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MEMORIA

Investigadores del mar

El Instituto Oceanográfico empezó a consolidar las ciencias oceánicas en Brasil durante la década de 1940

La proa del buque oceanográfico Prof. Besnard en construcción en Bergen, Noruega, en la década de 1960

Archivo IOUSP

El conocimiento sobre el mar y la costa brasileña hasta mediados de la década de 1940 se ceñía a exiguos registros de organismos del mar profundo, recolectados con la ayuda de dragas durante expediciones marítimas realizadas en el siglo XIX, o a relatos de naturalistas europeos. Frente a la falta de un centro de investigación oceanográfica que dictase normas para la exploración de los ambientes costeros y marinos, la gobernación de São Paulo, exhortada por el abogado Paulo Duarte (1899-1984), decidió en diciembre de 1946 la creación del Instituto Paulista de Oceanografía (IPO), la primera institución de investigación en ciencias oceánicas de Brasil.

De espíritu combativo y humanista, Duarte se empeñó en diversas campañas de carácter político y cultural en Brasil. Fue uno de los que bregaron por la creación de la Universidad de São Paulo (USP), fundada en 1934, y se involucró en las articulaciones político-militares que desencadenaron la Revolución Constitucionalista de 1932; y por ello debió exiliarse en Francia. Durante el tiempo que vivió en París, conoció al biólogo marino Louis Fage (1883-1964), quien lo persuadió acerca de la necesidad de crear un centro de investigaciones en ciencias oceánicas en Brasil.

Regresó al país en 1945, en un período de reorganización de las relaciones internacionales. La ciencia había cobrado relevancia para el desarrollo de las naciones al final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Imbuido de ese espíritu, Duarte llevó adelante su proyecto de nuevos espacios de investigación, articulándose con el interventor federal en São Paulo, José Carlos de Macedo Soares (1883-1968) para la creación del IPO y del Instituto de Prehistoria, más tarde incorporado a la USP.

Archivo IOUSP Tripulantes del Programa Antártico Brasileño (Proantar) a bordo del Prof. Besnard durante su primera expedición a la Antártida, en 1982Archivo IOUSP

El IPO estaba subordinado a la División de Protección de Peces y Animales Silvestres del Departamento de Producción Animal de la Secretaría de Agricultura. En un primer momento, le cupo al instituto la definición de estrategias de estímulo a la pesca. Años más tarde, ese campo de actuación se expandió con estudios sobre el relieve submarino de la plataforma continental paulista e investigaciones sobre factores físicos, químicos y biológicos que pudiesen ayudar a comprender la productividad de las aguas marinas y continentales del estado, y sobre las especies de la fauna y flora acuáticas, sobre todo aquéllas de relevancia económica.

Por recomendación de Fage y del antropólogo francés Paul Rivet (1876-1958), amigo suyo en la época del exilio, Duarte negoció la llegada del oceanógrafo Wladimir Besnard (1890-1960) para comandar el flamante instituto. Besnard nació en el mar, a bordo de un buque que transportaba a sus padres a Rusia. Fue registrado en el consulado francés de San Petersburgo. Se graduó en ciencias naturales en el Instituto de Anatomía Comparada de Moscú. En 1914 se convirtió en profesor de la Estación Biológica de Villefranche-sur-Mer, en el sur de Francia, y en 1923 en jefe del Departamento de Biología del Colegio Universitario Americano Robert College, en Estambul, Turquía, donde desarrolló investigaciones en el mar de Mármara y en el estrecho de Bósforo. Regresó a Francia en 1931, trabajó en el Museo de Historia Natural de París y en la Estación Biológica de Roscoff, además de crear acuarios en Dinamarca y en la India.

Archivo IOUSP Wladimir Besnard, el primer director del IPO, en un trabajo de campo en la isla de Bom AmigoArchivo IOUSP

Por ende, Besnard tenía una carrera científica de prestigio en Europa cuando lo invitaron a asumir la dirección del IPO. “Le atrajo la posibilidad de afianzar la ciencia oceanográfica en un país con una costa tan grande y con tan poco historial científico en las áreas de biología marina, hidrológica y pesquera”, comenta Elisabete Braga Saraiva, investigadora del Instituto Oceanográfico (IO) de la USP y directora del Museo de Ciencias de dicha universidad entre 2004 y 2010. “Su entusiasmo científico lo llevó a dejar uno de los principales centros de producción científica para venirse a ayudar a consolidar las ciencias oceanográficas en Brasil.”

