Desde que asumió la presidencia de la Academia Checa de Ciencias (AV ČR), en marzo de 2017, la bioquímica Eva Zažímalová, de 64 años, se esfuerza para internacionalizar la investigación científica producida en ese país y estrechar los lazos de colaboración con la industria, aunque sin dejar de lado la ciencia básica. Según la investigadora, no se puede evaluar el rol de la ciencia solamente desde el punto de vista del dinero invertido o del potencial de aplicación inmediato de sus resultados.
Zažímalová se graduó como bioquímica en la Universidad Carolina de Praga y vendrá a São Paulo en el mes de marzo para participar en un workshop organizado por la FAPESP y la Agencia de Tecnología de la República Checa (TA ČR). El evento se propone estimular la interacción entre instituciones e investigadores paulistas y del país europeo. En la entrevista que se transcribe a continuación, la investigadora habla al respecto de las diversas actividades que promueve la AV ČR para integrar la ciencia checa al contexto internacional, entre otros temas.
¿Cuáles son los objetivos primordiales de la AV ČR?
La AV ČR fue creada en 1993. Su misión principal es promover investigaciones científicas de excelencia en las diversas áreas del conocimiento. Eso se viene haciendo en el ámbito de 54 institutos, todos administrados por la academia, que cuenta con casi 11 mil empleados, la mitad de ellos científicos. Otra parte esencial de la misión de la academia es la participación en la educación, por medio de programas de maestría y doctorado o de docencia en algunas de las principales instituciones de enseñanza superior del país. También propiciamos la transferencia de conocimiento y de las tecnologías producidas en nuestros institutos para la industria y la sociedad en general.
¿Cuál es su análisis del desempeño de la academia checa en la conducción de investigaciones en una variedad tan amplia de áreas?
En la República Checa la ciencia estuvo sometida durante mucho tiempo a fuertes presiones ideológicas. De todos modos pudo mantener su potencial creativo y abrir caminos que le permitieron integrarse a la comunidad científica internacional. Eso queda manifiesto con el Premio Nobel concedido en 1959 al químico Jaroslav Heyrovský [1890-1967] o el reconocimiento internacional al físico Armin Delong [1925-2017], uno de los responsables del desarrollo de la microscopía electrónica. A esos sucesos se les suma en la década de 1990 el caso del químico Antonín Holý [1936-2012], cuyas investigaciones ayudaron a perfeccionar el tratamiento para los pacientes con Sida y hepatitis B. En tanto, el ascenso reciente de la ciencia checa se debe, en gran medida, a los científicos de la AV ČR, que obtuvieron cuantiosos recursos del Consejo Europeo de Investigación para realizar estudios en diversas áreas.
¿Y cómo es el proceso de decisión que determina en cuáles áreas invertir?
Para eso realizamos una evaluación periódica de nuestros institutos, que se lleva a cabo con la participación de expertos internacionales. Primero seleccionamos los resultados obtenidos por los equipos de investigación y los sometemos a una evaluación por pares. Con base en los resultados que surgen de esas evaluaciones decidimos cómo vamos a distribuir los recursos para cada instituto, recomendando, cuando ello fuera necesario, modificaciones organizativas deseables. El resultado de ese esfuerzo se ve reflejado actualmente en la calidad de las investigaciones impulsadas por la AV ČR. Tan solo con un 13% de los científicos con que cuentan todas las instituciones de investigación checas producimos la tercera parte de los resultados científicos de todo el país.
¿Cómo puede estimularse el desarrollo científico checo a nivel internacional sin dejar de lado las necesidades de la sociedad checa?
Hemos invertido en varias iniciativas para tratar de superar los retos que afrontó la sociedad checa en los últimos años. Una de ellas es la plataforma denominada Estrategia AV21, que se lanzó en 2015 y por medio de la cual abordamos asuntos relevantes en el plano social, tales como el futuro energético de la República Checa, la salud de sus ciudadanos, las amenazas naturales y la producción de alimentos en el futuro. También están lo que denominamos AVexes, que son informes científicos elaborados por los investigadores de la AV ČR sobre temas de importancia a nivel social que se divulgan entre los miembros del Parlamento nacional, los ministerios de gobierno y los diputados checos en el Parlamento de la Unión Europea. El primer informe de ese tipo se enfocó en el tema del big data y el segundo, en la calidad del agua potable, pero también hemos elaborado informes sobre la sequía y organismos modificados genéticamente, por ejemplo.
La AV ČR ostenta una trayectoria de promoción de la colaboración entre la academia y la industria. ¿Cómo se hizo eso?
