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Ambiente

El calentamiento global provoca la proliferación de las trufas negras en el Reino Unido

Trufas negras de Périgord (Tuber melanosporum), que tendrían una mayor capacidad de adaptación a nuevos hábitats

Varaine/ Wikipedia

Las trufas negras de Périgord (Tuber melanosporum), oriundas de esa comarca en el sur de Francia y halladas mayoritariamente en regiones de clima mediterráneo son uno de los ingredientes más caros de la alta gastronomía y recientemente se las cosechó por primera vez en el Reino Unido (Climate Change, 2 de noviembre). Luego de nueve años de espera, las trufas de esa especie, cuyo precio por kilogramo ronda los 7 mil reales en el mercado internacional, fueron halladas en marzo de 2017 entre las raíces de un roble en Monmouthshire, un antiguo condado del país de Gales. Fueron descubiertas por una perra llamada Bella, adiestrada para esa tarea. Las trufas son hongos subterráneos comestibles que crecen espontáneamente o bien pueden cultivarse en el entorno de árboles, a semejanza de lo que ahora sucedió en suelo británico como resultado de un programa coordinado por la empresa Mycorrhizal Systems (MSL) que cuenta con el apoyo de la Universidad de Cambridge y de productores locales. Los análisis microscópicos y genéticos confirmaron que, de hecho, se trataba del manjar  de Périgord, el segundo tipo de trufa más apreciado, tan sólo detrás de la trufa blanca del norte de Italia (Tuber magnatum). Los investigadores de la Universidad de Cambridge atribuyeron el éxito del cultivo de la trufa negra en tierras británicas a su capacidad de adaptarse a nuevos hábitats y a los cambios climáticos, que han elevado las temperaturas en algunos sectores del Reino Unido. El calentamiento de las islas británicas también ha impulsado la producción de vinos espumantes en los condados de Kent y Sussex, en el sur de Inglaterra, que poseen un suelo calcáreo similar al de la región francesa de Champagne.

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