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Literatura

El redescubrimiento de Machado de Assis

En el marco de los 180 años de su nacimiento, una investigación pone en evidencia cómo el novelista brasileño pasó de ser un escritor desplazado a erigirse como un autor central para la tradición literaria del país

Archivo Nacional/ Fundo Correio da Manhã El novelista, en 1904Archivo Nacional/ Fundo Correio da Manhã

Todo poeta que se transforma en un clásico, inicialmente fue considerado fuente de extrañeza y singularidad, sostiene el crítico estadounidense Harold Bloom en su célebre libro intitulado The Anxiety of Influence: A Theory of Poetry, de 1973. Machado de Assis (1839-1908), quien también fue poeta, parece encuadrarse perfectamente en esa definición. Hoy en día considerado una figura central dentro de la literatura brasileña, el autor carioca vio su talento inmediatamente reconocido por sus contemporáneos, quienes, sin embargo, lo clasificaron como un caso único, desplazado del contexto literario local. En un estudio en que analizó el proceso de aceptación de la obra del escritor, Hélio de Seixas Guimarães, de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo (FFLCH-USP), determinó de qué manera, recién a partir de la década de 1950, Machado de Assis fue incorporado a la tradición moderna por escritores y críticos.

De Seixas Guimarães explica que, entre mediados del siglo XIX y el comienzo del siglo XX, se valoraba a los escritores brasileños que introducían aquello que se denominaba “color local” en sus trabajos, tanto como autores realistas y naturalistas, empeñados en tratar de manera directa la situación social, económica y política del país. En ese sentido, Machado de Assis no se alineaba con sus contemporáneos, según analiza De Seixas Guimarães, “ya que aludía a todo eso, pero de otra manera, casi siempre más profunda y sutil”. “Los críticos de la época afirmaban que era un escritor dedicado a analizar lo que ocurre en el interior de los personajes, dejando de lado, por ejemplo, las descripciones de la naturaleza y de las costumbres, tal como era usual en otros escritores del período”, argumenta. Críticos pioneros, tales como Silvio Romero (1851-1914), José Veríssimo (1857-1916) y Araripe Júnior (1848-1911) sostenían que a Machado de Assis había que analizarlo como un caso aislado de la literatura local y, a causa del humor presente en sus novelas, se asemejaba más a la tradición británica. “En sus historias de la literatura brasileña, Romero citó a Machado de Assis en notas al pie de página, a la par que Veríssimo se ocupó de su obra en un capítulo aislado, situado al margen de los estudios sobre otros autores del mismo período”, relata el investigador.

El reconocimiento del talento de Machado de Assis, sumado a la dificultad de incluirlo dentro de las características que signaron la literatura brasileña en los primeros años del siglo XX, estuvo aliado a la idea de que era un escritor académico, en sintonía con los valores tradicionales y escasamente preocupado por reflexionar al respecto de la identidad nacional. También por ese motivo, autores modernistas, tales como Mário de Andrade (1893-1945), Carlos Drummond de Andrade (1902-1987) y Monteiro Lobato (1882-1948), desarrollaron análisis ambivalentes sobre su obra. “Para ellos, Machado de Assis era una figura difícil de digerir. Mário de Andrade, por ejemplo, declaró que lo admiraba, empero, sin llegar a quererlo”, relata el investigador. Tal como recuerda la crítica literaria Ieda Lebensztayn, los escritores modernistas procuraban abrir nuevos caminos para la literatura nacional, posicionándose contra las tendencias precedentes. En ese contexto, Machado de Assis, fundador de la Academia Brasileña de Letras (ABL) en 1897, era considerado una influencia negativa, en tanto y en cuanto no combatía a los movimientos anteriores, “habiendo vivido como un empleado burgués cómodo”, según los dichos de Mário de Andrade, quien “mostró sus reservas ante el hecho de que Machado de Assis no asumiera su origen mestizo y prefiriera darse aires de inglés. Al mismo tiempo, admiraba su dedicación al arte y su potencial crítico”, resalta Lebensztayn.

En tanto, Monteiro Lobato, según la crítica y estudiosa de la literatura brasileña, al analizar las derivaciones artísticas de la trayectoria social de Machado de Assis, sostenía que su origen humilde y el proceso de ascensión social le granjearon la intuición perfecta al respecto de cómo escribir acerca de la estratificación social del país. No obstante, al mismo tiempo, en la vida práctica también lo impulsaron a cultivar su propio espíritu gregario, habiéndolo impulsado, por ejemplo, a fundar la ABL, un espacio restringido a una elite intelectual. Lebensztayn es coorganizadora junto a De Seixas Guimarães, del libro que recopila las reacciones de 34 escritores ante la obra y la figura de Machado de Assis entre 1908 y 1939. “Cada novelista encuentra en él un modelo con elementos en los cuales verse reflejado o bien distanciarse, para la construcción de sus propias identidades”, explica la investigadora.

