Cuando lee los planes de negocios de amigos que anhelan convertirse en empresarios, el ingeniero electricista y empresario Rafael Holzhacker por lo general los felicita y luego les advierte: “Prepárense, porque nada sucederá como lo han previsto. Lo que se proponen hacer probablemente les cueste el doble y les llevará el triple de tiempo”. Director de Timpel, una fábrica de instrumental médico, Holzhacker sabe lo que dice. Aunque se habla poco del tema, los imprevistos son constantes en la vida de los innovadores: la ansiedad del equipo, la falta de dinero o de material, las dificultades para importar componentes o el trabajo extra para tramitar las solicitudes de patentes y las habilitaciones en los organismos públicos.
En Pesquisa FAPESP se han divulgado experiencias exitosas de empresas financiadas en el marco del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe), por ejemplo, entre las más recientes, el ventilador pulmonar de Magnamed (lea en Pesquisa FAPESP, ediciones nº 259 y 291) y el monitor de presión intracraneal de la startup paulista brain4care (lea en Pesquisa FAPESP, ediciones nº 223 y 280). En esta ocasión, en busca de las dificultades del desarrollo de las innovaciones propuestas, se seleccionaron 35 proyectos de productos médicos apoyados por la FAPESP mediante proyectos incluidos en la línea regular de ayuda de investigación o del Pipe, desarrollados en el estado de São Paulo y divulgados en la revista desde 1999, cuando se puso en marcha el programa. Dieciséis coordinadores (algunos responsables de más de un trabajo) respondieron a la consulta enviada por correo electrónico. La revista no pudo ponerse en contacto con los demás: no respondieron los mensajes o sus datos de contacto estaban desactualizados.
Las empresas pequeñas que surgieron a partir de innovaciones, cuando se enfrentan a grandes contratiempos, a menudo no sobreviven porque aún no han conseguido estructurarse por completo. En las organizaciones más grandes, las dificultades que se presentan en el desarrollo tecnológico pueden asimilarse sin poner en riesgo su existencia. Las trayectorias de las innovaciones que han podido reconstruirse aquí ejemplifican las dificultades y los impasses en la planificación, en la formación de los equipos o en el desarrollo comercial, que desbaratan los anhelos y les quitan el sueño a los investigadores. Por otro lado, los obstáculos, cuando se enfrentan, revelan la capacidad de los innovadores para modificar las pautas iniciales, generar estrategias para captar clientes y recomenzar, a menudo con éxito.
Un error habitual: centrarse en el desarrollo del producto y demorarse en buscar la aceptación del mercado
“La disponibilidad de un excelente prototipo constituye una pequeña parte del desarrollo de un producto”, dice Holzhacker. Después, será necesario ampliar la escala de producción, contar con acceso a inversores, obtener las aprobaciones de los entes gubernamentales y fidelizar una clientela para, finalmente, poder comercializar el producto. Él compara el trabajo con un videojuego, donde cada etapa eleva la dificultad y se requieren mayores habilidades que en la anterior. Desde 2015, su empresa recibió ayuda a través del Pipe para tres proyectos, el último el año pasado, para adaptar su tomógrafo por impedancia eléctrica para utilizarlo en el tratamiento de pacientes con covid-19 en grave estado bajo ventilación artificial (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 291).
En la incubadora de empresas del Parque Supera de Innovación y Tecnología, del cual fue presidente hasta 2020, el físico Adilton Carneiro, coordinador del grupo de innovación en instrumentación médica y ultrasonido de la Universidad de São Paulo (USP) en Ribeirão Preto, constató que las empresas conformadas solamente por un único tipo de profesionales –ingenieros, por ejemplo– ya son frágiles desde un comienzo. “Es muy importante que los equipos dispongan de especialistas en administración y asuntos legales para minimizar los errores y acelerar el desarrollo de nuevos negocios”, sugiere.