Tan pronto como empezó sus actividades en el IPO, en marzo de 1947, Besnard se articuló para formar un pequeño cuerpo de investigadores. Invitó para que se sumara a la institución a la bióloga ítalobrasileña Marta Vannucci, en esa época asistente del zoólogo alemán Ernest Marcus en la entonces Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de la USP, y posteriormente al oceanógrafo islandés Ingvar Emilsson (1926-2016). A ejemplo de lo que sucedió en los albores de la USP, la primera generación de científicos del IPO estaba compuesta por extranjeros. “No había carrera orientadas a esa área en Brasil, y mucho menos profesionales especializados en oceanografía”, explica el historiador Alex Gonçalves Varela, del Departamento de Historia de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (Uerj), en un estudio sobre la consolidación de las ciencias oceanográficas en Brasil publicado en 2014 en la revista História, Ciência, Saúde – Manguinhos.

La creación del IPO abrió el camino hacia la institucionalización de las ciencias oceanográficas en Brasil. Otros institutos se establecieron a partir de entonces. En marzo de 1953 se creó la Sociedad de Estudios Oceanográficos de Río Grande, embrión de la carrera de oceanografía de la Universidad Federal de Rio Grande (Furg). En la década de 1960 surgieron el Núcleo de Biología Marina de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte (UFRN) y la Estación de Biología Marina, después transformada en el Laboratorio de Ciencias del Mar de la Universidad Federal de Ceará (UFC). En tanto, la primera carrera de oceanografía de Río de Janeiro se creó recién en 1977 en la Uerj.

Archivo IOUSP El oceanógrafo islandés Ingvar Emilsson durante una expedición científica a bordo del buque Solimões de la Marina de Brasil, en 1956Archivo IOUSP

Al frente del IPO, Besnard fue el responsable de la instalación de dos bases de investigaciones oceanográficas en el sur y en el norte del litoral paulista, en Cananéia y Ubatuba. Esas instalaciones hicieron posible el desarrollo de estudios sobre la biología del camarón legítimo (Penaeus schimitti), a los efectos de determinar las épocas más adecuadas para su pesca, aparte de investigaciones sobre invertebrados marinos y aspectos fisicoquímicos de las aguas del litoral paulista, entre otros. En 1950, Besnard creó el Boletim do Instituto Paulista de Oceanografia, el primer periódico científico brasileño de oceanografía y el principal medio de difusión de los trabajos científicos realizados por los investigadores del IPO y de otros centros de investigación de Brasil y del exterior. Desde 2004, dicha publicación es conocida como Brazilian Journal of Oceanography.

Fue en esa época que el IPO llevó a cabo su primer gran emprendimiento científico. En mayo de 1950, Besnard fue designado por la Dirección de Hidrografía y Navegación del Ministerio de Marina para encabezar una expedición oceanográfica a la isla de Trindade, a 1.180 kilómetros (km) de Vitoria, Espírito Santo (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 178). Dicha expedición a esa isla de origen volcánico apuntaba a explorar sus potencialidades estratégicas para la construcción de una base aeronaval y estudiar los recursos naturales de la región para saber si podría ser mantenerse una comunidad agrícola allí. La misma se realizó en dos destructores de la Marina brasileña y resultó en varias publicaciones, lo que reforzó en Besnard la percepción de que el IPO no debería restringirse a la pesca sino abocarse a las ciencias del mar en general. Este sentimiento, compartido por Marta Vannucci, cobró fuerza entonces y en 1951 se reunieron con Luciano Gualberto (1883-1959), a la sazón rector de la USP, para discutir el traslado del instituto a la universidad.

Eduardo Cesar Adquirido para complementar las actividades de investigación del Alpha-Crucis (en el medio), el Alpha Delphini (a la izq.) cumplió su primera misión en junio de 2013 en el litoral del estado de PernambucoEduardo Cesar

Esa estrategia se mostró exitosa. “En nueve meses se concretó la transferencia del instituto a la USP”, recuerda el oceanógrafo Michel Mahiques, director del IO entre 2009 y 2013. El IPO pasó a llamarse Instituto Oceanográfico. Funcionaba en una casa alquilada en el barrio de Barra Funda, en la zona oeste de São Paulo. El instituto enseguida cobró cuerpo y fue necesario alquilar otra casa. Las dependencias fueron completamente ocupadas, de las cocinas a los baños, con los laboratorios, los despachos de los investigadores y la administración, y una imprenta en una casa media agua ubicada en los fondos. El IO pasó a desarrollar investigaciones en las divisiones de oceanografía física, química, geológica y biológica.

Con la muerte de Besnard en agosto de 1960, a los 70 años, Emilsson asumió la dirección del IO. Graduado en filosofía por la Universidad de Islandia, Emilsson estudió oceanografía física durante su doctorado en la Universidad de Bergen, Noruega, donde participó en proyectos de tecnología pesquera y ecología marina. Fue investigador en diversas instituciones oceanográficas y pesqueras de Noruega y de Islandia entre 1946 y 1953, cuando Besnard lo invitó a coordinar la sección de oceanografía física y química del instituto.

