En Holanda se llevará a cabo una encuesta donde se indagará a cada uno de sus investigadores si se han visto involucrados en casos de mala conducta o han cometido otros deslices, en un esfuerzo por mejorar el estándar de las prácticas científicas en el país. Se invertirán cinco millones de euros, el equivalente a 18,2 millones de reales, para elaborar un mapa del alcance del problema y procurar soluciones. Las respuestas de los científicos estarán protegidas por el anonimato, pero los resultados concretos de las universidades y centros de investigación serán informados a la dirección de cada institución. “En los últimos 10 años tuvimos tres o cuatro señales serias de alerta”, comentó Lex Bouter, docente de la Universidad Libre de Ámsterdam, uno de los responsables de la iniciativa, según el sitio web de la Times Higher Education.
Uno de los casos fue el de Diederick Stapel, cesanteado de la Universidad Tilburg por falsificar datos en diversos artículos sobre psicología social. En el esfuerzo holandés también se destinarán tres millones de euros (10,9 millones de reales) en estudios para reproducir resultados de investigaciones, sobre todo en las áreas de ciencias sociales y psicología, que disponen de potencial para inspirar la formulación de políticas públicas. Buena parte de los escándalos recientes en Holanda involucraron investigaciones en esos campos del conocimiento, que no pudieron confirmarse en estudios posteriores.
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