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NECROLÓGICAS

La ciencia, una actividad colectiva

Parasitólogo de renombre internacional, Erney Plessmann de Camargo reconstruyó instituciones científicas y siempre se mostró preocupado por temas sociales

Eduardo Cesar / Revista Pesquisa FAPESPEl investigador en 2013: múltiples capacidadesEduardo Cesar / Revista Pesquisa FAPESP

El parasitólogo Erney Plessmann de Camargo consideraba que el rol del investigador iba más allá de sus contribuciones científicas. Para él, el científico tenía una función social que no podía limitarse a forjar su propia carrera; la ciencia tendría que ser una actividad colectiva en aras del bien común. “Plessmann de Camargo no fue solo un gran científico”, dice la biomédica Helena Nader, de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), actual presidenta de la Academia Brasileña de Ciencias. “Estaba empeñado en la formación de recursos humanos para la ciencia y en que esta pudiera mejorar las condiciones de vida de la gente”. Con un papel relevante en la lucha contra el paludismo y el mal de Chagas, Plessmann de Camargo falleció a los 87 años el 3 de marzo, en la ciudad de São Paulo, debido a complicaciones de una cirugía de columna.

Nacido en Campinas (São Paulo), cuando ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FM-USP), en 1953, era un joven de izquierda de origen modesto, en un ámbito hegemonizado por la elite económica e intelectual del estado. Pronto conoció a otros estudiantes y docente con quienes se identificó en el Departamento de Parasitología, dirigido por Samuel Pessoa (1898-1976). Comunista militante, Pessoa era catedrático desde 1931.

Plessmann de Camargo se graduó en 1959 y en 1961 fue contratado como ayudante en la FM-USP. Al año siguiente, comenzó a investigar el crecimiento y la diferenciación celular del Trypanosoma cruzi, causante del mal de Chagas. Para entender la bioquímica del protozoario se necesitaba disponer de una gran cantidad de ellos, pero los medios de cultivo eran muy poco eficientes. “No era posible hacerlo con una cantidad ínfima de T. cruzi”, declaró a Pesquisa FAPESP en 2013 (en la edición nº 204). Tras probar con varias combinaciones de ingredientes diferentes, obtuvo el medio de cultivo ideal. Los resultados fueron publicados en 1964 en un artículo que se convirtió en una referencia y aún hoy en día se lo sigue citando.

Ese mismo año se produjo el golpe militar y, con él, se instauró en la FM-USP de la avenida Dr. Arnaldo, en São Paulo, una investigación policial militar (IPM) que contó con la anuencia de la dirección de la facultad. Las denuncias internas dirigieron los interrogatorios hacia sus principales objetivos, entre ellos, los investigadores del área de la parasitología. Según Plessmann de Camargo, la visión social de los miembros de ese grupo era la causa de los problemas. “Más que su actuación política, era el compromiso del departamento en la lucha contra las enfermedades endémicas brasileñas lo que cimentó su fama de comunista, dado que la lucha contra esas endemias implicaba la denuncia de la pobreza y la precariedad de las condiciones sanitarias en que vivía la población”, declaró a la Comisión de la Verdad de la USP en 2015, en la foja referente a la FM.

Poco después de la IPM, comenzaron los despidos y Plessmann de Camargo fue uno de los afectados. Ese mismo año, el zoólogo estadounidense Walter S. Plaut (1923-1990), de visita en Brasil, invitó al investigador a trabajar en la Universidad de Wisconsin en Madison (EE. UU.). Para entonces, Plessmann de Camargo, quien estaba casado con la profesora de literatura inglesa Marisis Aranha Camargo y tenían dos hijos, aceptó. En 1968, el gobierno brasileño impulsó un programa de repatriación de científicos y lo invitaron a regresar. Se decantó por la FM-USP, en su campus de la localidad de Ribeirão Preto, donde defendió su tesis doctoral. Poco después, fue despedido nuevamente a causa de un recrudecimiento de la represión política.

