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POLÍTICAS PÚBLICAS

La cifra de personas superdotadas está subregistrada en Brasil

El país carece de herramientas para identificar y atender a los individuos con altas habilidades en distintas franjas etarias y áreas del conocimiento

Lívia Serri Francoio

En promedio, las personas superdotadas o con altas capacidades intelectuales, que se caracterizan por su facilidad para aprender nuevos conceptos y procedimientos, representan el 2 % de la población mundial, según las proyecciones de Mensa, una asociación de individuos con alto cociente intelectual (CI) presente en 100 países que identifica y fomenta el desarrollo de la inteligencia. En Brasil, la organización estima que hay 4 millones de personas con estas características. Sin embargo, la falta de políticas públicas para identificar a los superdotados de diferentes franjas etarias y áreas del conocimiento, el recuento en el país se limita al ambiente escolar. El Censo Escolar de 2022 del Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educativas (Inep) muestra que la cantidad de alumnos con altas habilidades académicas matriculados en escuelas públicas y privadas asciende a 26.800, una cifra que puede llegar a ser mucho más alta, según refieren los investigadores consultados para la elaboración de este reportaje.

Se considera personas con capacidad intelectual superior al promedio a aquellas que obtienen una puntuación más altos que 115 en los test que calculan el cociente intelectual. Empero, a pesar de la existencia de distintos modelos para medir las capacidades intelectuales, no existe un consenso a la hora de definir qué es la superdotación, un concepto que puede abarcar áreas más allá de lo estrictamente intelectual y que puede variar de un país a otro y entre investigadores y profesionales que trabajan con esta temática. Un documento publicado en 2019 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para analizar las políticas dirigidas a las personas superdotadas en todo el mundo muestra que existen distintos métodos para su identificación, que abarcan una combinación de pruebas de CI y rendimiento cognitivo, herramientas para medir habilidades específicas y el compromiso individual con actividades relacionadas con sus áreas y disciplinas de interés.

Según la cartilla intitulada Saberes e práticas da inclusão [Saberes y prácticas inclusivas], elaborado en 2006 por la Secretaría de Educación Especial del Ministerio de Educación (MEC) de Brasil, los alumnos superdotados “demuestran un alto potencial en cualquiera de las siguientes áreas, aisladas o combinadas: intelectual, académico, liderazgo, psicomotricidad y artes”. También son creativos y comprometidos con el aprendizaje y la realización de tareas en sus áreas de interés, según la secretaría. Dicho de otro modo, no se considera superdotado solamente a quienes obtienen buenas calificaciones en matemática y lengua, por ejemplo, sino también a aquellos que demuestran ser líderes natos, dibujan o tocan instrumentos musicales de manera magistral o exhiben rendimientos corporales excepcionales. “Un estudiante con altas habilidades artísticas puede que no sea bueno en matemática o en otra asignatura curricular. Para ser considerado superdotado, no es necesario exhibir un buen rendimiento en todas las áreas”, explica la matemática Carina Alexandra Rondini, de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), en su campus de São José do Rio Preto, quien desde 2009 lleva a cabo investigaciones en el campo de la superdotación, dos de ellas financiadas por la FAPESP.

Lívia Serri Francoio

En el ámbito escolar, la psicóloga Cristina Maria Carvalho Delou, de la Universidad Federal Fluminense (UFF) y presidenta del Consejo Brasileño de Superdotación, explica que los derechos de las personas con altas capacidades están garantizados por la Ley de Directrices y Bases (LDB), de 1996. Los alumnos con este perfil forman parte del grupo al que apunta la educación especial, también dirigida a los estudiantes con algún tipo de discapacidad y trastornos globales del desarrollo. En 2015, la Ley nº 13.234 estableció la creación de un registro nacional de alumnos superdotados matriculados en la educación básica y superior, con el propósito de otorgar subsidios para la promoción de políticas públicas. “De la misma forma en que se incumplen muchas de las directrices de las leyes federales, ese registro nunca salió del papel”, lamenta Delou.

