, y para probárselo, el mismo debe materializarse mediante pruebas confiscadas a los acusados. Estas pruebas se adjuntaban a los prontuarios nominales o institucionales que servían para la construcción de la querella. La detención del grupo Ala Roja en la localidad de Embu-Guaçu confirma una vez más la participación de estudiantes en el proceso subversivo-terrorista en curso en São Paulo. Los jóvenes secundarios y universitarios están siendo trabajados intensamente por las organizaciones subversivas, y muchos de ellos, sin preparación y sin la guía de sus padres y maestros, están adhiriendo, engrosando las filas de las referidas organizaciones, afirmaba un Informe Especial de Informaciones de 1969.

El discurso del orden asume un tono acusatorio al apuntar hacia el enemigo cuya imagen negativa se construye con base en pruebas recabadas en los espacios de la sedición (de allí los autos de allanamiento y los informes de pesquisas). En esos casos, la que construye la parte de la historia oficial y la verdad aparente es la autoridad policial que, con base en la observación y en la materialización del delito (pruebas concretas), interfiere en la realidad. Estas pruebas, al ser juzgadas por las instancias superiores y propagadas en la gran prensa mediante noticias preparadas por la Agencia Nacional, se transforman en consenso y legitiman la represión, evalúa Maria Luiza. Pero no siempre los agentes tenían éxito. Creemos que el declarante no tiene el más mínimo conocimiento político-partidario, y desconoce incluso qué significa AP (Acción Popular). De la misma manera, reveló desconocer cuáles son las actividades de una organización terrorista. Lo invitaron a trabajar contra la dictadura, término éste que no sabe qué significa a ciencia cierta: cree que se trata de un gobierno que manda a través de un presidente que el pueblo pretende derribar. Se concluye que el declarante revela un bajo nivel intelectual y una completa ignorancia sobre temas políticos e ideológicos, afirmaba un interrogatorio preliminar. En otro, el prisionero declaró que reconoce haber actuado como un imbécil al guardar el material explosivo sin saber de qué se trataba. Que no es miembro de ninguna organización clandestina y que desconoce nombres de guerra, siendo que Ló es el apodo familiar de su amigo. Que fue totalmente engañado por su amigo y que no tiene tiempo para pensar en política ni tiene ningún libro de ideología comunista en su domicilio.

REPRODUCCIÓNEstos interrogatorios reflejan la tentativa de imponer un determinado orden del discurso en el cual los valores y los principios del gobierno militar eran reafirmados en detrimento de las concepciones políticas de los interrogados, sostiene la historiadora Mariana Joffily, autora de la tesis doctoral intitulada En el centro del engranaje, dirigida por Maria Aparecida de Aquino y defendida en 2008 en la USP. El declarante es un cínico y un mentiroso: omite detalles de su participación en el POC, no esclarece acerca de elementos que actualmente militan y sólo suelta sobre ex militantes y personas que se han fugado del país, decía un interrogatorio. El declarante es frío y calculador, y se limita a dar declaraciones de los hechos que ocurrieron estrictamente con su persona, negándose terminantemente a mencionar los nombres de las personas que militaron con él en la organización. Hizo una apología de la Revolución Armada, refiriéndose a las autoridades del país como gorilones, milicos, seuda (sic) Revolución, etc.. Otros registros del Deops pueden incluso causar una incontenible risa, como la carta enviada al en ese entonces gobernador de São Paulo, Paulo Egydio Martins, en razón de un concierto realizado en el Gimnasio del Parque Ibirapuera, con el auspicio de la administración estadual, en el cual la cantora Mercedes Sosa cantó el tema Somos todos hermanos, lo que permitió que público gritase consignas contra la dictadura. ¿Cómo puede haber ocurrido eso en un show organizado por el propio Estado, le pregunta en la carta el jefe del SNI al gobernador.

Secreto
Otras no son tan cómicas. En 1969, el entonces rector de la USP envió al Deops la nómina de personal aprobado en concurso con la observación de que ante la creciente anormalidad en los medios universitarios, se le solicitó al rector que todos los concursados pasen por una admisión en este departamento en carácter urgente y secreto. De la lista, 19 de los aprobados tuvieron algún reparo del Deops por figurar mencionados en algún tipo de investigación en curso registrada en los archivos. Existe efectivamente la preocupación por la infiltración comunista registrada en los archivos del Deops con relación a la escola de samba Vai Vai, ya que ésta empezaba a recibir visitas de elementos de izquierda, tales como Ruth Escobar y Ricardo Zaratini. Y hasta figuras hoy presidenciables no escaparon del rigor del Deops, y están registrados en los archivos. Es una de las cabezas de la revolución comunista. Ha sido un gran agitador y ha causado problemas desde que era presidente de la UNE. Es un experimentado adoctrinador de la ideología marxista: dicta normas de conducta a todas las organizaciones estudiantiles, dice el prontuario de José Serra. Ya está presa, afirma una nota escrita con lápiz sobre la ficha de Dilma Rousseff en los archivos, enviada a los Deops estaduales.

