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Trayectorias

La ciencia en acuarela

Dibujantes unen conocimiento científico y artes visuales

Rogério Lupo Árboles en distintos estadios de desarrollo componen una ilustración publicada en un estudio sobre sistemas agroforestales amazónicosRogério Lupo

Trazos bien definidos, llenados con tinta y de extremada complejidad plástica, ajustados a los matices de los pelos en la cabeza de una mosca o de las fibras de las hojas de una planta. Desde hace tiempo, la simbiosis entre arte y ciencia se mantiene como una de las formas más precisas y sofisticadas de registrar, traducir o complementar ‒mediante imágenes‒ estudios científicos. Los dibujos, casi siempre hechos a mano, suelen sintetizar diferencias entre especies a primera vista bastante parecidas, sobre todo con relación a la pilosidad, a la textura y al tamaño. En otros casos, dan vida a animales extintos hace millones de años o hacen saltar ante los ojos organismos microscópicos.

La profesión de ilustrador científico aparece ante el público en la exposición intitulada Ciência e arte ‒ A trajetoria de Lilly Ebstein entre Berlim e São Paulo (1910-1960), en el Museo Santa Casa de São Paulo. La muestra, abierta hasta el 29 de julio, enmarca los 50 años de la muerte de la dibujante alemána y reúne dibujos originales de anatomía humana que ella realizó. Lilly Ebstein llegó a São Paulo en 1925 e ilustró tesis doctorales y revistas científicas. También produjo imágenes realistas para clases de docentes de medicina, siguiendo la tradición de los maestros de la pintura como el holandés Rembrandt (1606-1669) y el italiano Leonardo da Vinci (1452-1519), quienes intentaban reproducir miembros de cadáveres siendo diseccionados.

Rogério Lupo El dibujo en blanco y negro hace saltar a la vista detalles de una especie nueva de Pseudobombax sp., de la familia MalvaceaeRogério Lupo

La ilustradora construyó su trayectoria entre la ciencia y el arte realizando una serie de dibujos científicos en la Facultad de Medicina de São Paulo entre 1926 ‒cuando la Universidad de São Paulo (USP) aún no había sido fundada‒ y 1956, y como colaboradora del Instituto Biológico en la década de 1930. La profesión de ilustrador científico, en general, requiere talento, tiempo y mucha dedicación, pero puede gratificante para los enamorados de la ciencia y de las artes visuales. La concepción de una ilustración suele ser el resultado de un proceso creativo y colectivo, que muchas veces implica investigaciones y conversaciones con los científicos sobre las características esenciales de los objetos que éstos desean retratar. No es inhabitual, antes de empezar un boceto, que los ilustradores buceen en la lectura de estudios científicos para reunir información que los ayuden a hacerse una idea más refinada de lo que sus clientes desean como resultado final. A diferencia de la fotografía, que capta exactamente lo que se encuentra delante de la cámara, la ilustración científica permite reunir y dar forma en el papel a una serie de informaciones científicas en ocasiones aún poco comprendidas por los propios investigadores, al resaltar con precisión detalles poco visibles en la foto.

“Los dibujos deben ser precisos desde el punto de vista científico, y mantenerse fieles al objeto sin exagerar o minimizar ninguna de sus características”, dice el ilustrador Rogério Lupo. En general, las ilustraciones se hacen a mano, con la ayuda de un estereomicroscopio acoplado a una cámara clara, un accesorio que mezcla visualmente las imágenes del papel y del objeto que se pretende dibujar. Las ilustraciones pueden ser en blanco y negro o en lapiceras. Las que son en blanco y negro suelen hacerse con grafito o tinta china, con plumín o marcador. Las en colores se hacen con lápices de colores, acuarela, acrílica y marcadores.