El ingeniero biomédico Aron Andrade, del Instituto Dante Pazzanese de Cardiología, señaló que los retrasos en el área médica son comunes a causa de las exigencias éticas, científicas y legales para la realización de experimentos. Él trabaja desde 2007 en el desarrollo de una versión nacional de un corazón artificial para implantes. Junto a colegas de la Escuela Politécnica de la USP, construyó el prototipo, que dio resultados satisfactorios en 24 terneros, cuyo corazón es de un tamaño similar al humano, y fue aprobado para la realización ensayos en humanos. Tendría que haber sido implantado en pacientes con insuficiencia cardíaca en 2011 (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 185), pero el trabajo no progresó como se esperaba.
“Los pacientes candidatos al implante son sometidos a un tratamiento médico previo. Si hay una mejoría, dejan de ser candidatos y si desmejoran, también, porque pasan a realizar otros tratamientos”, comenta Andrade. “Aún no hemos resuelto el dilema sobre el momento adecuado para concretar el implante en las personas”. Según él, una vía que se está evaluando actualmente es el implante de pequeñas bombas centrífugas, cuyo procedimiento quirúrgico es más sencillo que el de un corazón artificial completo. Capaces de bombear sangre del ventrículo izquierdo del corazón a la arteria aorta, estos dispositivos ya se han implantado en tres animales, también con buenos resultados y, en principio, podría beneficiar a pacientes con algunos tipos de problemas cardíacos.
Cambio de planes
“Sé que las proyecciones iniciales raramente se cumplirán, pero al menos con ellas tenemos un norte”, reconoce el biólogo Marcos Tadeu dos Santos, fundador de Onkos, en Ribeirão Preto, instalada desde 2018 en un espacio propio, luego de tres años en el parque tecnológico de la ciudad. En 2017, licenció los derechos de uso exclusivo de su primer producto, un método de identificación del origen primario de los tumores metastásicos, para una gran red de pruebas de laboratorio, pero quedó insatisfecho porque no podría lograr la visibilidad que le gustaría para conquistar nuevos clientes y promocionar los productos siguientes. “Para la empresa que adquirió la licencia de nuestro test, era uno más entre cientos de otros”, analiza.
La insatisfacción impulsó un cambio en la estrategia de negocios. En marzo de 2018, tal y como lo tenía previsto, Dos Santos lanzó otro test, en este caso para el diagnóstico de nódulos de tiroides, por medio del análisis de micro-ARN (lea en Pesquisa FAPESP, ediciones nº 264 y 275). En esta oportunidad, sin embargo, será su propio equipo el que realizará los exámenes para los laboratorios, a partir de muestras de biopsias enviadas por correo.
“Paso gran parte del día conversando con médicos y discutiendo los resultados de los exámenes, para determinar cuándo las cirugías son realmente necesarias o cuándo pueden evitarse”, comenta. “Ahora mi desafío consiste en convencer a las compañías prestadoras de salud para que cubran los costos de la prueba, que podría evitar cirugías mucho más caras recurriendo al reemplazo hormonal en los años siguientes”. Este cambio de rumbo también sirvió para clarificar los planes: “Quiero ofrecer pocos productos de alto valor agregado para mercados masivos, atendidos por equipos especializados”.
También en Ribeirão Preto, el físico y médico Felipe Grillo, de la empresa Gphantom, tuvo una decepción y luego una buena sorpresa, que le abrió nuevos caminos. En 2017, cuando comenzó el brote de zika en Brasil, aceleró el trabajo el trabajo en un maniquí para que los profesionales médicos pudieran practicar la amniocentesis. Ese examen comienza con la extracción de líquido amniótico por medio de una aguja aplicada en el vientre de las embarazadas y revela si el feto está infectado con el virus del Zika, entre otros que también pueden rastrearse. El brote se disipó, muchos consultorios para practicarles análisis a mujeres embarazadas cerraron y el maniquí aún no está terminado. Una de las razones es la dificultad para obtener las piezas para ensamblarlo.
Cuando vendió su primer simulador, para la detección de tumores o quistes mamarios, Grillo notó el alto interés de los clientes, en realidad, por un producto cuyo desarrollo era más reciente, para practicar la aplicación de anestesia. Esa situación lo llevó a deducir que “tenemos que advertir qué es lo que necesita el mercado, no solo lo que deseamos vender”. La participación en exposiciones de medicina le permitió conocer a un exportador, con el cual firmó un contrato en 2019, con la asesoría jurídica del Supera, que comenzó a comercializar sus maniquíes para prácticas médicas en Francia.