Con base en las directrices establecidas por las leyes federales, cada unidad de la federación brasileña es responsable de publicar resoluciones, dictámenes y reflexiones para reglamentar cómo deben ser atendidos en las escuelas los alumnos con altas capacidades, incluyendo la carga horaria, los espacios y el tipo de actividades, explica la pedagoga Rosemeire de Araújo Rangni, coordinadora del Laboratorio de Investigación en Altas Habilidades de la Universidad Federal de São Carlos (Lapah-UFSCar). En el caso del estado de São Paulo, que cuenta con unos 3.000 alumnos registrados con estas características en su sistema educativo, una de las medidas previstas es la aceleración del proceso de enseñanza, que permite saltarse etapas de la educación. “No obstante, si la escuela no identifica al alumno, supone que no hay demanda de atención educativa especializada. Asimismo, no lleva un registro de los estudiantes superdotados en el Censo Escolar, lo que posteriormente dificulta el acceso a fondos específicos para crear programas e iniciativas dirigidas a esas personas. La identificación es el primer paso para romper con este ciclo”, argumenta De Araújo Rangni, quien desarrolla estudios para analizar las leyes y las políticas públicas destinadas a las personas con altas capacidades.

Según la pedagoga, uno de los grandes obstáculos para que la escuela pueda proporcionar atención educativa especializada recae en la exigencia de un informe psicológico para registrar al estudiante como superdotado. “Estos diagnósticos son inaccesibles para las familias de bajos ingresos, ya que llegan a costar 3.000 reales. Además, solo están pensados para medir altas capacidades en las áreas lógico-matemática y verbal, dejando de lado otros talentos”, critica.

Existen diferentes modelos para medir las habilidades intelectuales, pero no hay un consenso en cuanto a la definición de superdotación

Desde el punto de vista de De Araújo Rangni, las políticas de atención educativa especializada acaban priorizando a las personas con algún tipo de discapacidad. “Esto sucede, entre otros motivos, porque existe la idea equivocada de que los superdotados no necesitan estímulo ni apoyo, porque cuentan con ventajas en comparación con otros destinatarios de la educación especial”, compara. De este modo, las aulas de recursos que ofrecen actividades complementarias a los alumnos de la educación especial son idóneas para acoger a los estudiantes con discapacidad, pero no tienen en cuenta las peculiaridades de los alumnos superdotados.

En cuanto a la identificación de superdotados, la psicóloga Denise de Souza Fleith, de la Universidad de Brasilia (UnB), comenta que hace unos 40 años tan solo se definía como altas habilidades a los talentos intelectuales, medidos a través de test de CI. “Hoy en día, este concepto ha cambiado. La ciencia ha dejado de lado la mirada unidimensional sobre este fenómeno, según la cual, las altas habilidades se relacionaban solamente con la capacidad intelectual, y ahora adopta una perspectiva multidimensional, considerando que forman parte de un proceso de desarrollo que puede ser influenciado por la interacción del individuo el ambiente”, explica De Souza Fleith, también presidenta del Consejo Mundial de Niños Superdotados y Talentosos.

En este cambio en la comprensión de lo que son las altas habilidades influyeron las reflexiones de investigadores como el psicólogo estadounidense Joseph Renzulli, de la Universidad de Connecticut (EE. UU.). Según el experto, la superdotación es el resultado de una interacción entre tres factores: habilidad superior a la media en algún área del conocimiento, compromiso con la tarea y creatividad. “Los tres elementos deben estar presentes para que se manifieste la superdotación, pero los mismos pueden exhibir diferentes niveles de desarrollo”, aclara la psicóloga Tatiana de Cássia Nakano, de la Pontificia Universidad Católica de Campinas (PUC-Unicamp).

Lívia Serri Francoio

Según la investigadora, esta mirada compleja sobre el fenómeno de la superdotación ha planteado retos para la identificación de los individuos. “No hay un protocolo único y la identificación puede hacerse de muchas formas”, dice la psicóloga. A raíz de este vacío, en 2011 Nakano desarrolló, en colaboración con otros investigadores, herramientas destinadas a medir los niveles de creatividad en los niños que cursan la enseñanza fundamental. En uno de estos instrumentos de evaluación, los participantes deben realizar dibujos de acuerdo con tres propuestas diferentes. La psicóloga evalúa aspectos tales como la fluidez, la elaboración, la originalidad, la expresión de emociones, la fantasía, el movimiento y el uso del contexto. Puntúan bien los que consiguen, por ejemplo, dibujar situaciones detalladas, o a través de diferentes puntos de vista utilizar recursos creativos vinculados con percepciones emocionales y recursos cognitivos para encontrar soluciones artísticas originales.

