
Borello: orgullo y pasión por su trabajoMárcia Dias Rodrigues
“Se son fiori, fioriranno.” La frase en italiano, repetida por la física Thereza Borello-Lewin, ayuda a resumir su trayectoria en el campo de la física nuclear brasileña. “Si son flores, florecerán” se traduce en su convicción de que, con disciplina y esfuerzo, sus estudios y los de sus alumnos alcanzarían éxito. Tras 60 años dedicados a la investigación y la enseñanza de la física, principalmente en el espectrógrafo magnético del acelerador de partículas Pelletron, la profesora sénior jubilada del Instituto de Física de la Universidad de São Paulo (IF-USP) falleció el 28 de mayo, a los 82 años, víctima de un infarto.
La familia de Borello llegó proveniente de Italia a mediados de la década de 1920 y se radicó en São Paulo. Su padre, Luiz Borello, fue profesor de física en el colegio Dante Alighieri, y su hermana, Ottavia Borello Filisetti (1931-2015), se graduó en Física en la USP en 1952, donde fue profesora. “Thereza encontraba mucha inspiración en ambos. Citaba frases en italiano que había aprendido de su padre, siempre en el sentido de levantar la cabeza y superar las dificultades”, recuerda el físico Cleber Lima Rodrigues, de la USP.
En 1963 se graduó en el IF-USP. “Era diplomática, pero de hecho se topó con dificultades; en aquella época, se discriminaba mucho a las mujeres en el ámbito de la física”, dice la física Alinka Lepine Szily, de la USP. “Estábamos dispuestas a hacer carrera, a trabajar seriamente, pero los varones lo aceptaban a regañadientes, no querían competir con nosotras”.
Fue en el IF donde Borello coincidió con un antiguo alumno de su padre en el Dante Alighieri, el físico César Lattes (1924-2005). Una vez recibida, se sumó al grupo de Lattes y se dedicó a estudiar los rayos cósmicos hasta 1967, cuando el investigador se trasladó a la Universidad de Campinas (Unicamp). Ese mismo año, el físico Ernst Hamburger (1933-2018) regresó a la USP tras su doctorado en la Universidad de Pittsburgh (EE. UU.), donde había trabajado en un acelerador de partículas similar al que se proyectaba instalar en São Paulo. Borello recorrió el camino inverso y se marchó a la institución estadounidense, donde recolectó datos para su doctorado. En 1971 defendió su tesis bajo la dirección de Hamburger.
Su trabajo en el enge
Al año siguiente se inauguró en el IF el acelerador electrostático Pelletron. El dispositivo propulsa átomos energizados (iones) a aproximadamente un 20 % de la velocidad de la luz para que colisionen con núcleos atómicos y para revelar así detalles sobre la estructura de las partículas. Se instaló un espectrógrafo magnético tipo Enge junto al Pelletron para estudiar el efecto del bombardeo de partículas subatómicas sobre distintos materiales.
“Yo desempeñé un papel importante en la instalación del Enge. Un equipo de 30 toneladas, instalado bajo condiciones eléctricas, geométricas, de giro y de vacío sumamente rigurosas, para garantizar un funcionamiento óptimo”, relata Borello en el libro electrónico 50 anos do acelerador de partícula Pelletron – Vozes de uma história [50º aniversario del acelerador de partículas Pelletron. Testimonios de una historia] (IF-USP, 2022). Desde su posdoctorado, realizado en 1973 en la Escuela Superior de Estudios Avanzados de Trieste (Italia), Borello dirigió el grupo de investigaciones en Espectroscopía Nuclear con Iones Ligeros, responsable del Laboratorio de Emulsiones Nucleares y Otras Técnicas.
“Comencé mis estudios de iniciación a la investigación científica en la universidad con Borello e hice la maestría y el doctorado bajo su dirección”, relata la física Márcia Dias Rodrigues, de la Universidad Texas A&M, en Estados Unidos. “Era una científica rigurosa, muy comprometida con sus alumnos. Ponía todo su orgullo y pasión al servicio de su trabajo y eso atraía a mucha gente”.
Por iniciativa de Borello, la USP mantiene una colaboración con el Instituto de Física Nuclear de Catania (Italia). En 2018, la física Marcilei Aparecida Guazzelli, del Centro Universitário FEI, estuvo presente en la última visita científica de Borello al espectrógrafo del acelerador italiano. Allí, los experimentos suelen durar días y los investigadores se turnan en jornadas de ocho horas para recabar datos. “Aunque su capacidad de movilizarse era limitada, Borello se empeñaba en cumplir su turno completo”.
Según Guazzelli, ella tenía una característica típica de las mujeres físicas de su generación: “Lucharon para conseguir reconocimiento como científicas y siguen luchando hasta el final”, dice. “La gente no tiene noción de lo complicado que es, aún hoy en día, ser mujer en un campo predominantemente masculino como la física nuclear. Ella es un ejemplo para cualquier mujer del ámbito de la ciencia”.
Borello deja a su marido, el empresario Fernando Herbert Lewin.
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