Sus maniquíes simuladores se utilizaron en 2019 para la planificar la exitosa cirugía de separación de dos hermanas gemelas siamesas en el hospital de la USP de Ribeirão Preto, que le proporcionó visibilidad y reconocimiento (lea en Pesquisa FAPESP, ediciones nº 247 y 276). Ahora, otras empresas han comenzado a encargar prototipos de maniquíes para usos específicos en la formación médica.
En 2020, el físico Andrey Soares, quien actualmente realiza una pasantía posdoctoral en Embrapa Instrumentación [una de las unidades de investigación de la estatal agropecuaria Embrapa], ubicada en el municipio de São Carlos, en el interior del estado de São Paulo, aunque aún no posee una empresa propia, empezó a recibir encargos de proyectos de dispositivos electrónicos –biosensores– para la identificación de microorganismos en los procesos industriales. El interés de quienes acudieron a él surgió de su visibilidad en un proyecto anterior, para la detección de tumores de páncreas (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 242). Fruto de su doctorado en el Instituto de Física de São Carlos (IFSC) de la USP, ese trabajo no progresó tanto como él hubiera querido. “La prueba de concepto salió bien, pero enfrentamos dificultades para obtener la aprobación del proyecto en la Anvisa [Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria]”, informa.
El físico Osvaldo Novais de Oliveira Junior, del IFSC-USP, quien supervisó el doctorado de Soares, relata que para realizar las solicitudes de certificación de un diagnóstico en la Anvisa tendrían que disponer de varios prototipos. “También deberíamos probar la reproducibilidad y la durabilidad de los dispositivos. Ese es un trabajo extremadamente caro”, comenta. Según él, solo tendría sentido ir en pos de ese objetivo si hubiese una empresa interesada en producir los test de diagnóstico.
El ingeniero de materiales Valtencir Zucolotto, del IFSC-USP, se enfrenta a un problema similar con un biosensor para el diagnóstico del dengue y zika que detecta el virus causante de una u otra enfermedad a través de la variación de una señal eléctrica (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 258). “Estamos finalizando los prototipos y el paso siguiente es presentarlos a las empresas interesadas en darle continuidad a esta propuesta”, dice. Su equipo fabrica biosensores para una empresa multinacional que luego se producirán a mayor escala. “Cuando la empresa participa desde un comienzo, las posibilidades de comercialización son mayores”, dice Zucolotto.
Según el ingeniero de producción Eduardo Zancul, de la Escuela Politécnica de la USP y miembro de la Coordinación Adjunta para la Innovación de la Dirección Científica de la FAPESP, un problema habitual reside en que los emprendedores se centran en el desarrollo del producto y tardan en buscar su encuadre en el mercado. “Cuando advierten que el mercado no quiere lo que ellos han hecho, deben cambiar el rumbo a partir de la comprensión de las necesidades reales de los clientes”.
Quienes parten de una demanda real, aparentemente tienen más posibilidades de éxito. En uno de los Centros de Investigación, Innovación y Difusión (Cepid) financiados por la FAPESP, el grupo de óptica del IFSC-USP, solía recibir consultas de personas con dolor y limitación de movimientos en las extremidades. Todos querían utilizar un dispositivo de terapia fotodinámica, que combina láser y ultrasonido en un único aparato y alivia los dolores que provoca la artritis. Esto impulsó al equipo coordinado por el físico Vanderlei Bagnato a perfeccionar un dispositivo al que denominaron Recupero, que luego fue aprobado por Anvisa y ahora lo está fabricando y vendiendo la firma MM Optics, también de São Carlos.