Academia Brasileña de Letras El féretro con el cuerpo de Machado de Assis sale de la Academia Brasileña de Letras cargado por escritores, en 1908Academia Brasileña de Letras

También sobre los escritores modernistas, De Seixas Guimarães relata que Drummond constituye un ejemplo que evidencia el desarrollo de la relación de esos autores con Machado De Seixas. “Recopilé los textos en los cuales el poeta, al cabo de seis décadas, lidia con la figura un tanto molesta de Machado De Seixas, a quien aborrecía en su juventud, pero que pasó a amar sin reparos en su madurez”, relata el investigador, quien estudia específicamente el caso del poeta de Minas Gerais en el libro intitulado Amor nenhum dispensa uma gota de ácido – Escritos de Carlos Drummond de Andrade sobre Machado de Assis (editorial Três Estrelas, 2019). En ese sentido, recuerda que en 1958 Drummond le dedica a su antecesor el poema “Para un brujo, con amor”, al cual se lo considera uno de los homenajes más significativos de un escritor a otro dentro de la literatura brasileña. “Al escribir ese poema, Drummond parece incorporar plenamente a Machado de Assis en su propia poesía”, dice.

Hacia el final de la década 1950, el poeta también encabezó una campaña contra el proyecto de la ABL de erigir un mausoleo, en donde se depositarían los retos mortales de Machado de Assis, hasta entonces enterrados en un cementerio en Río de Janeiro. “Drummond alegaba que eso representaría una especie de retorno a aquel lugar antiguo que Machado de Assis había ocupado en las décadas posteriores a su muerte, cuando lo asociaban a un escritor académico y extraño con respecto al ambiente literario local”, resalta.

En el certificado de defunción, se consigna que el novelista era blanco

La labor en periódicos
Como parte de ese proceso de revisión de su trayectoria literaria, también emergen nuevas facetas de Machado de Assis a partir del análisis de textos que fueron considerados de menor importancia hasta mediados de la década de 2000. En ese sentido y en dos obras publicadas en el mes de septiembre como resultado de su investigación denominada: La colaboración de Machado de Assis en la revista Semana Ilustrada, Silvia Maria Azevedo, de la Facultad de Ciencias y Letras de la Universidade Estadual Paulista (FCL-Unesp), campus de Assis, recopiló e identificó la autoría de crónicas publicadas por él en la revista entre 1869 y 1876, bajo el seudónimo “Dr. Semana”. “Hasta ese entonces, se creía que Dr. Semana era un seudónimo colectivo y solamente algunos textos habían sido atribuidos a Machado de Assis. A diferencia de esa interpretación, pude constatar que todo el conjunto es de su autoría”, informa.

De acuerdo con Azevedo, la identificación fue posible a partir del análisis de los recursos estilísticos empleados por Machado de Assis, también presentes en las crónicas del Dr. Semana. Una de ellas, la “crítica al revés”, por medio de la cual el autor elogiaba ciertas referencias literarias consideradas de baja calidad. “Esa práctica de decirlo por el envés, valiéndose de un tono irónico, es propia de Machado de Assis”, refiere, mencionando las citas frecuentes a los dramaturgos William Shakespeare (1564-1616) y Jean-Baptiste Poquelin –Molière– (1622-1673), como algunos de los otros elementos que permiten comprobar la autoría de las crónicas. En sintonía con los análisis propuestos por De Seixas Guimarães, Azevedo señala que las crónicas revelan el compromiso de Machado de Assis con los temas de su época. “Ellas denotan que las críticas de sus contemporáneos al respecto de sus supuesta indiferencia hacia la realidad política y social de Brasil eran infundadas”, sostiene.

Lúcia Granja, del Instituto de Biociencias, Letras y Ciencias Exactas (Ibilce) de la Unesp, en su campus de São José do Rio Preto, afirma que los temas abordados por el escritor en las crónicas publicadas en periódicos, más tarde fueron recreadas en sus obras de ficción. Como resultado de su tesis de libre docencia, Granja editó el año pasado Machado de Assis – Antes do livro, o jornal: Suporte, mídia e ficção [Machado de Assis – Antes del libro, el periódico: Soporte, medios y ficción], obra en la cual analiza la conexión entre los textos publicados en periódicos y la ficción machadiana. “La revaloración de géneros que quedaron opacados por las novelas revela aspectos desconocidos de su trayectoria como escritor. Cinco de sus nueve novelas salieron publicadas en formato seriado en periódicos antes de que se editaran en libros, al igual que casi todos sus aproximadamente 200 cuentos”, dice.

