Incluso 20 años después de la aprobación de la Ley de Innovación, creada para acercar las instituciones de ciencia y tecnología al sector productivo, la transferencia de conocimientos al mercado sigue siendo un reto en Brasil. En 2023, de los 130 Núcleos de Innovación Tecnológica (NIT), que representaban a 146 instituciones científicas del país, tan solo un 23,8 % logró suscribir nuevos contratos de concesión de licencias. Los NIT son oficinas cuya misión consiste en promover la protección de las innovaciones creadas en el ámbito académico y otorgar licencias para su explotación comercial.
Estos datos surgen de una investigación realizada por el Foro Nacional de Gestores de Innovación y Transferencia de Tecnología (Fortec) lanzada en noviembre, y ponen de manifiesto una persistente dificultad para transformar la propiedad intelectual generada en las instituciones de ciencia y tecnología en productos o negocios concretos en el país. En la octava edición del informe se afirma que este resultado puede estar vinculado a distintas cuestiones, tales como “una infraestructura insuficiente, la falta de profesionales especializados en negociación y transferencia de tecnologías y las dificultades para generar asociaciones estratégicas con el sector privado”. También se ha registrado una caída significativa en los ingresos generados por las concesiones de licencias activas, de 48 millones en 2021 a 32 millones de reales en 2023; en la encuesta anterior, empero, se habían recabado datos de 186 instituciones.
Es cierto que los núcleos han promovido la protección de la propiedad intelectual de las innovaciones generadas en sus instituciones. De los 3.086 reportes de invención presentados por científicos a estos núcleos en 2023, un 85,1 % se plasmó en solicitudes de patentes, registros de software y nuevos cultivares, entre otros.
Para la ingeniera de producción Ana Torkomian, de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), vicepresidenta del Fortec y coordinadora de la investigación, cuanto menor es el grado de madurez del NIT, mayores son sus esfuerzos para proteger la propiedad intelectual. Ella recuerda que, antes de la promulgación de la Ley de Innovación, no existía en el ámbito académico una cultura de protección de las invenciones, por lo que los NIT asumieron la tarea de desarrollarla.
“Cuando comparamos los núcleos con licencias vigentes en 2023 y los que no las tienen, observamos que el primer grupo tiene un promedio de edad mayor, de 16,7 años, frente al segundo, con 12 años. La tendencia marca que los más maduros pasan a enfocarse en la transferencia”, dice Torkomian. Los centros con contratos con empresas tenían, en promedio, el triple de colaboradores trabajando a jornada completa (15,6 frente a 5,7) y más del doble de invenciones protegidas aún vigentes. “Si pretendemos NIT más sólidos, necesitamos tiempo de aprendizaje y capacitación del equipo, como así también investigaciones que generen un catálogo de propiedad intelectual atractivo”, añade.
En tanto y en cuanto estos núcleos van estructurándose, hay acciones que pueden contribuir para promover la transferencia de conocimientos al mercado, tales como mapear y contactar a las empresas que podrían estar interesadas en las tecnologías o en las competencias de las investigaciones para desarrollar proyectos conjuntos. Estas fueron las conclusiones de una investigación cualitativa en cuyo marco se visitó y se entrevistó a gestores a cargo de NIT de las regiones sur y sudeste del país para entender qué tácticas estaban adoptando para ofrecer sus tecnologías. Dicho estudio estuvo a cargo un grupo de investigadores de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) y salió publicado en febrero de 2024 en la revista científica Innovation & Management Review.
“El hecho de contar con una cartera de tecnologías a disposición en un sitio web es solamente una de las herramientas. También es necesario realizar prospecciones y acercarse a las empresas que podrían estar interesadas en una determinada innovación o competencia de investigación, contar con un buen plan de marketing y estar atentos a las demandas del mercado”, analiza la farmacéutica Karin Goebel, autora principal del artículo.
Las reflexiones fueron recogidas entre 2019 y 2021 para la tesis doctoral de Goebel, recientemente defendida en 2024 en el Instituto Carlos Chagas (ICC) – Fiocruz Paraná, donde la investigadora trabaja como analista de gestión de la innovación. Los datos indicaron que las instituciones de investigación con estrategias activas para la concesión de licencias de tecnologías tenían un mejor rendimiento en términos de cantidad de contratos y facturación que las que no adoptaban estas prácticas. Dentro del grupo de las más exitosas se hallaban la Universidad de São Paulo (USP), la Universidad de Campinas (Unicamp), la Universidade Estadual Paulista (Unesp) y la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG). En tanto, las instituciones con esquemas menos pujantes fueron las universidades Federal de Paraná (UFPR), Tecnológica Federal de Paraná (UTFPR) y la Fiocruz del mismo estado.
Mayara Ferrão
Entre las principales estrategias apuntadas están el acercamiento a potenciales socios vía correo electrónico y por teléfono, la participación de representantes de las instituciones en eventos para establecer contactos, el sondeo de escenarios y tendencias de lanzamientos de productos, la formulación de planes de comunicación y marketing para divulgar las invenciones y las competencias de investigación, y la creación de plataformas para conectar universidades y empresas.
