En vísperas del centenario del nacimiento de Clarice Lispector (1920-1977), que se conmemora el 10 de diciembre, se llevan adelante diversos eventos en homenaje a la autora de clásicos tales como A hora da estrela [La hora de la estrella] (editorial Livraria José Olympio, 1977. Madrid: Siruela) y A paixão segundo G.H. [La pasión según G.H.] (editorial Editora do Autor, 1964. Caracas: Monte Avila). “Mucha gente cree que Clarice Lispector se hizo famosa ahora, pero ella es una de las pocas escritoras brasileñas que tuvieron un reconocimiento en vida, tan es así que durante la primera mitad de la década de 1950 ya había sido traducida al francés. Para 2010, ya eran 180 las traducciones de sus obras, de Oriente a Occidente”, dice Nádia Batella Gotlib, docente jubilada de literatura brasileña de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo (FFLCH-USP). “Quizá una buena forma de homenajearla ahora sea quedarse en silencio y releer sus libros”.
Lispector nació en Ucrania y llegó a Brasil en 1922 junto a sus padres y dos hermanas huyendo del antisemitismo y de la miseria. En primera instancia, la familia de origen judío recaló en Maceió (estado de Alagoas), donde vivían algunos parientes. Tres años después, se mudaron a Recife (estado de Pernambuco). “Su verdadero nombre de nacimiento era Haia, y durante su infancia vivió en la pobreza”, prosigue Batella Gotlib, autora de la primera biografía sobre la escritora, intitulada Clarice, uma vida que se conta [Clarice, una vida que cuenta], fruto de su tesis de libre docencia, publicada por la editorial Ática en 1995 y que actualmente forma parte del catálogo de la editorial Edusp. “En la ciudad de Recife, ella aprendió a leer y quedó fascinada por la literatura. Incluso llegó a enviar algunos cuentos a la sección infantil del periódico Diário de Pernambuco, que nunca se publicaron, y también escribió una obra de teatro. Ese fue el comienzo de todo”.
En la década de 1930, luego del fallecimiento de su esposa, Pedro Lispector decidió llevar a sus hijas a estudiar en Río de Janeiro. La menor, Clarice, se inclinó por la carrera de Derecho. En 1939 ingresó en la antigua Universidad de Brasil, actualmente la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). “Ella se preocupaba mucho por la cuestión social y decía que eligió el derecho para tratar de mejorar el sistema carcelario brasileño, pero nunca ejerció la profesión”, relata el poeta Eucanaã Ferraz, de la Facultad de Letras de la UFRJ. Durante la carrera empezó a trabajar como periodista, una época en la que también publicó cuentos en revistas. “Fue una de las primeras periodistas brasileñas en un tiempo en que las mujeres no eran habituales en las redacciones”, dice Yudith Rosenbaum, docente de literatura brasileña de la FFLCH-USP, quien estudia la obra de la autora desde la óptica psicoanalítica desde la década de 1990.
En 1943, el año en que se graduó, la editorial A noite publicó Perto do coração selvagem [Cerca del corazón salvaje], la primera novela de Lispector, que en ese entonces mereció del crítico literario Antonio Candido (1918-2017) el comentario siguiente: “Un impresionante intento por llevar nuestro lenguaje ordinario a dominios poco explorados, forzándolo a adaptarse a un pensamiento pleno de misterio para el cual sentimos que la ficción no configura un ejercicio o una aventura afectiva, sino un instrumento real del espíritu”. El libro, que sigue los pasos de su protagonista Joana sin un hilo cronológico, tuvo una “espléndida acogida”, según recuerda João Camilo Penna, de la Facultad de Letras de la UFRJ, y recibió críticas favorables, como las del poeta Sérgio Milliet (1898-1966). Una de las voces disonantes fue Álvaro Lins (1912-1970), del periódico Correio da Manhã, a quien no lo convenció la narrativa fragmentada, que justamente era el aspecto innovador de la obra. “De cualquier manera, Clarice logró una proyección inmediata con ese libro, donde ya sienta las bases de ciertos aspectos que serían recurrentes a lo largo de su obra, tales como el feminismo y la metafísica”, dice Penna.