Archivo personal/ Hélio Guimarães El correo oficial de Brasil emitió un sello postal en homenaje al escritor en 1958Archivo personal/ Hélio Guimarães

La consagración oficial
La transformación operada desde escritor desplazado del medio literario nacional a autor indispensable dentro de la tradición moderna tuvo un punto de viraje en 1939, cuando el entonces presidente de la República, Getúlio Vargas (1882-1954), decretó la realización de homenajes para conmemorar el centenario del natalicio de Machado de Assis, en eventos que se llevaron a cabo en el ámbito de la Biblioteca Nacional, del Instituto Nacional del Libro y del Servicio del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional. Esas iniciativas abarcaron la publicación de ediciones conmemorativas, la organización de una exposición e incluso la emisión de moneda y sellos postales. “Fue el primer gran caso de consagración literaria en Brasil en movilizar al gran aparato oficial y editorial. Machado de Assis fue erigido por el Estado Novo [1937-1945] como un escritor y personalidad ejemplar, que fomentó el desarrollo de una narrativa centrada en la trayectoria del niño pobre que nació en el Morro do Livramento y escaló hasta llegar a la Academia Brasileña de Letras”, relata Hélio De Seixas Guimarães. Por esa misma época, algunos críticos entre los cuales figuran Augusto Meyer (1902-1970) y Lúcia Miguel Pereira (1901-1959) comenzaron a introducirlo en la tradición literaria internacional y nacional, un movimiento que se consolida en la década de 1950, cuando Antonio Candido (1918-2017) publica Formação da literatura brasileira (Livraria Martins Editora, 1959).

El investigador de la USP recuerda incluso que, durante los 30 años posteriores al fallecimiento del novelista, hubo un ocultamiento hacia el hecho de que él fuera negro. “En una misiva dirigida a José Veríssimo, Joaquim Nabuco [1849-1910] dice ver en él solamente al griego”, comenta, recordando que en el certificado de defunción, al novelista se lo define como “blanco”. Esa situación empezó a cambiar a partir de una biografía escrita por Lúcia Miguel Pereira en la década de 1930, que considera la negrura de Machado de Assis como un punto positivo y como trasfondo de su capacidad para analizar a sociedad brasileña desde diversas perspectivas. “En la actualidad, Machado de Assis es reivindicado y se lo presenta como autor negro, poniendo de manifiesto el modo en que los debates actuales en Brasil se siguen proyectando también sobre él a partir de la perspectiva biográfica”.

También como parte de los resultados de la investigación, en el libro que saldrá publicado este año, De Seixas Guimarães abordará el proceso de consagración de Machado de Assis posterior a 1939, período en el cual la internacionalización de su obra cobra impulso, con las primeras versiones de sus novelas traducidas en inglés. En la estela de ese proceso, en 1953, Helen Caldwell (1904-1987), docente de la Universidad de California, tradujo Dom Casmurro y elaboró un estudio crítico sobre la novela de 1899. “Caldwell desafió la autoridad del narrador y cuestionó su versión sobre la boda de Capitu, una de las protagonistas de la obra, alterando la interpretación que se hacía de ese libro”, explica De Seixas Guimarães. Según él, esa perspectiva generó un impacto en las interpretaciones de otros críticos brasileños, que a partir de la década de 1970 revelaron que las novelas de Machado de Assis contienen críticas a la estructura social brasileña. De Seixas Guimarães sostiene que, hoy en día, en el marco de los 180 años de su nacimiento, esas lecturas resultan fundamentales para comprender al autor.

Proyecto
Traductores, traducciones y ediciones de la obra de Machado de Assis en inglés – Helen Caldwell y la University of California Press (nº 19/00643-5); Modalidad Beca de Investigación en el Exterior; Investigador responsable Hélio de Seixas Guimarães (USP); Lugar de investigación Universidad de California en Santa Bárbara; Inversión R$ 18.924,42

Libros
GUIMARÃES, H. S. y LEBENSZTAYN, I. (orgs.). Escritor por escritor, Machado de Assis segundo seus pares 1908-1939. São Paulo: Imprensa Oficial, 2019.
AZEVEDO, S. M. Machado de Assis – Badaladas Dr. Semana. São Paulo: Nankin Editorial, 2019.

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