No hay ningún demérito en comenzar con algo sencillo, dice Nakagawa
Se presentaron imprevistos, por supuesto. Varios prototipos tuvieron que ensamblarse y probarse en modelos animales y posteriormente en ancianas con osteoartritis en las manos y rodillas. La terapeuta ocupacional Alessandra Rossi Paolillo, de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), monitoreó las pruebas a sabiendas de que la comparecencia de las voluntarias era importante. Cierto día, una de las participantes no se presentó a las evaluaciones. Rossi Paolillo se comunicó con ella, que aquel día no tenía cómo asistir. “No lo dudé, tomé mi coche y fui a buscarla a su casa”, relata la investigadora.
También surgieron resistencias. “Cuando comencé a investigar con mi grupo en la terapia fotodinámica, en la década de 1990, los médicos de la Sociedad Brasileña de Oncología me criticaron ferozmente”, recuerda Bagnato. “En una ocasión, una médica me dijo ‘no podemos jugar a ser Frankenstein’. Ella no sabía que este tipo de tratamiento ya se estaba utilizando en Estados Unidos contra el cáncer de esófago”. Él se siente orgulloso de haber colaborado en el lanzamiento de alrededor de 40 productos actualmente disponibles en el mercado a partir de las investigaciones que llevó a cabo su laboratorio (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 74, 94, 139, 160 y 299). “Pero sigo repitiéndoles cada día a mi equipo: para tener éxito, hay que saber gestionar el fracaso”.
Primero, lo más simple
“Los empresarios innovadores deben ser flexibles y ofrecer lo que el mercado desea adquirir”, reitera el administrador de empresas Marcelo Nakagawa, del Instituto de Educação Superior e Pesquisas (Insper), reafirmando la conclusión de Felipe Grillo, de Gphantom. Autor del libro intitulado Empreendedorismo: Elabore seu plano de negócio e faça a diferença (editorial Senac, 2013), Nakagawa es miembro de la coordinación del Pipe Emprendedor – Programa de Capacitación para Emprendimientos de Alta Tecnología.
Este programa, lanzado en 2016 por la FAPESP en asociación con la Universidad George Washington, de Estados Unidos, recibió a 336 investigadores con proyectos respaldados por el Pipe. La iniciativa ya va por su 16ª promoción, y ofrece una capacitación de siete semanas, en las cuales los participantes tienen que escuchar a potenciales clientes, para inferir la consistencia de sus planes de negocios, y disponen de la tutoría de empresarios experimentados que les ayudan a depurar sus planes. “No hay ningún demérito en arrancar con algo sencillo”, dice Nakagawa.
Este enfoque le ha sido de ayuda a Holzhacker, de Timpel, en su trayectoria. Hace cuatro años, comenzó a vender un modelo sencillo de tomógrafo por impedancia eléctrica (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 259). Su meta era ganar mercado y cierto margen para poder desarrollar versiones más sofisticadas. Sin embargo, los dispositivos más complejos requieren más trabajo y tiempo hasta que están listos, fundamentalmente porque requieren la aprobación de los organismos regulatorios nacionales e internacionales.
“Desarrollamos y fabricamos los equipos acordes con las normas internacionales, pero siempre surgen interpretaciones y cuestionamientos”, dice. A finales de febrero, participó en otra videoconferencia con los equipos de la agencia de medicamentos y alimentos de Estados Unidos, la FDA. “Había 11 médicos y expertos en riesgos que formularon preguntas difíciles de responder y solicitaron más análisis para demostrar la efectividad de una nueva funcionalidad que pretendemos aprobar allá”. Holzhacker exporta casi la totalidad de su producción.
La ampliación del mercado externo es uno de los retos actuales de los tres socios de Phelcom. Son tres físicos, exalumnos del IFSC-USP, que se dedicaron a diferentes áreas de la empresa: producción, comercialización e investigación. Con el respaldo de la FAPESP, de Samsung, del Hospital Israelita Albert Einstein y de la Financiadora de Estudios y Proyectos (Finep), desarrollaron y lanzaron Eyer, hace dos años, una versión portátil del retinógrafo, un dispositivo que registra imágenes de la retina (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 249).
