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Botánica

Entre pastos y bambúes

El primer libro sobre la Flora Fanerogámica de São Paulo reúne informaciones sobre casi 500 especies de gramíneas autóctonas u originarias de otros países

ARQUIVO G. J. SHEPHERDChusquea oligophylla: flores frecuentes ARQUIVO G. J. SHEPHERD

Una mala noticia para quienes creen que las plantas forrajeras son todas iguales y nacen en cualquier lugar: existen 458 especies de gramíneas tan solo en el estado de São Paulo, equivalentes al 38% de las variedades conocidas en Brasil y el 5% de las identificadas en el planeta. La buena noticia es que esas casi 500 especies están descritas en el primero libro de la Flora Fanerogámica del Estado de São Paulo, obra inaugural de una colección de 17 tomos que da una nueva dimensión a la biodiversidad paulista, al reunir informaciones suministradas por alrededor de 300 botánicos sobre las plantas que representan el 80% del flora de este estado brasileño.

El título inicial, que será lanzado oficialmente por la Editora Hucitec el día 26 de septiembre, con un costo cercano a los 50 reales, es enteramente dedicado a la familia de las Poaceae, las populares gramíneas. Se trata de un catálogo taxonómico de casi 300 páginas, con claves de identificación, descripciones, ilustraciones, comentarios y distribución geográfica de 458 especies, aunque en el libro, por una falla de revisión, consten 475. “A las personas les cuesta creer que existan tantos tipos de capín en São Paulo”, reconoce Maria das Graças Lapa Wanderley, del Instituto de Botánica de la Secretaría del Medio Ambiente del Estado, una de las coordinadoras del proyecto temático de la Flora Fanerogámica, que promovió visitas a herbarios y la recolección de 20 mil plantas.

La familia de las gramíneas es la tercera de las 180 en las cuales se dividen las plantas fanerogámicas, especies que tienen órganos reproductores expuestos (flores). Solo las orquídeas, con más de 700 especies (cerca del 10% de la flora), y las compuestas, con más de 600 especies, integran la familia más numerosa. Antes de la publicación del primer volumen, la verificación de las semejanzas y diferencias de cada especie o variedad de gramínea era algo extremadamente complicado.

Como sucede con cualquier familia vegetal, las informaciones sobre las Poaceae se encontraban dispersas en decenas de obras de referencia. “Ahora, basta dar una ojeada solo en un libro”, dice el botánico escocés George John Shepherd, de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp),otro coordinador de Flora, cuyos datos abastecerán al programa Biota-FAPESP, que está mapeando toda la biodiversidad (fauna y flora) del estado de São Paulo.

Autóctonas y extranjeras
De las 458 especies de gramíneas catalogadas en el estado, 403 son plantas nativas, típicas de la flora brasileña, y 55 son originarias del exterior. Como se adaptaran muy bien al clima y terreno de la región, estos ejemplares extranjeros crecen hoy en día espontáneamente, independientemente de ser o no cultivadas a veces junto a especies nativas. Por haberse incorporado prácticamente a la biodiversidad genuinamente brasileña, fueron incluidos en la obra.

“Cuando un neófito arranca una gramínea al borde de la carretera, no sabe si la misma es nativa o no”, afirma Hilda Maria Longhi-Wagner, de la Universidad Federal de Río Grande do Sul (UFRGS), especialista en Poaceae y organizadora del primer volumen de la Flora. El pasto guinea (Panicum maximum ), por ejemplo, muy encontrado al borde de las carreteras, es una planta africana. La botánica gaúcha coordinó e integró un equipo de 21 autores, que produjeron los textos contenidos en la obra.

Compuesto de centenas de variedades de pastos y bambúes, el universo de las Poaceae es más rico de lo que un lego pueda imaginar. Por detrás de nombres científicos indescifrables para el común de los mortales, se esconden, a veces, plantas conocidas por la gente. Cuando son cultivadas, algunas especies constituyen una fuente de alimentos, como la caña de azúcar (Saccharum officinarum), la avena (Avena sativa) y el sorgo (Sorghum bicolor).

Otras, de crecimiento espontáneo, dan origen a tipos de vegetación rastrera muy populares. Es el caso del sapé (Imperata brasiliensis) y del pasto gordura (Melinis minutiflora). Existen también especies que, por su belleza, se convierten en plantas ornamentales, como la gramilla inglesa, también chamada de gramilla de jardín (Stenotaphrum secundatum), muy común en plazas y parques, y la cortadera (Cortaderia selloana), especie originaria de Argentina.

Durante el trabajo de investigación de la Flora, iniciado hace siete años, los investigadores reunieron informaciones sobre 7.500 especies vegetales, distribuidas en 1.500 géneros y 180 familias. Datos preliminares apuntan el descubrimiento de 44 nuevas especies de plantas fanerogámicas (lea Pesquisa FAPESP nº 50). Por una decisión editorial, los coordinadores del proyecto decidieron no incluir en el primer libro de la colección seis nuevas especies de gramíneas que fueron identificadas en colectas de campo. Por lo menos no con ese status. “Cuando citamos estas especies hasta entonces desconocidas, damos apenas su género, sin mencionar a la especie”, explica Maria das Graças. Estos tipos de gramíneas recientemente descubiertos serán descritos en artículos científicos en revistas de botánica de Brasil y del exterior.

