La revista científica Organic Letters, editada por la American Chemical Society, contrató recientemente a un analista de datos para trabajar en su staff editorial y verificar con mayor rigurosidad los artículos remitidos a la publicación. Constató problemas que pasaban desapercibidos. El principal de ellos es la remoción de datos que evidenciaban la presencia de impurezas en los compuestos analizados. Los trabajos en síntesis orgánica exigen un análisis de pureza de los compuestos preparados, puesto que de ello dependen muchas de sus conclusiones. “En general, eso se realiza por medio de espectrometría de resonancia magnética nuclear o bien por cromatografías”, explica Ronaldo Pilli, docente del Instituto de Química de la Unicamp y experto en síntesis orgánica. Los editores de Organics Letters detectaron que hubo manipulación de espectros, lo cual falsea las informaciones. “Incluso si los resultados experimentales o las conclusiones del estudio no se fuesen afectados, cualquier manipulación de datos genera dudas sobre la integridad y validez del trabajo relatado”, escribió Amos Smith III, editor de la revista. En algunos casos, el autor correspondiente ‒aquél que remitió el trabajo en nombre de todos los coautores‒ manifestó que la manipulación fue realizada por alumnos sin su conocimiento. “Esa no es una disculpa aceptable”, dijo Smith, recordando que el autor correspondiente es responsable de garantizar la integridad del proyecto de investigación. “La buena noticia radica en que las violaciones comportan tan sólo una pequeña fracción de los datos enviados a la revista”.
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