“Las dificultades cambian a lo largo del tiempo”, comenta Flavio Pascoal Vieira, director de operaciones de la empresa. “En un comienzo, el desafío era tecnológico: ¿funcionará? Luego fue financiero: ¿dispondré del dinero para poder llevar a cabo todo lo que me propongo? Le siguió el del mercado: ¿los clientes comprarán mi producto? Y por último de fabricación: ¿lograré producir con buena calidad todo lo que vendí?”, sintetiza. También se plantearon dudas acerca de los recursos humanos, acerca de cómo formar y mantener un equipo motivado, productivo e innovador. Pero recientemente la preocupación se venido desplazando al ámbito de la seguridad operativa, es decir, cómo prepararse para el caso de que falle alguno de los eslabones de la cadena productiva. Como dice Nakagawa, “emprender es un camino lleno de curvas”.
Los proyectos discontinuados pueden ser útiles para otras aplicaciones
Un dispositivo completamente brasileño llamado susceptómetro, que mide los niveles de hierro en el hígado de los pacientes internados mediante el registro de la intensidad del campo magnético que emite este elemento químico, comenzó a desarrollarse en 1998 y se mostró técnicamente factible. El prototipo funcionó durante 15 años en el Hospital de Clínicas de la USP de Ribeirão Preto (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 90). En 2014 fue desactivado.
Uno de los motivos reside en que el aparato no fue económicamente viable, puesto que el pequeño número de pacientes en que se lo podía utilizar no justificaba los costos de producción. Por otra parte, pudo prescindirse de este invento porque el mismo equipo que lo construyó, programó los aparatos de resonancia magnética nuclear instalados en el hospital para que también pudieran realizar una lectura del contenido de hierro en el hígado con una precisión similar.
“El susceptómetro resultó útil para encontrarle esta otra aplicación al aparato de resonancia, para formar emprendedores y para otras investigaciones”, comenta el físico Adilton Carneiro, de la USP de Ribeirão Preto, quien desarrolló el dispositivo durante su doctorado, bajo la supervisión de Oswaldo Baffa. Según Carneiro, de esas experiencias surgieron dos empresas: Figlabs, que fue adquirida por el grupo Gnatus, y Gphantom, instalada en la incubadora de empresas Supera.
A su vez, Carneiro trabaja en nuevas tecnologías, ahora combinando técnicas magnéticas y ultrasonido, para detectar tumores y ampliar el efecto de medicamentos, tal como se describe en un artículo publicado en enero de 2021 en la revista científica IEEE Transaction on Biomedical Engineering. Las pruebas en ratones comenzaron el año pasado.
Un topógrafo ocular
En 2004, frente a la gran carga laboral como docente recién contratada en la Escuela de Ingeniería de la USP en São Carlos, la física Liliane Ventura resolvió detener el desarrollo del queratómetro, un dispositivo que mide la curvatura de la córnea y podría ser de utilidad en las pruebas de uso de los lentes de contacto (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 107). Según ella, ese trabajo no se perdió, pues parte del desarrollo del software del equipo sirvieron como base para otros productos fabricados por empresas nacionales. Uno de sus colegas, Jean-Jacques de Groote, que trabajaba con ella en el proyecto, fue contratado por la empresa Eyetec para desarrollar el programa de un dispositivo similar, el topógrafo de córnea (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 114).
En Eyetec se conserva la memoria de proyectos interrumpidos a causa de resultados insatisfactorios, como el del topógrafo ocular intraquirúrgico. “La idea era muy buena, pero el prototipo no era muy práctico y consideramos que no valdría la pena invertir en la producción de ese producto, porque vimos que no tendría un gran mercado”, comenta Sílvio Antonio Tonissi Junior, director de la empresa. “El aparato funcionaba bien, pero tardaba demasiado tiempo en procesar la imagen y calcular el mapa topográfico, cuando el médico necesita disponer del resultado casi instantáneamente”. Otro inconveniente estaba dado porque el instrumento, poco compacto, requería su colocación entre el ojo del paciente y el microscopio, y a veces obstaculizaba los movimientos del cirujano. “Si bien no tuvo éxito, muchas partes de ese proyecto pudieron aprovecharse y sirvieron para perfeccionar el topógrafo de córnea, uno de los dos productos principales que aún hoy comercializa la empresa”, dice Tonissi.
