Investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y de la Universidad de Oxford (Reino Unido), anunciaron recientemente el hallazgo de lo que se cree que es el primer registro de un beso, en una tabla de arcilla que muestra a una pareja desnuda manteniendo relaciones sexuales, que data de hace 4.500 años. El objeto procedía de la antigua Mesopotamia, la zona que se extiende entre los ríos Éufrates y Tigris, que actualmente abarca territorios correspondientes a Irak y Siria. Fuentes escritas de las primeras sociedades mesopotámicas indican que el beso era una práctica habitual entre amantes, amigos y familiares en Medio Oriente. Los besos labiales también pueden haber acelerado la propagación de virus como el del herpes simple tipo 1, cuyos síntomas se mencionaban en los textos médicos de Mesopotamia (Science y EurekAlert, 18 de mayo).
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