DANIEL BUENOEl gobierno japonés anunció la creación de un departamento especial destinado a promover buenas prácticas en instituciones de investigación y fiscalizar acusaciones de desvío de conducta, informó el sitio web de noticias estadounidense Global Post.
La oficina estará vinculada al Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología del país y tendrá a su cargo, entre otras tareas, la de instruir a las universidades para incluir en sus planes de estudios asignaturas que aborden la ética en la ciencia. La oficina también implementará nuevas directrices que contemplen las irregularidades en las actividades científicas. Para que la oficina salga del papel, el ministerio deberá contratar personal, algo que depende de la aprobación de un presupuesto mayor para la cartera el próximo año.
El gobierno también prometió el lanzamiento, para el final del año, de un manual sobre integridad científica destinado a los investigadores que reciben recursos públicos. La guía está siendo desarrollada por las principales agencias de fomento del país en colaboración con el Science Council of Japan, un organismo vinculado con la comunidad científica nipona. La idea es que sirva de parámetro para que las instituciones de investigación científica elaboren sus propios manuales o programas de capacitación. Según Makoto Asashima, director ejecutivo de la Sociedad Japonesa para la Promoción de la Ciencia (JSPS, según su sigla en inglés), entidad que toma parte en la elaboración del documento, la guía abarcará temas tales como el uso apropiado de los recursos para la investigación científica, la gestión de datos y anotaciones de experimentos, y también las responsabilidades de los científicos que son coautores en artículos científicos. “Estamos procurando aproximar a los científicos a lo que consideramos como el nivel más elevado de una conducta responsable”, declaró Asashima a la revista Science.
Asashima niega que esa iniciativa sea una respuesta directa del gobierno ante el episodio de mala conducta que involucró a investigadores del Instituto Riken, una de las principales instituciones de investigación de Japón. A su juicio, las medidas tienen como objetivo la resolución de un problema mayor, relacionado con la falta de capacitación en cuanto a integridad científica en el país. El caso expuso las fragilidades de un estudio sobre células madre. En el mes de julio, la revista Nature canceló la publicación de dos artículos al respecto de una técnica de producción de células madre publicados por Haruko Obokata, joven investigadora del Riken. Los artículos abordaban una técnica que prometía simplificar la producción de células madre, pero perdieron credibilidad cuando otros científicos no lograron reproducirla.El instituto inició una averiguación y descubrió que Obokata plagió y falsificó datos en los artículos. En agosto, el caso adquirió ribetes aún más dramáticos con el suicidio del biólogo Yoshiki Sasai, director del laboratorio de organogénesis y neurogénesis del instituto. Sasai había sido el supervisor de Haruko Obokata y coautor de los artículos anulados.
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