Los proyectos de negocios que parecen erróneos deben advertirse y corregirse a tiempo
En 2003, la empresa paulista Clorovale comenzó a comercializar y, poco tiempo después, también a exportar puntas con diamante sintético para aparatos odontológicos de ultrasonido (lea en Pesquisa FAPESP, edición n º 78 y 192). El físico Vladimir Airoldi, uno de los fundadores de la compañía, creada en 1997, relata que para seguir creciendo y conquistar nuevos mercados necesitaban conseguir inversores externos, pues las reservas financieras eran escasas.
Las conversaciones entabladas con los primeros interesados extranjeros que los consultaron no prosperaron. “Ellos insistían para que les vendamos la tecnología de producción, que querían trasladarla a su casa matriz en el exterior”, comenta Airoldi. “El hecho de que la FAPESP fuera copropietaria de la patente contribuyó para que el acuerdo no pudiera concretarse”.
Y el problema surgió con otro inversor, en 2011. “Por inexperiencia de los administradores y falta de asesoramiento legal”, relata, “no teníamos noción de los efectos del contrato que firmamos”. Como resultado de ello, asumió las riendas de la empresa un director administrativo designado por los inversores y con sueldo a cargo de la empresa que modificó el rumbo del negocio dejando de lado el área médica para priorizar la del petróleo, con brocas para perforaciones de pozos de petróleo, que fueron desarrolladas, testeadas y aprobadas. Cinco años después, pese de que se vendieron algunos prototipos, ese plan no se pudo sostener.
En 2016, Airoldi y sus socios despidieron a los inversores y a los directores, reestructuraron la empresa y retomaron su labor en el campo del instrumental médico-odontológico. “Estamos volviendo a encarrilar la empresa. En 2017 duplicamos nuestra facturación. En 2018 volvimos a duplicarla y, en 2019, prácticamente volvimos a hacerlo”, celebra.
Los cambios más recientes incluyeron el reemplazo de la dirección comercial, la creación de un departamento de marketing, la ampliación de la cartera de productos y la asociación con un bufete de abogados para colaborar en los contratos y en la administración del equipo, que actualmente cuenta con 35 empleados. “Estamos abiertos a analizar inversiones externas, pero ahora sabemos hacia dónde vamos y cómo hacerlo”, afirma.
Innovación contra la anemia
“No basta con disponer de un buen prototipo ni buenas pruebas de campo para que las puertas se abran”, dice el pediatra Mario Bracco. Entre 2007 y 2009, él coordinó un proyecto financiado por la FAPESP y por el Ministerio de Salud para evaluar las posibilidades de uso en el sistema público de salud (SUS), de un medidor automático portátil de la hemoglobina. Este dispositivo, denominado hemoglobinómetro y capaz de dar el resultado en pocos minutos a partir de una gota de sangre, había sido desarrollado por la empresa Exa-m, vinculada a la incubadora de empresas de la Universidad de Mogi das Cruzes (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 151).
En una de las pruebas que se llevaron a cabo, el equipo de investigación, integrado por médicos, enfermeros y nutricionistas, detectó anemia en alrededor de un 25 % de los 667 niños de las escuelas públicas del municipio de Ilhabela, en el litoral del estado de São Paulo, y en otros 219 de Santa Luzia do Itanhy, en el estado de Sergipe. El tratamiento por tres meses con indicación de ingesta de sulfato ferroso eliminó el problema en un 76 % de ellos, tal como se describe en un artículo publicado en febrero de 2011 en la revista Jornal de Pediatria y, dos meses después, en el BIS – Boletim do Instituto de Saúde. En otro test, los investigadores pudieron reducir la prevalencia de la anemia de un 54 % a un 28 %, en este caso en 3.000 niños, adolescentes y adultos residentes en comunidades ribereñas de la isla de Marajó, en el estado de Pará, y en Macapá, en el de Amapá.