Hace algunos años creamos el Consejo de Cooperación de la Academia con la Esfera de Negocios y Aplicaciones. Su misión principal es identificar las maneras más eficientes de aplicar en la práctica los resultados de los estudios realizados en la AV ČR. La plataforma Estrategia AV21 también contribuye para ampliar los contactos entre esas dos áreas por medio del proyecto Laboratorios de Aplicación, cuyo objetivo es lograr un acercamiento de nuestros institutos y colaboradores industriales y promover proyectos de cooperación entre los ámbitos académico y empresarial. Creamos el Centro de Transferencia de Tecnología, que interviene en la protección de la propiedad intelectual y en la coordinación de la transferencia de conocimientos y tecnología. En 2017, iniciamos un trabajo mancomunado con el Instituto Fraunhofer de Alemania, que cuenta con amplia experiencia en la comercialización de resultados de investigaciones.
¿Qué beneficios obtiene la academia a partir de esas colaboraciones?
Los beneficios se traducen en la obtención de recursos financieros para investigaciones futuras. Un ejemplo de son las investigaciones del profesor Antonín Holý, a quien ya me he referido anteriormente. En 2006, la empresa estadounidense Gilead Sciences abrió un centro de investigación dedicado al desarrollo de nuevos medicamentos para el tratamiento de pacientes con Sida y hepatitis B. Entre 2007 y 2016, ese instituto aportó al presupuesto del Estado unos 100 millones de dólares por medio del pago de impuestos. Parte de ese monto posteriormente se transformó en recursos que fueron destinados a la AV ČR.
¿Qué opina usted al respecto de la importancia de la investigación básica y de promover la financiación de proyectos impulsados por la curiosidad intelectual de los científicos?
No podemos analizar el rol de la ciencia solamente en función del dinero invertido o del potencial inmediato de aplicación de sus resultados. Cuando se invierte en ciencia se invierte en el futuro. La ciencia es fundamental para una producción eficiente de bienes materiales y para el desarrollo sostenible de las sociedades, además de ejercer una fuerte influencia sobre el nivel cultural y económico de las comunidades nacionales. La promoción de recortes en la financiación de la investigación básica constituye una visión miope de lo que es la ciencia y del modo en que la misma funciona. La investigación básica es una condición necesaria para el desarrollo sostenible de las sociedades, no solo en términos de producción de nuevos conocimientos y tecnologías, sino también para el desarrollo de nuevos conceptos. La creación de las condiciones financieras adecuadas para la investigación básica, garantizando la libre elección de sus temáticas, es la mejor estrategia para la obtención de nuevos conocimientos cualitativos, parta el desarrollo tecnológico y la prosperidad económica a largo plazo.
¿Y la promoción de la cooperación internacional? ¿Cómo se realiza?
Nos enfocamos particularmente en acuerdos con organizaciones colaboradoras en el exterior que involucren proyectos de cooperación científica en áreas específicas. También trabajamos en la organización de congresos científicos internacionales para promover el contacto entre científicos de la AV ČR y del exterior. La cooperación se realiza bajo la forma de estadías de estudio, proyectos de intercambio y de intercambio e investigación combinados, así como actividades educativas y de investigación para jóvenes científicos en el exterior. La AV ČR dispone actualmente de 40 acuerdos de cooperación bilateral con organizaciones extranjeras. Pretendemos extender esa colaboración a otras organizaciones científicas brasileñas.
La FAPESP suscribió acuerdos de cooperación con la Fundación Checa de Ciencias y con la Agencia de Tecnología de la República Checa. ¿Cuáles son sus expectativas al respecto de esos convenios?
Espero que esos acuerdos promuevan la cooperación entre científicos e instituciones de ambos países y faciliten el intercambio de informaciones, habilidades y técnicas en áreas de interés común. Esas colaboraciones tienen potencial para contribuir no solo para el desarrollo deseable de campos científicos específicos, sino también para elevar el prestigio y la competitividad científica de las instituciones de ambos países.
¿Cuáles áreas podrían obtener mayores beneficios a partir de esos acuerdos?
La ciencia checa despunta tradicionalmente en áreas tales como matemática, física, ingeniería de instrumental científico, química orgánica y bioquímica. Considero que hay margen para profundizar la cooperación científica entre nuestros países en esas áreas, aunque también hay otras que podrían beneficiarse. Sin embargo, otro gran campo que podría salir ganando involucra a la investigación sobre los cambios climáticos y el medio ambiente en general. Tenemos mucho para ofrecerles a nuestros colaboradores en São Paulo. La cooperación entre nuestras instituciones científicas tiene un potencial que nunca antes había sido explotado.