También preocupada por la escasez de herramientas centradas en la detección de otros talentos más allá de lo intelectual, la música y psicopedagoga Fabiana Oliveira Koga ideó una metodología para identificar a los niños con altas habilidades en el área de la música. La investigadora empezó a desarrollar el protocolo en 2016, mientras realizaba un doctorado en la Unesp, en su campus de la localidad de Marília, y actualmente cumple una pasantía posdoctoral en la UFSCar, supervisada por De Araújo Rangni, ambas con financiación de la FAPESP. La herramienta se compone de 54 ejercicios auditivos que evalúan las aptitudes del individuo en relación con la melodía, el ritmo y la intensidad. Asimismo, el niño el niño expresa sus habilidades a través de la escritura o el dibujo y responde a un cuestionario. En una plataforma digital, puede subir videos suyos interpretando, por ejemplo, una canción de su autoría. Los docentes, las familias y los administradores escolares también responden cuestionarios sobre el niño. La prueba se extiende durante alrededor de 30 minutos y a los que obtienen una puntuación superior a la media un músico profesional les analiza su desempeño y su producción musical y artística. En la investigación, Oliveira Koga evaluó a 653 estudiantes de la enseñanza fundamental de escuelas públicas y privadas de la ciudad de Marília, en el interior de São Paulo, y detectó que 104 (el 16 %) de los participantes mostraban indicadores de talento musical, de los cuales 11 mostraban altas habilidades.

Actualmente, la investigadora trabaja en colaboración con la Secretaría de Educación de la ciudad de Vera Cruz, en el interior de São Paulo, para poner en marcha un programa de mejora de la enseñanza para estudiantes superdotados. Dicho programa se pondrá en marcha en 2024 en ocho escuelas públicas de la ciudad y el primer paso consistirá en identificar a los niños con estas características. Posteriormente, participarán en cursos para mejorar su proceso de aprendizaje. La iniciativa se basará en las directrices debatidas por el Grupo de Investigación para el Desarrollo del Potencial Humano (Grupoh-UFSCar), del que Oliveira Koga forma parte y que dirige De Araújo Rangni.

Lívia Serri Francoio

Mientras que hasta 2014 los programas de educación especial se centraban en los alumnos con discapacidad, al año siguiente, la alcaldía de São Luís, en Maranhão, decidió ampliar el público al que atendía creando el Núcleo Para Alumnos con Características de Altas Capacidades/Superdotados. En 2020, el núcleo pasó a llamarse Centro de Atención Educativa Especializada para Altas Habilidades o Superdotación. Desde entonces ha comenzado a identificar a los alumnos con este perfil en las escuelas de la red pública municipal, así como a ofrecer capacitación a los docentes de la educación básica para que colaboren en el proceso de identificación de estos alumnos. Inicialmente, el docente remite al centro a los alumnos con un rendimiento escolar superior al promedio. En un proceso de análisis que dura entre cuatro y diez meses, un equipo multidisciplinario de profesionales evalúa la capacidad cognitiva de los estudiantes, su creatividad y su implicación con las tareas encomendadas. “Se define que un alumno tiene altas capacidades cuando estas tres características son manifiestas”, explica la pedagoga Sandreliza Pereira Mota, directora del centro. Hoy en día con 150 alumnos, el mismo ofrece a sus participantes actividades tales como escritura creativa, clases de guitarra, robótica y arte en un horario en contraturno escolar. Por su excepcional rendimiento en la etapa estadual de la competencia, tres estudiantes de la red municipal que asisten al centro participaron en octubre en la etapa nacional de la Olimpíada Brasileña de Robótica, realizada en Salvador (Bahía).