En 2012, los coordinadores del proyecto recibieron un premio, de cuya entrega participó el ministro de Salud de entonces, Alexandre Padilha. Así y todo, las conversaciones con las autoridades sanitarias para proponer el aparato como parte de una política pública no prosperaron. “La anemia es un trastorno serio, que perjudica el aprendizaje en los niños y la productividad en lo adultos”, sostiene Bracco. “Cuando se dispone de un equipo a mano, esto facilita mucho la labor del médico, que puede detectar el problema en el curso de la consulta y dar comienzo inmediatamente a un tratamiento”, añade el farmacéutico y bioquímico Jair Ribeiro Chagas, de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), uno de los fundadores de Exa-m junto al físico Paulo Alberto Paes Gomes, actualmente en la Universidad Federal de Bahía (UFBA), y el veterinario Maurício de Oliveira.
La empresa vendió solamente 50 equipos, no consiguió abrir otros mercados y, finalmente, se disolvió en 2017. “Los inversores con los que conversamos no comprendían las exigencias técnicas del sector de la salud y esperaban resultados rápidos”, comenta Chagas. En 2020, retomó el emprendimiento y se asoció a otros tres empresarios experimentados para buscar inversores y reanudar el proyecto de fabricación del medidor de hemoglobina. “Nos proponemos rediseñar el dispositivo, que en este caso podría ser del tamaño de un teléfono móvil”, estima Chagas.
Proyectos
1. Ventilador pulmonar electrónico de transporte de emergencia (nº 09/52278-7); Modalidad Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Investigador responsable Wataru Ueda (Magnamed); Inversión R$ 135.576,27
2. Ventilador pulmonar electrónico neonatal con ventilación de alta frecuencia (nº 09/52357-4); Modalidad Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Investigador responsable Toru Miyagi Kinjo (Magnamed); Inversión R$ 71.643,27
3. Lectura de señales en alta resolución y procesado paralelo para la reconstrucción de imágenes en tomografía por impedancia eléctrica (nº 13/50775-9); Modalidad Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Convenio Finep Pipe/Pappe Subvención; Investigador responsable Rafael Holzhacker (Timpel); Inversión R$ 245.475
4. Desarrollo de un sensor inductivo mínimamente invasivo para monitorear la presión intracraneal (nº 14/50618-3); Modalidad Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Investigador responsable Sérgio Mascarenhas Oliveira (Braincare); Inversión R$ 913.895,75
5. Sistema Braincare de lectura, registro y análisis de datos para la salud (nº 16/01990-2); Modalidad Programa Investigación de Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Investigador responsable Deusdedit Lineu Spavieri Júnior (Braincare); Inversión R$ 737.309,60
6. Análisis de la factibilidad técnico-comercial de simuladores sintéticos de tejido biológico para prácticas en procedimientos médicos mediados por ultrasonido (nº 2014/50414-9); Modalidad Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Investigador responsable Felipe Grillo (Gphantom); Inversión R$ 100.875
7. Simuladores sintéticos de tejido biológico para prácticas en procedimientos médicos mediados por ultrasonido: Amniocentesis (nº 17/50185-8); Modalidad Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Investigador responsable Felipe Wilker Grillo (Gphantom); Inversión R$ 330.513,11
8. Sistemas propulsores electromagnéticos implantables para dispositivos de asistencia circulatoria sanguínea uni y biventricular o para corazón artificial (n° 06/58773-1); Modalidad Proyecto Temático; Coordinador José Roberto Cardoso (USP); Inversión R$ 1.185.540,09 y US$ 281.960,21
9. Clasificación molecular de nódulos tiroideos indeterminados por medio de microARN profiling (nº 15/07590-3); Modalidad Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Investigador responsable Marcos Tadeu dos Santos (Onkos); Inversión R$ 108.781,17
10. Películas nanoestructuradas de materiales de interés biológico (nº 2013/14262-7); Modalidad Proyecto Temático; Investigador responsable Osvaldo Novais de Oliveira Junior (USP); Inversión R$ 2.539.907,03