Las representaciones artísticas como la de este halcón negro (Falco rufigularis) comprenden conversaciones previas con los científicos sobre las características esenciales que se retratarán

Frederick Pallinger Las representaciones artísticas como la de este halcón negro (Falco rufigularis) comprenden conversaciones previas con los científicos sobre las características esenciales que se retrataránFrederick Pallinger

En el caso de Lilly Ebstein, la dibujante se valía de la fotomicrografía, una técnica fotográfica de obtención de imágenes ampliadas que permite el registro de las imágenes captadas en el microscopio la observación de detalles de estructuras invisibles a simple vista. Con base en esas imágenes, ella elaboraba sus ilustraciones con la ayuda de lupas. De esta forma, el dibujo salía en forma rigurosa, una condición indispensable para que se lo considerase válido científicamente. En la actualidad, muchos dibujantes también emplean software específicos para hacer ilustraciones digitales. En algunos casos, una misma ilustración puede tardar semanas o inclusos meses para quedar lista.

El conocimiento de la ciencia puede ser tan importante como dominar técnicas de dibujo, de acuerdo con la ilustradora científica Rosa Alves Pereira. Nociones generales de estética, o formación básica en iluminación, color y composición, ayudan al ilustrador a obtener una expresión visual exacta del objeto que retratará, pero no por casualidad muchos dibujantes tienen formación en biología o botánica y conocimientos básicos en biomedicina y anatomía. “Es importante que el profesional tenga algún conocimiento científico para que pueda entablar un diálogo más consistente con sus clientes, en general investigadores”, dice Alves Pereira. Según la dibujante, el ilustrador debe buscar constantemente información en museos, colecciones científicas, bibliotecas, revistas y libros, de manera tal de mantenerse actualizado sobre la calidad de las ilustraciones.

Muchos en esta área son autodidactas. Otros mejoraron su talento en cursos informales, como en el caso de Lupo. Cuando cursaba su carrera de grado en biología en la USP, él empezó a estudiar dibujo y pintura clásicos en una pequeña escuela de arte de São Paulo. Con el tiempo, pasó a ilustrar sus propios trabajos, lo que atrajo la atención de sus colegas y también de otros estudiantes de posgrado, que empezaron a solicitarle dibujos científicos para sus tesis y tesinas. Otros, como Alves Pereira, frecuentaron carreras acreditadas de ilustración.

Las ilustraciones en colores se hacen con lápices de colores, acuarela, acrílica y marcadores, como en el caso de este manatí antillano (trichechus manatus)

Rosa Alves Las ilustraciones en colores se hacen con lápices de colores, acuarela, acrílica y marcadores, como en el caso de este manatí antillano (trichechus manatus)Rosa Alves

En 2002, ella se graduó en Artes Visuales en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG). Dos años después se especializó en historia de la cultura y del arte en la UFMG y en Lisboa, Portugal, y en 2011 defendió su tesina de maestría en ilustración científica en el Instituto Superior de Educación y Ciencias, también en Lisboa. “La maestría en el exterior me enseñó a dominar técnicas distintas a aquellas a que estamos acostumbrados a usar en Brasil”, afirma. Según la investigadora, es posible encontrar cursos de ilustración científica por todo Brasil, tales como los que ofrecen el Núcleo de Ilustración Científica de la Universidad de Brasilia (UnB), el Centro de Ilustración Botánica de Paraná (CIBP) y la Escuela Nacional de Botánica Tropical del Jardín Botánico de Río de Janeiro, entre otros.

Como en muchos otros campos, los ilustradores científicos suelen ser autónomos, y trabajando en diversos proyectos y con diversos clientes al mismo tiempo. “Las posibilidades de trabajo para el dibujante científico varían bastante”, dice el ilustrador botánico Klei Souza. El principal frente de trabajo aún se orienta al ambiente académico, sobre todo a áreas tales como la arqueología y la paleontología, la biología, la cartografía y la astronomía. Otra área que demanda el trabajo del ilustrador científico es la del mercado editorial, que los contrata para hacer ilustraciones destinadas colecciones de libros didácticos. También las agencias de comunicación visual suelen solicitar dibujos para ilustrar embalajes de productos cosméticos o propagandas inmobiliarias que pretenden realzar el valor de la vida vegetal alrededor de edificaciones. “Las áreas de actuación pueden ser tan amplias como las propias áreas de la ciencia”, comenta Alves Pereira. Para Lupo, el arte puede constituir una importante herramienta de comunicación científica, para acercar a las personas a temas complejos y a primera vista no muy interesantes.

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