También en relación con el reconocimiento de este perfil de individuo, Rondini, de la Unesp, especifica que en el proceso debe tomar parte un equipo multidisciplinario que evalúe los aspectos cognitivos, además de ser multirreferencial, es decir, que incluya la mirada de los familiares, compañeros y docentes y las actitudes de la persona evaluada en múltiples contextos. Asimismo, debe abarcar métodos distintos, tales como examen psicológico y psicopedagógico y considerar toda la trayectoria de vida, como así también diferentes habilidades, entre ellas la creatividad y la capacidad de liderazgo e intelectual, la motricidad y las habilidades sociales y emocionales. La investigadora dice que los profesionales capacitados para realizar la identificación utilizan múltiples herramientas para obtener una imagen integral del individuo, para finalmente indicar si presenta o no comportamientos asociados con altas capacidades. “En el caso de los niños y adolescentes en edad escolar, los resultados de la evaluación deben servir para fundamentar la planificación de actividades pedagógicas”, dice Rondini, coordinadora de la Red de Atención Integral del Superdotado (Rais), un proyecto de extensión de la Unesp, campus de São José do Rio Preto.

Otro reto para la identificación de las personas superdotadas está relacionado con la condición denominada doble excepcionalidad, es decir, cuando los individuos presentan una discapacidad o trastorno y, a la vez, son superdotados en algún campo del conocimiento. “Estas personas rompen los paradigmas, porque exhiben un rendimiento por debajo de la media en algún área y superior al promedio en otra, por lo que su identificación es aún más compleja”, explica De Araújo Rangni. Según ella, es habitual que en estos casos muchos acaben siendo diagnosticados solamente por su discapacidad, dejando encubierto su talento excepcional.

Es necesario deconstruir la idea errónea de que los superdotados no necesitan estímulos y apoyo

Además de las deficiencias en cuanto a las herramientas de identificación, otro problema desde la perspectiva de las investigadoras es la falta de formación docente. “El tema de las altas habilidades no forman parte de la programación curricular de las carreras de pedagogía y el profesorado. Por otra parte, el proceso de reconocimiento de los niños superdotados generalmente empieza en la escuela, cuando el docente nota que determinado alumnos presenta características que los diferencian del grupo”, sostiene Nakano, de la PUC-Campinas.

Los niños superdotados que no son identificados ni reciben un tratamiento adecuado acaban perdiendo interés en la escuela y se vuelven susceptibles a presentar dificultades sociales y emocionales, pudiendo tener problemas de conducta e indisciplina. En una investigación financiada por la FAPESP, realizada en 2020 en la Universidad de California en Berkeley (EE. UU.), Nakano evaluó las competencias socioemocionales en estudiantes identificados con altas habilidades. A partir del análisis de una base de datos de un examen educativo estadual, se compararon los resultados de los alumnos identificados como superdotados con los de otro grupo de la misma edad, pero sin esas altas habilidades, mediante un test que incluía 162 preguntas, que indagaban en factores tales como la apertura a lo nuevo, la capacidad de autogestión, el compromiso con los demás, la gentileza y la resiliencia emocional. “El grupo de los alumnos superdotados obtuvo mejores resultados en todas las habilidades evaluadas. Sin embargo, sin una atención adecuada, pueden exhibir vulnerabilidades, y pueden desarrollar dificultades especialmente en lo vinculado con las cuestiones emocionales y sociales”, dice la psicóloga.

En el marco de un caso desarrollado en diálogo con un equipo multidisciplinario, la psiquiatra especializada en infancia y adolescencia Marília Pessali relata que en 2021 recibió en su consultorio a un niño de 5 años con características relacionadas con la superdotación, además de presentar problemas de conducta, sufrimiento mental y agresividad. Al mismo tiempo, su rendimiento escolar era superior al promedio de su clase en las actividades relacionadas con el proceso de alfabetización, inglés, aprendizaje de matemática y otras asignaturas. Inicialmente, Pessali optó por medicar al paciente para calmar su ansiedad y agresividad. Pero tras un proceso de identificación que se extendió durante cuatro meses, el niño fue definido como superdotado, con una capacidad cognitiva superior a la media, una creatividad excepcional para las artes y facilidad para aprender nuevos conceptos. Con el informe del médico, pudo saltarse un año en el colegio y empezó a recibir la atención de un psicoterapeuta.