11. Estudio de la interacción entre materiales nanoestructurados y sistemas biológicos. Aplicaciones al estudio de la nanotoxicidad y el desarrollo de sensores para diagnósticos (nº 08/08639-2); Modalidad Ayuda de Investigación – Regular; Investigador responsable Valtencir Zucolotto (IFSC-USP); Inversión R$ 368.230,90
12. CePOF-Centro de Investigación en Óptica y Fotónica (nº 13/07276-1); Modalidad Centros de Investigación, Innovación y Difusión (Cepid); Investigador responsable Vanderlei Salvador Bagnato (USP); Inversión R$ 44.106.793,11
13. Un equipo portátil para el diagnóstico de retina controlado por smartphone (nº 2016/00985-5); Modalidad Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Investigador responsable Flavio Pascoal Vieira (Phelcom); Inversión R$ 225.351,29 y US$ 29.389,58
14. Sistema de medición automático de los radios de curvatura de la córnea en lámpara de hendidura – queratómetro automático en lámpara de hendidura (nº 00/13218-4); Modalidad Programa de Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (PIPE); Coordinadora Liliane Ventura Schiabel – USP/Calmed; Inversión R$ 215.878
15. Desarrollo de un dispositivo para la detección de anomalías oculares utilizando la medida del wavefront (nº 00/06810-4); Modalidad Programa de Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (PIPE); Coordinador Jarbas Caiado de Castro Neto – Eyetec; Inversión R$ 325.750 y US$ 12.250
16. Desarrollo de dispositivos en diamante-CVD (sintético) para aplicaciones a corto plazo (nº 97/07227-6); Modalidad Programa de Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (PIPE); Coordinadora Kiyoe Umeda – Clorovale; Inversión R$ 135.333,50 y US$ 76.485
17. Nuevos materiales, estudios y aplicaciones innovadoras en diamante-CVD (sintético) y carbono como diamante (DLC) (nº 2001/11619-4) (2002-2007); Modalidad Proyecto Temático; Coordinador Vladimir Jesus Trava Airoldi – Inpe/Clorovale; Inversión R$ 576.456,12
18. Diamante-CVD (sintético) para un nuevo concepto de herramientas de alto rendimiento para perforación y corte (nº 2006/60821-4) (2007-2010); Modalidad Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Coordinador Leônidas Lopes de Melo – Clorovale; Inversión R$ 550.661,41
19. Películas de DLC (diamante como carbono) para aplicaciones en superficies antibacterianas, antifricción, espaciales, industriales y para tubos de perforación de pozos de petróleo (nº 2006/60822-0) (2007-2010); Modalidad Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Coordinadora Alessandra Venâncio Diniz – Clorovale; Inversión R$ 505.917,65
20. Equipos de ultrasonido para cirugía ósea con puntas de diamante CVD (sintético) (nº 13/50791-4); Modalidad Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Investigador responsable João Henrique do Prado (Clorovale); Inversión R$ 1.121.524,80
21. Evaluación de la tecnología empleada en el hemoglobinómetro HB-010 y posibilidades de aplicación por el Sistema Único de Salud Convenio FAPESP-CNPq-SUS (nº 06/61907-0); Modalidad Programa de Investigación para el SUS – Políticas Públicas; Coordinador Mário Bracco (Cruz de Malta); Inversión R$ 178.185
22. Fluorímetro simplificado para la medición de la actividad de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) en los fluidos biológicos (nº 04/14274-6); Modalidad Programa de Investigación Innovadora en la Pequeña y Microempresa (Pipe); Coordinador Paulo Paes Gomes – Sépia; Inversión R$ 326.778,35 (FAPESP)
23. Solicitud de ayuda para el registro de la patente del hemoglobinómetro portátil HB-010 y el método asociado (nº 06/61239-7); Modalidad Programa de Apoyo a la Propiedad Industrial; Coordinador Paulo Paes Gomes (Sépia); Inversión R$ 6.000
24. Películas nanoestructuradas aplicadas en biosensores microfluídicos para la detección de la mastitis bacteriana (nº 18/18953-8); Modalidad Beca posdoctoral; Investigador responsable Luiz Henrique Capparelli Mattoso; Becario Andrey Coatrini Soares; Inversión R$ 305.246,34
Artículos científicos
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