SILVIA REGINA DE MENEZES PEDROLa ciencia y el arte se reunieron durante 48 años en la discreta figura de João Maria Franco de Camargo. Amigos, colegas investigadores y alumnos no saben qué sobresalía más: si los dibujos que surgían de su pumilla con la naturalidad de quien escribe una notita o el interés y el cuidado con que recolectaba y nombraba abejas, su objeto de estudio. Camargo creó una de las mejores y mayores colecciones de Meliponini neotropicales (las abejas sin aguijón), grupo en el cual era experto, y describió tres nuevos géneros y 86 especies, en colaboración con otros científicos o solo. Camargo murió en septiembre como consecuencia de un cáncer de pulmón, a los 68 años, en la localidad paulista de Ribeirão Preto, donde trabajaba en el Departamento de Biología de la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de la Universidad de São Paulo (FFCLRP/ USP).
El profesor João Camargo fue el naturalista más importante de Brasil en nuestra área en el siglo XX, afirma la bióloga Vera Lúcia Imperatriz Fonseca, investigadora del Instituto de Estudios Avanzados de la USP y coordinadora de un proyecto temático financiado por la FAPESP sobre las abejas Meliponini. Dicha cualidad era reconocida por los científicos que conocieron su trabajo.Ayudó a ubicar a Ribeirão Preto en la vanguardia mundial en lo que hace al estudio e identificación de las abejas, especialmente las sin aguijón. Allí estudiantes y colegas pueden ir en busca de ayuda en sus investigaciones sobre las mismas, escribió uno de los grandes expertos en el tema, Charles Michener, profesor emérito de la Universidad de Kansas, Estados Unidos, en correspondencia a João Atílio Jorge y Carlos Alberto Garófalo, de la USP, cuando se enteró de la muerte de Camargo.
Estos elogios adquieren otro sabor cuando se conoce la carrera de este entomólogo nacido en Anhembí, interior paulista. En 1961, Warwick Estevam Kerr, por entonces profesor de genética de la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de Río Claro, llamó a concurso para contratar a un dibujante para el departamento.Los dibujantes son importantes para la biología, porque la fotografía no resuelve todo, dice Kerr, de 87 años, el primer director científico de la FAPESP (1962-1964), quien actualmente trabaja como profesor colaborador de la Universidad Federal de Uberlândia. Camargo hizo el concurso a los 20 años y obtuvo el primer lugar al dibujar una Melipona cuadrifasciata (conocida comomandaçaia).
El dibujante se abocó por entero al estudio de las abejas y empezó a ilustrar los trabajos de los investigadores de Río Claro, y posteriormente, de Ribeirão Preto, adonde fue en 1965, cuando Kerr se trasladó a la USP.Los dibujos mejoraban tanto mis propios artículos que en varias oportunidades tuve que ponerlo como coautor, para ser justo, testifica el genetista.Fue especialmente importante en una época en que no era fácil sacar fotografías en el microscopio, comenta Carminda da Cruz Landim, docente titular de la Universidad Estadual Paulista (Unesp) de Río Claro.
Gracias al espacio que abrió Kerr, João Camargo empezó a erigir una colección de abejas, con motivo de su primera expedición a la región de Manaos. Fueron los especímenes recolectados allí, identificados por el cura Jesus Santiago Moureconocido como un excepcional taxonomista, que constituyeron el embrión de la actual colección con sede en Ribeirão Preto.
Las expediciones por todo el país, la colección de abejas y la publicación de trabajos como investigador colaborador hicieron de Camargo un científico respetado, pero sin título académico. Así y todo, en 1975 lo admitieron para cursar su maestría en entomología en la Universidad Federal de Paraná (UFPR) bajo la dirección del cura Moure. A la sazón se formó una comisión que juzgó su currículum y le otorgó el título de graduado en ciencias biológicas por equivalencia universitaria. Contratado como técnico sin haber cursado la carrera de grado, Camargo se convirtió en máster (1978) y en doctor (1991). Posteriormente, en 1996, entró como docente en la FFCLRP/ USP por concurso.
Los dibujos de João Camargo ilustraron tapas y páginas de numerosos libros en ediciones nacionales e internacionales. En 1972 presentó el Manual de apicultura (Editora Agronômica Ceres), como organizador. Dirigió ocho maestrías, ocho doctorados y dos posdoctorados, y fue profesor visitante de la Universidad Federal de Maranhão.
Su colaboradora más constante fue Silvia Regina de Menezes Pedro, a quien dirigió en su doctorado y con quien trabajó durante los últimos 21 años en la USP de Ribeirão Preto. Silvia es actualmente la persona que más conoce la Colección Camargo.El archivo se fue ampliando durante los viajes y las grandes expediciones de colecta que él organizó, financiados principalmente por la FAPESP y el CNPq en Brasil y en el exterior, con la colaboración de algunos investigadores, técnicos y ex dirigidos, y esto sumado al intercambio con museos y con otros científicos, comenta. Se estima que haya un total 250 mil especímenes de abejas en la colección. De ellas, 150 son de Meliponini neotropicales, las abejas sin aguijón, especialmente de la Amazonia.Se trata de una colección única en el mundo, que incluye 800 piezas de nidos.
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