Lívia Serri Francoio

“Los cambios repercutieron positivamente en su conducta y acabé por suspender su medicación”. Los debates sobre cómo tratar a los superdotados todavía son incipientes en el campo de la medicina”, dice la investigadora, quien es miembro del Grupoh-UFSCar y actualmente trabaja en un artículo para describir el caso de su paciente. Ante situaciones como esta, Rondini, de la Unesp, sostiene que Brasil necesita deconstruir el supuesto instalado de que los alumnos superdotados fueron agraciados con algo que los favorece y, por lo tanto, no necesitan más atención, dado que pueden desarrollarse por sí mismos.

En un estudio de revisión de la bibliografía sobre las altas capacidades, la psicóloga Denise Arantes-Brero, directora del Núcleo Paulista de Atención al Superdotado, comprobó que en los últimos cinco años se publicó una cantidad significativa de artículos científicos sobre el tema, totalizando 52 producciones, en áreas tales como políticas públicas e inclusión, educación y práctica docente, características e identificación, desarrollo de habilidades, terminología y test. “La mayoría de los artículos identificados se basa en debates teóricos. Los investigadores deberían volcarse a estudios sobre las intervenciones que consideren las especificidades de la población brasileña, como así también su cultura. De esta manera, será posible elaborar propuestas de identificación y atención adecuada a la realidad local”, propone Arantes-Brero.

Por último, también en cuanto a las políticas públicas, Carvalho Delou, de la UFF, argumenta que de la misma forma que el gobierno federal ofrece el Subsidio Asistencial para las Personas con Discapacidad ‒ que concede un salario mínimo a las personas en esta condición con bajos ingresos comprobados ‒, es necesaria la formulación de políticas específicas de apoyo para los estudiantes con altas habilidades. “Esta propuesta incluye la oferta de becas de estudio o iniciación a la investigación científica que le permitan al individuo superdotado desarrollar su talento y evolucionar en su vocación en diferentes ámbitos, desde el académico hasta el deportivo”, sostiene la investigadora. En este sentido, ella recuerda la historia de la gimnasta gaúcha Daiane dos Santos, una superdotada reconocida. Ella empezó a hacer gimnasia artística a los 12 años, una edad considerada tardía en comparación con otros atletas que inician su preparación en la primera infancia. Dos Santos entrenaba 12 horas por día en un club que le costeaba su madre, y en 2003 fue la primera brasileña que se consagró campeona mundial de la modalidad. “Sin los recursos de su familia, Dos Santos no hubiera llegado hasta donde llegó. Brasil necesita políticas públicas que permitan que los talentos como ella se desarrollen”, concluye diciendo Carvalho Delou.

Proyectos
1.
 Evaluación de las aptitudes socioemocionales en estudiantes caracterizados con altas habilidades/superdotación y estudiantes regulares (nº 19/20989-3); Modalidad Beca en el exterior – Investigación; Investigadora responsable Tatiana de Cássia Nakano (PUC-Campinas); Inversión R$ 131.194,68.
2. Protocolo para el cribado de habilidades musicales (PSHM). Estandarización y normalización (nº 19/14466-8); Modalidad Beca posdoctoral; Investigadora responsable Rosemeire de Araújo Rangni; Beneficiaria Fabiana Oliveira Koga; Inversión R$ 210.760,19.
3. Los alumnos con altas habilidades. Formas de atención educativa especializada e instrumentos de identificación (nº 15/02667-8); Modalidad Becas en el exterior – Investigación; Investigadora responsable Carina Alexandra Rondini; Inversión R$ 136.136,95.

Artículos científicos
PEDERRO, M. F. P. et alRevisão das produciones científicas sobre altas habilidades/superdotación no Brasil no período de 2011 a 2015Revista Educación Especial. v. 30, n. 58, may./ago. 2017.
RONDINI, C. A. Termos, conceitos e contextos da superdotación In: RONDINI, C. A.; REIS, V. L. (org.)Altas habilidades/SuperdotaçãoInstrumentais para identificação e atendimento do estudante dentro e fora da sala de aula comum. 1ª ed. Curitiba: Editora CRV, 2021. v. 1. p. 119-41.
RONDINI, C. A. et alDiretrizes legais para o atendimento do estudante com altas habilidades/superdotaciónRevista Eletrônica de Educação. v. 15. 2021.

Documento
La Política Nacional de Educación Especial desde la Perspectiva de la Educación Inclusiva. Brasil: Ministerio de Educación, 2008.

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