Entre las tácticas adoptadas por la USP está la búsqueda de acuerdos de colaboración, en los que las empresas realizan desarrollos conjuntos de tecnologías con la universidad y tienen prioridad en cuanto a la obtención de licencias de exclusividad para explotar las innovaciones. “Estos convenios posibilitan la transferencia de tecnología en forma directa y aseguran el acceso al mercado en menos tiempo”, explica la agente de innovación Flávia Oliveira do Prado Vicentin, de la Agencia USP de Innovación, quien coordina las estrategias de transferencia de tecnología para los campus de Ribeirão Preto y Bauru, en el interior paulista.
Ella hace mención como uno de los logros de este modelo de un producto farmacéutico a base de cannabidiol [CBD] desarrollado en forma conjunta entre la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto y la empresa farmacéutica Prati-Donaduzzi. El producto llegó a las farmacias del país en mayo de 2020 y puede adquirirse con receta médica para el tratamiento de la epilepsia y trastornos psiquiátricos.
En la UFMG, una de las estrategias considera a las patentes como una plataforma para promocionar la capacidad de los investigadores ante el mercado. “Le ofrecemos una tecnología a la empresa y, aunque no esté interesada en la invención, aprovechamos el contacto para detectar las demandas de la compañía”, dice el ingeniero de producción Frank Gomes, coordinador del sector de gestión de asociaciones estratégicas de la Coordinación de Transferencia e Innovación Tecnológica (CTIT), el núcleo de innovación de la universidad de Minas Gerais. Cuando la innovación es algo que puede ser de interés público, se recurre a la asesoría de prensa de la UFMG para tratar de difundirla en los medios de comunicación. Gomes destaca, por ejemplo, el caso de un dispositivo de bajo costo para reducir la carga de microorganismos en el aire, tales como virus, bacterias y hongos, que fue objeto de un reportaje en el portal de noticias de la cadena Globo [G1]. “Como estábamos atravesando la pandemia, en 2021, tuvo gran repercusión. Una empresa vio el reportaje, nos contactó y adquirió la licencia de la invención”, relata.
El acercamiento a las empresas a través de encuentros y participaciones en ferias es una de las prácticas de la Unesp. La universidad también apunta al desarrollo de proyectos conjuntos con el sector productivo y para ello contrató a un periodista que se encarga de divulgar la cartera de la universidad. “Estas acciones facilitan el contacto directo con potenciales asociados y permiten adecuar las tecnologías a las necesidades del mercado”, dice el asesor de la Agencia Unesp de Innovación, Marcelo Ornaghi Orlandi.
La Agencia de Innovación de la Unicamp también apuesta a la difusión de sus invenciones como una de sus estrategias. Las áreas de comunicación y transferencia de tecnología trabajan en forma mancomunada. “Realizamos un mapeo permanente de las capacidades de nuestras tecnologías y de las habilidades de nuestros investigadores, lo que facilita una respuesta de la universidad a las demandas específicas del mercado”, dice el director ejecutivo de Inova Unicamp, Renato Lopes. Entre otras iniciativas, la agencia ha creado eventos, certámenes y asignaturas de emprendimientos dentro del programa académico, animando a estudiantes e investigadores a crear sus propias empresas, otra manera de difundir las tecnologías de la institución.
Lopes pone de relieve el caso de BF3 Medical, una spin-off académica, tal como se les denomina a las empresas creadas a partir de la propiedad intelectual desarrollada en una universidad. La startup, fundada por tres docentes de la Unicamp basándose en sus investigaciones, fabrica implantes de titanio para solucionar deformaciones craneales, personalizados mediante tomografía computarizada y posteriormente confeccionados con una impresora 3D, lo que permite arribar a una mayor precisión en las cirugías. “El estímulo a los emprendimientos es importante, sobre todo para las tecnologías situadas en la frontera del conocimiento, que son más difíciles de licenciar por su alto riesgo, aparte de que requieren más recursos y un mayor tiempo de desarrollo”, dice Goebel.
El economista Marcelo Pinho, del Departamento de Ingeniería de la Producción de la UFSCar, quien no participó en el estudio, acota que la proactividad de los NIT es importante, pero la transferencia de tecnología es tan solo una de las maneras a través de las cuales las instituciones de investigación pueden relacionarse con el sector productivo. Recuerda que el Marco Legal de la Innovación, de 2016, revisó la Ley de Innovación y el alcance del campo de acción de los NIT, incluyendo entre sus incumbencias “promover y acompañar la articulación entre las ICT [Instituciones de Ciencia y Tecnología] y las empresas”. Pinho también subraya que la innovación, que en otros países es desarrollada más habitualmente por el sector empresarial que por las universidades, no tiene lugar en forma lineal y sus procesos son bastante complejos. “Hay que romper con esta perspectiva predominantemente de oferta. No se puede esperar que la innovación se desarrolle en la universidad y luego las empresas se dediquen meramente a perfeccionarla y pulirla. Tenemos que fortalecer las asociaciones y los vínculos a largo plazo entre las universidades y el mercado en el marco de una interacción permanente”, propone.
Este artículo salió publicado con el título “Transmisión de conocimientos” en la edición impresa n° 346 de diciembre de 2024.
Artículo científico
GOEBEL, K. et al. Offering technologies for innovation: Strategies and challenges. Innovation & Management Review. v. 2, n. 1, p. 44-59. feb. 2024.