Como director del IO expandió la base de Cananéia, condujo expediciones oceanográficas al Atlántico ecuatorial y creó una carrera de posgrado en oceanografía física. “Emilsson puso en marcha la recolección sistemática de datos de temperatura y salinidad en la bahía de Santos”, recuerda el oceanógrafo Luiz Bruner de Miranda, profesor sénior del IO. El investigador islandés permaneció en el instituto hasta 1964, cuando dejó el país para convertirse en asesor en oceanografía física de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y prestarle asistencia técnica al Centro de Investigaciones Pesqueras y al Instituto de Oceanología, ambos con sede en La Habana, Cuba.

Archivo IOUSP Marta Vanucci, exdirectora del IPO y una de las responsables de su incorporación a la USPArchivo IOUSP

En su lugar asumió Marta Vannucci, en la actualidad con 96 años, quien dio inicio a la construcción del actual edificio del instituto en la Ciudad Universitaria, concluido en 1970, y de una embarcación propia para investigar el mar. Las negociaciones para la construcción de un buque oceanográfico habían empezado durante la gestión de Besnard y se extendieron por la de Emilsson. Recién en abril de 1964 se firmó el contrato para la construcción de la embarcación. El proyecto del barco se le encomendó la Escuela Politécnica de la USP, y su construcción al astillero A/S Mjellen Karlsen, con sede en Bergen. Las obras concluyeron en mayo de 1967. El buque oceanográfico fue bautizado con el nombre de Prof. W. Besnard. Tenía capacidad para 25 personas y contaba con instalaciones modernas de navegación.

La embarcación salió de Bergen en 10 de junio de 1967 y atracó en Santos el 9 de agosto. Ese viaje se transformó en su primera expedición científica oficial, dado que realizó una colecta de agua y organismos por la costa de África, pasando por Recife, Abrolhos, Vitoria y Cabo de São Tomé. La expedición fue bautizada Vikindio y contó con la participación de científicos brasileños y noruegos, entre ellos Thor Kvinge y Reidar Leinebö. “El Prof. Besnard le permitió a Brasil concretar convenios importantes, como el firmado con el Observatorio Geológico Lamont-Doherty de la Universidad Columbia, en Estados Unidos, para la instalación de cables submarinos durante la década de 1970”, sostiene Mahiques.

El barco realizó seis expediciones a la Antártida. En diciembre de 2008, un incendio consumió su interior y reabrió la posibilidad de comprar una nueva embarcación, mayor y más moderna. Mahiques se movilizó entonces para conseguir los recursos destinados a la adquisición de un nuevo buque oceanográfico. Esta estrategia resultó en un proyecto elevado a la FAPESP, que viabilizó la compra y la reforma del Alpha-Crucis, que empezó a operar en 2012. En 2013, el IO adquirió otra embarcación menor, el Alpha Delphini, el primer barco oceanográfico enteramente construido en Brasil.

Eduardo Cesar Entrevista de Emilsson para Folha da Noite en 1957, sobre las primeras evidencias del calentamiento globalEduardo Cesar

Estudios sobre cambios climáticos

Décadas antes de las primeras conferencias mundiales sobre la situación ambiental del planeta, los estudios sobre los efectos de los cambios climáticos repercutían en la prensa brasileña e internacional. En 1957, el físico húngaro naturalizado estadounidense Joseph Kaplan, de la Universidad de California, Estados Unidos, publicó un artículo en el periódico Santa Monica Evening Outlook donde decía que la combustión de petróleo y de crudo pesado podría producir gases que calentarían la atmósfera, lo que determinaría en un lapso de unos 60 años el derretimiento de los casquetes polares y la elevación del nivel de los mares.

Ese artículo tuvo repercusión en Brasil. Fue reproducido el 10 de abril de ese mismo año en Folha da Noite, actual Folha de S.Paulo (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 136). El diario volvió al tema al día siguiente con una entrevista a Ingvar Emilsson, en esa época en el IPO, quien ya estaba participando en investigaciones sobre el impacto del calentamiento atmosférico y el derretimiento de los casquetes polares. Emilsson sostuvo entonces que la hipótesis de Kaplan no era nueva. Pero afirmó que el razonamiento del físico húngaro tenía su lógica. “Hay observaciones que han demostraron que tanto en el hemisferio Norte como en el hemisferio Sur ha habido durante los últimos decenios un aumento de la temperatura media”, destacó el oceanógrafo islandés.

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