El archivo Deops-SP, al cual se aboca el temático, es una gran excepción, merced a la postura del gobierno paulista, que en 1994 habilitó totalmente para consulta los documentos de fondo bajo custodia del Archivo del Estado. El régimen militar, a través de los llamados gobernadores biónicos [nota del traductor: elegidos a dedo] en fin de mandato, extinguió el Deops paulista y el carioca y trasladó sus archivos a las dependencias de la Policía Federal. En otros estados hubo una ocultación o se procedió a la destrucción de los archivos, como en Minas Gerais, donde la policía alega haber incinerado la documentación original del Deops. En 1991 se inició el proceso de traslado de la documentación de la policía política a los Archivos Públicos, la primera etapa en el camino hacia el franqueamiento de estos documentos al público, comenta el historiador Rodrigo Patto Sá Motta, docente de la Universidad Federal de Minas Gerais y autor de Em guarda contra o peligro vermelho (Editora Perspectiva). En la región sur, solamente en el estado de Paraná los documentos del Deops fueron reunidos en su totalidad. En Santa Catarina, el Archivo Público desconoce la localización de la documentación, y en Río Grande do Sul solamente parte del archivo fue recuperada. La mejor situación se detecta en el sudeste, pues en sus cuatro estados los documentos se encuentran en los respectivos archivos, afirma. En el centro-oeste, el único archivo Deops abierto a consulta es el de Goiás, bajo la custodia de la Biblioteca Central de la Universidad Federal de Goiás. En la región nordeste están en los respectivos Archivos Públicos los documentos de los Deops de Pernambuco, Ceará, Río Grande do Norte y Sergipe. En Bahía y en Paraíba, los Archivos Públicos desconocen el paradero de los documentos. En 11 estados de la federación, de un total de 20, los archivos Deops han sido recuperados y preservados. Pero lo logrado hasta ahora no es satisfactorio.

REPRODUCCIÓNEl acceso a esa documentación debe formar parte de un proceso más amplio de reparación, verdad y justicia. Pero ése no es un conjunto de documentos que cualquier ciudadano esté en condiciones de interpretar como documentos de un museo. Es un conjunto que debe ser intermediado por investigadores y docentes. El blanco de nuestras políticas de divulgación es éste y debe contar con financiamiento público para el desarrollo de investigaciones y productos académicos. Me parece que es la mejor manera de asegurar la capilaridad de esta materia en la sociedad, explica Rodolfo Peres Rodrigues, responsable del archivo Deops de Goiás, bajo custodia de la Universidad Federal de Goiás en el Centro de Información, Documentación y Archivo. El acceso a tales documentos representa la ampliación de la ciudadanía, ya que les da a las personas que tanto sufrieron la represión la posibilidad de hacer valer sus derechos. Asimismo, es importante que el período militar pueda ser revisitado en sus pormenores institucionales, registrados en la actuación de la policía política en Minas Gerais. La difusión del material significó la apertura de nuevos campos de investigación, dada la dificultad para de obtención de fuentes que no habían pasado por el filtro de la censura durante el período. Pese a ello, existe la posibilidad de que los microfilmes que recibimos sean solamente parte de los documentos del Deops-MG y que la policía pueda haber retenido una parte sustancial de los archivos, afirma Maria Eugênia Lage, superintendente del Archivo Público de Minas Gerais.

El Archivo Público del Estado de Río de Janeiro trabaja con la colección más completa de prensa alternativa desde 1960 y es dirigido por la historiadora Beatriz Kushnir. No basta con que los historiadores investiguen sobre los archivos: las informaciones deben llegar hasta los estudiantes secundarios a través de los docentes de la primaria y de la secundaria. Éstos desconocen esta documentación. Debemos zanjar esa distancia. De allí la importancia real de abrir de una vez los archivos del aparato del Estado, que debe devolverle a la sociedad civil lo que se sacó a las personas, afirma Beatriz.

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