Tras pasar un tiempo editando fascículos para Editora Abril y trabajando en un laboratorio de análisis clínicos, en 1970 fue contratado por la Escuela Paulista de Medicina (EPM), actual Unifesp. A lo largo de los 15 años de trabajo en la EPM, contribuyó a que la institución se convirtiera en una referencia en su disciplina y a instaurar el posgrado del Departamento de Microbiología, Inmunología y Parasitología.

Su regreso a la USP se produjo con la vuelta de la democracia. Volvió como profesor titular al Departamento de Parasitología, con la misión de reconstruirlo. El inmunólogo Osvaldo Augusto Sant’Anna, del Instituto Butantan, estuvo presente en la ceremonia de asunción del cargo de Plessmann de Camargo, en 1986. Según él, ese acontecimiento tuvo una profunda carga simbólica: “Fue memorable y emocionante. Allí estaba el referente de un departamento excepcional, que había sido desmantelado por la dictadura, volviendo a ocupar la cátedra de Samuel Pessoa”.

Plessmann de Camargo dirigió la reconstrucción del departamento, trasladado de la FM al Instituto de Ciencias Biomédicas (ICB), y fue Prorrector de Investigación entre 1988 y 1993. “Él sabía cómo estimular a los estudiantes de grado y posgrado y hacer que congeniaran distintos científicos en los grupos de organizó”, dice Rubens Belfort Junior, docente del Departamento de Oftalmología de la Unifesp, poniendo de relieve el éxito de Plessmann de Camargo en la Unifesp, en la USP y al frente de otras instituciones.

El parasitólogo fue director del Instituto Butantan (de 2002 a 2003) y presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, el CNPq (de 2003 a 2007). “Fue una de las mejores administraciones que tuvo el CNPq”, pondera Nader. Carlos Vogt, presidente de la FAPESP entre 2002 y 2007, elogia la eficiencia con la que Plessmann de Camargo promovió actividades conjuntas entre el CNPq y las agencias de científicas de fomento de los estados. Durante su gestión, la referida agencia federal instauró y puso en funcionamiento las plataformas Lattes y Carlos Chagas online, importantes mecanismos de información e integración de investigadores. “Siempre tuvo éxito en todas sus gestiones administrativas. Poseía un sentido de la responsabilidad y creatividad institucional muy grande”, añade Vogt. El parasitólogo presidió también la Fundación Zerbini, la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio) y la Sociedad Brasileña de Protozoología.

Aun cuando estaba ejerciendo cargos administrativos, Plessmann de Camargo nunca perdió de vista la investigación. Junto a su colega parasitólogo Luiz Hildebrando Pereira da Silva (1928-2014), conformó un tándem destacado en la lucha contra el paludismo en la Amazonia, instalando puestos de avanzada del ICB para investigar y combatir la enfermedad.

“Plessmann de Camargo fue un incansable defensor de la ciencia, un científico con una mirada social, un gestor que siempre buscó innovar. Deja un legado en la ciencia producida, en sus enseñanzas y diálogos con sus pares y alumnos. Como alumno de la EPM tuve el honor de tenerlo como profesor durante mi carrera de grado”, dice Luiz Eugênio Mello, director científico de la FAPESP. Según Marco Antonio Zago, presidente de la Fundación, el parasitólogo se preocupaba por los destinos de la universidad y del país. “Aprendí mucho con él, especialmente en la transición entre su gestión y la mía como presidente del CNPq. Tuve el honor de poder saludarlo cuando recibió el título de profesor emérito de la USP, en 2021”, relató Zago.

Desde 2021, Plessmann de Camargo era director presidente de la Fundación Conrado Wessel. Vogt, quien lo sucede en el cargo, dice que él consiguió recuperar la FCW de una situación crítica. Belfort, quien colaboró en la recuperación de la institución, resume: “Las personas como él dejan semillas. En cada lugar por donde pasó generó grupos que siguen sus mismos ideales”. Plessmann de Camargo deja a su esposa, sus hijos Marcelo, Fernando, Eduardo y Anamaria –todos científicos– y 11 nietos.

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