Ese mismo año, Lispector se casó con un compañero de la facultad, el futuro diplomático Maury Gurgel Valente (1921-1994), con quien tuvo dos hijos, Pedro y Paulo. A causa de la profesión de su marido, ella vivió en sitios tales como Inglaterra y Estados Unidos. En la ciudad italiana de Nápoles terminó de escribir su segunda novela, O lustre [La araña] (editorial Agir, 1946. Buenos Aires: Corregidor), y más tarde, en Suiza, “en medio del silencio aterrador de las calles de Berna”, tal como lo describió en una carta enviada a sus hermanas, concluyó A cidade sitiada [La ciudad sitiada] (editorial A noite, 1949). Los tres primeros libros de la autora fueron reeditados al final del año pasado por la editorial Rocco y dieron comienzo a la serie de publicaciones prevista por dicha editorial carioca con motivo de la celebración de su centenario. “En total serán 18 títulos, entre novelas, recopilaciones de cuentos y crónicas”, dice el editor Pedro Karp Vasquez. “Al final de cada tomo incluimos un epílogo firmado por un experto para que funcione no como una guía de lectura, algo que le hubiera desagradado a Clarice, sino como un instrumento de expansión de las posibilidades de interpretación”.
En el proyecto gráfico del diseñador Victor Burton, las portadas son pinturas realizadas por la propia escritora hacia el final de su vida, entre 1975 y 1976. “Clarice Lispector no pretendía ser una artista plástica: el acto de pintar era una forma libre de expresión”, opina Ricardo Iannace, docente del Programa de Posgrado en Estudios Comparados de Literaturas de la Lengua Portuguesa de la USP. En el libro intitulado Retratos em Clarice Lispector: Literatura, pintura e fotografia (editorial UFMG, 2009), resultado de un desdoblamiento de su tesis doctoral en aquella universidad, el investigador recopiló 22 cuadros pintados por la escritora que se conservaban en las colecciones de la Fundación Casa de Rui Barbosa y del Instituto Moreira Salles (IMS) y en la casa de una de sus amigas más íntimas, la escritora Nélida Piñon. “Excepto un lienzo, el resto de los trabajos están plasmados sobre madera con pintura, vela fundida, bolígrafo e incluso esmalte de uñas. Se trata de una técnica mixta, sobre todo en del orden de lo abstracto, que se corresponde en gran medida con la literatura ‘clariceana’”.
En el mes de septiembre fue publicado uno de los títulos más esperados por los investigadores. El libro Todas as cartas reúne 284 epístolas escritas por Lispector entre las décadas de 1940 y 1970. “Entre las inéditas figuran alrededor de 50 cartas que le envió a interlocutores tales como Rubem Braga [1913-1990], Otto Lara Resende [1922-1992], Mário de Andrade [1893-1945] y Lygia Fagundes Telles”, señala Teresa Montero, doctora en Letras por la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-RJ) y estudiosa de la obra clariceana desde hace tres décadas. “En la correspondencia con João Cabral de Melo Neto [1920-1999], por ejemplo, ella reflexiona sobre el quehacer literario y su estado anímico ante aquella especie de exilio en Berna, cuando acompañaba a su marido”.
Responsable del prefacio y de las 510 notas que sitúan en contexto el material recopilado en la obra, Montero está preparando para el año que viene una edición ampliada de su libro intitulado Eu sou uma pergunta: Uma biografia de Clarice Lispector, publicado originalmente en 1999. La editorial Rocco también tiene previsto para 2021 la publicación de G.H. – Diário de um filme, título provisional del libro escrito y compilado por Melina Dalboni, la guionista de A paixão segundo G.H., con la dirección de Luiz Fernando Carvalho. Según Dalboni, la idea era delinear el paso a paso de la producción cinematográfica y también el diálogo que establece entre la literatura y el cine. Previo al inicio del rodaje, en 2018, parte del equipo asistió a talleres teóricos impartidos por expertos en la obra de Lispector, tales como Batella Gotlib, Rosenbaum, José Miguel Wisnik y Franklin Leopoldo e Silva. “Nos ayudaron a entrar en el universo clariceano, donde se hace necesario aprender a leer por detrás de las palabras”, relata Dalboni. “Clarice es una autora de las entrelíneas”.
