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Agronomía

El café del bosque

Diez nuevos cultivares de la especie Coffea canephora poseen potencial como para triplicar la productividad de los cafetales en la región amazónica

Detalle de una planta de café sembrada con uno de los cultivares lanzados por la estatal brasileña Embrapa

Renata Silva

Un nuevo capítulo en la historia del café en la Amazonia puede estar abriéndose este año, con el lanzamiento por parte de la estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) de los 10 primeros cultivares híbridos de la especie Coffea canephora, con potencial como para al menos triplicar la producción promedio del cultivo. Un cultivar es el resultado de un mejoramiento genético y solo puede reconocerse como tal después de la demostración de que difiere, fenotípica y genéticamente, de otros cultivares existentes. Una variedad es una variación de la planta de la cual desciende, pero que no ha sido sometida a una selección. Estos cultivares híbridos resultan del cruzamiento de dos variedades diferentes, en este caso, los cafetos robusta y conilon, pertenecientes a la especie C. canephora.

Lo novedoso de ese lanzamiento, según el investigador Alexsandro Teixeira, de la Embrapa Rondônia, consiste en que los cultivares se han creado a partir de la caracterización individualizada de diferentes clones (copias genéticas de determinadas plantas, en este caso obtenidas por multiplicación vegetativa), lo cual es inédito en el cultivo del café amazónico. Esto significa que cada cultivar tiene características específicas asociadas a la productividad, calidad de la bebida y resistencia a enfermedades, entre otras. Normalmente, los cultivares de Coffea canephora se forman a partir de más de un clon.

A diferencia de la planta de cafeto arábigo (Coffea arabica), común en los cultivos de la región sudeste, que se autofecunda, las de la especie canéfora tienen fecundación cruzada, es decir, son autoincompatibles. Para producir los granos necesitan dos plantas diferentes y compatibles, que se proveen el polen mutuamente. De este modo, al presentar características seleccionadas para el clima amazónico, los 10 cultivares pueden combinarse de acuerdo con su compatibilidad y cruzarse entre sí, potenciando su cultivo en la región, con una mayor producción de granos.

La caracterización individual de los 10 cultivares clonales permite que el caficultor sepa cuáles deben combinarse en el cultivo (antes esa combinación era aleatoria). Entre los nuevos cultivares, que se lanzaron tras 15 años de investigación con el apoyo del Consorcio Investigación Café y recibieron el nombre de Robustos Amazónicos, hay tres grupos de compatibilidad. Con el fin de obtener cultivos más eficientes, se recomienda la siembra conjunta de los plantines de seis clones, dos de cada grupo.

Una mayor productividad
Rondônia es el quinto estado en producción de café en Brasil, y tiene una extensión plantada con la especie Coffea canephora estimada en 72 mil hectáreas, con una producción de dos millones de sacas al año. Mientras que la variedad conilon tiene como característica que es compacta, con plantas más pequeñas y resistentes a la sequía, la robusta es más tolerante a las enfermedades y produce una bebida de mejor calidad. Por factores históricos, en Rondônia hubo muchos cruces de plantas conilon con robusta, lo que resultó en cultivares híbridos. “Lo que hicimos fue direccionar el mejoramiento para explotar más esa hibridación”, detalla Teixeira. “Embrapa tomó el material más productivo de conilon y de robusta y concretó el cruce entre ellos dentro del campo experimental.”

De acuerdo con el agrónomo, los 10 nuevos cultivares, ya registrados en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento y disponibles en viveros acreditados, pueden alcanzar una productividad de 80 sacas por hectárea (ha); con irrigación, superan los 100 sacos/ha. Actualmente, el promedio de ese estado brasileño gira alrededor de los 30 sacos /ha.

“Todas las propiedades que he visitado en Cacoal, ya con los nuevos cultivares, estaban irrigadas y producían un promedio de 110 sacas por hectárea”, enfatiza Marco Antônio Campos, vicepresidente de Administración y Finanzas de la Asociación Brasileña de la Industria de Café (Abic). “Ellos han logrado una productividad elevada, con un costo bajo”, afirma. “además, el producto tiene una calidad sorprendente”.

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