Más allá de las nuevas especies aún no descritas, la familia de las Poaceae les reservó otras sorpresas a los investigadores. Fueron mapeados por lo menos seis tipos de gramíneas autóctonas del estado -es decir encontradas solamente en éste. Buena parte de esas especies típicas de São Paulo se concentra en áreas de Bosque Atlántico, en donde la riqueza biológica es importante. Entre las especies nativas, el relieve recae sobre un grupo de bambúes leñosos no registrado en ningún otra estado brasileño (Merostachys caucaiana, Merostachys scandens, Chusquea erecta, Chusquea sellowii y Chusquea pulchella ). Algunos de esos bambúes, como elC. sellowii , son de difícil identificación, pues florecen cada 32 años.

Especies rescatadas
Aun en los casos en que no se depararon con nuevos tipos, o tipos autóctonos de Poaceae, los investigadores volvieron a casa con buenas noticias. Ellos identificaron por primera vez en São Paulo algunas especies de gramináceas cuya distribución geográfica parecía estar restringida a los estados del sur de Brasil, de clima templado y subtropical. Con el trabajo de investigación de la Flora Fanerogámica, los botánicos se dieron cuenta de que el territorio paulista es el límite norte del país en cuanto a la incidencia de esas especies de Poaceae. Fue precisamente eso lo que ocurrió con las dos especies pertenecientes al género Stipa (Stipa sellowiana y Stipa setigera).

Hasta que fueron encontradas en campos altos de la Sierra da Mantiqueira, ambas eran descritas en la literatura científica como presentes tan solo en Río Grande do Sul, en Santa Catarina y en Paraná. “Este tipo de información es muy importante”, comenta Hilda. Por ser un estado con un clima de transición, es decir, ni muy cálido ni muy frío, São Paulo tiene propensión a ser el límite norte de algunas especies vegetales de ambientes templados y la frontera sur de variedades típicas de las zonas cálidas.

Otro tipo de conocimiento adquirido con los trabajos de campo de Flora: algunas especies de gramíneas que los botánicos juzgaban prácticamente extinguidas en el estado fueron nuevamente rescatadas en la naturaleza paulista. La historia de la Ctenium cirrhosum, una especie muy bonita y ornamental, sirve para ilustrar esta línea de contribución del proyecto. Normalmente encontrada en áreas de la sabana de Mato Grosso, Goiás y Minas Gerais, la C. cirrhosum permaneció durante 48 años sin que se supiera de ella en São Paulo.

El primer ejemplar de dicha especie fue rescatado en campos rupestres del estado en 1959. El segundo fue encontrado en 1997, en una de las alrededor de 200 expediciones al campo para la colecta de especies emprendidas por los participantes de Flora. Si los investigadores hubieran demorado dos años más para lograr realizar esa tarea, esa forma de gramínea sería hoy considerada extinguida en São Paulo. Para los botánicos, una especie no encontrada en su hábitat por un período de 50 años es considerada extinguida.

Dificultades
En los otros estados brasileños, no hay noticias de ninguna publicación tan vasta y actualizada como el primer volumen de Flora paulista, que al final de este año ya contaría con su segundo volumen, abordando varias familias de dicotiledóneas, plantas cuya semilla está seccionada en dos, como el poroto (fríjol) -a partir de 2002, saldrían tres tomos por año. La única excepción es Santa Catarina, que dentro de los fascículos de la serie Flora Ilustrada, ya ha enfocado a la familia de las gramíneas.

“El modelo de São Paulo podría servir de embrión para la producción de la flora nacional y de otros estados”, dice Hilda. Escogida para la coordinación del volumen sobre gramíneas, la botánica gaúcha recuerda las dificultades que tuvo para concluir la obra en el plazo establecido. “Era complicado trabajar con tantos colaboradores y tener que encargarme de los problemas vinculados a la uniformidad y la edición de los textos”, afirma la investigadora de la UFRGS.

Hilda, que vive en Porto Alegre, se comunicaba principalmente por correo electrónico con las dos decenas de autores que redactaron los textos del primer tomo. La botánica se acuerda especialmente de una Semana Santa, durante la cual que se quedó en casa mientras toda la toda la familia iba a la playa. El esfuerzo se justificaba: aprovechó la ocasión para conversar, vía e-mail , con la norteamericana Lynn Clark, de la Universidad Estadual de Iowa, Estados Unidos, una de las mayores especialistas mundiales en una subfamilia de Poaceae, las Bambusoideae.

Hilda tenía dudas sobre el formato que debería adoptar el libro para este grupo de bambúes, un poco diferente a las demás gramíneas. “Al final del feriado, el ‘esqueleto’ de las Bambusoideae estaba listo, y yo tenía algunas canas más”, comenta la botánica con humor. Si todavía se encontrara entre sus compañeros, el profesor Hermógenes de Freitas Leitão Fillo – el primer coordinador de la Flora Fanerogámica, que murió en 1996 durante una expedición – se sentiría orgulloso del trabajo del equipo.

El Proyecto
Flora Fanerogámica del Estado de São Paulo
Modalidad
Proyecto temático
Coordinadora
Maria das Graças Lapa Wanderley – Instituto de Botánica
Inversión
R$ 510.427,84

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