Un grupo conformado por 80 neurocientíficos, mayoritariamente mujeres, lanzó en 2015 una iniciativa para contrarrestar un sesgo de género detectado en las conferencias científicas en su campo del conocimiento: el escaso porcentaje de disertantes de sexo femenino. El grupo, denominado BiasWatchNeuro, está integrado por investigadores de Estados Unidos, Alemania, Australia, Italia, Francia y el Reino Unido. El mismo ha monitoreado los programas de más de 90 conferencias y workshops, al tiempo que mapeó la proporción de mujeres entre los neurocientíficos. En el marco de una reunión realizada en septiembre, al respecto del uso de grandes volúmenes de datos en neurociencia, todos los disertantes eran varones, aunque el porcentaje de mujeres en la investigación en neurociencia computacional sea del 20% en Estados Unidos. La difusión de tales excesos ya comienza a surtir efecto. Durante un encuentro anual de sistemas informáticos y neurociencia en 2016, denominado Cosyne, el cupo femenino entre los disertantes llegó a cerca del 40%, mientras que en 2004, no se había invitado a ninguna mujer. Mediante un editorial, la revista Nature exhortó a otras áreas del conocimiento a que siguieran ese ejemplo: “Las mujeres científicas no tienen nada que perder, más que su invisibilidad”.
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