En el largometraje que aún no tiene fecha de estreno y está inspirado en la novela homónima de Lispector, la actriz Maria Fernanda Cândido interpreta a una escultora de clase media alta que, al entrar al dormitorio de Janair, su empleada doméstica renunciante, vive una profunda experiencia existencial en la que llega a comerse una cucaracha. “Es una historia incómodamente actual y de una potencia revolucionaria devastadora que, casi siempre, suele interpretarse desde un sesgo filosófico y psicológico, invisibilizando innumerables capas estructurales de la novela, tales como la lucha de clases y el prejuicio racial”, dice Carvalho.
“En el libro, el proceso de toma de consciencia de G.H. ocurre de manera densa, rápida e impactante”, apunta la investigadora Ludmilla Carvalho Fonseca, quien en su tesis doctoral comparó ese proceso con otro similar en Les belles images, publicada en 1966 por la francesa Simone de Beauvoir [1908-1986]. En su tesis, defendida en el mes de julio en la Facultad de Ciencias y Letras de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), Carvalho Fonseca procura entender de qué manera las dos protagonistas de estas novelas escritas en la década de 1960 modificaron su propia manera de pensar al respecto de la condición social en la cual se hallaban insertas y también sobre la condición existencial femenina.
Otra producción cinematográfica en curso es O livro dos prazeres [El libro de los placeres]. El filme, una versión libre de Uma aprendizagem ou O livro dos prazeres [Un aprendizaje o el libro de los placeres], una novela de Lispector publicada por la editorial Sabiá en Brasil, en 1969, narra la historia de amor entre el filósofo Ulisses, interpretado por Javier Drolas, con Simone Spoladore en la piel de la angustiada profesora Lóri. “La trama ha sido adaptada a la actualidad y aborda el periplo de reconocimiento íntimo de Lóri, y su conflicto con el afecto y la autorrealización en una sociedad todavía patriarcal, aun 50 años después de la publicación del libro. Lóri aprende a amar enfrentándose a su propia soledad”, analiza la cineasta Marcela Lordy, directora del largometraje, cuyo estreno está previsto para el año que viene. “Se trata de un libro escrito después del AI-5 [el Acto Institucional Número 5], en el apogeo de la dictadura militar [1964-1985], donde Lóri toma las riendas de su propia vida. Clarice Lispector promueve una revolución feminista desde adentro”.
En una charla con la psicoanalista Maria Lúcia Homem, la cineasta hablará del filme en el Coloquio Internacional: Cien Años de Clarice Lispector, organizado por las profesoras Rosenbaum y Cleusa Rios Passos, también de la FFLCH-USP. El evento, cuya programación será virtual como consecuencia de la pandemia del covid-19, está previsto que se realice del 19 al 21 de octubre, y contará con la participación de expertos de Brasil, Portugal, Estados Unidos y Francia, lo que refleja el creciente alcance mundial de la obra clariceana, según Rosenbaum. “La vigencia de una obra no depende solamente de la excelencia del autor, sino de las diversas lecturas que surgen de la misma”, afirma la autora de Metamorfoses do mal: Uma leitura de Clarice Lispector (editorial Edusp/FAPESP, 1999). “Y eso hoy en día Clarice lo tiene de sobra. El resultado de ello es que sale renovada de cada lectura”.
Las diversas lecturas suscitadas por la obra clariceana también están presentes en el libro intitulado Visões de Clarice Lispector: Ensaios, entrevistas e leituras, publicado este año por la Imprenta Universitaria de la Universidad Federal de Ceará (UFC). La obra, compilada por Fernanda Coutinho y Sávio Alencar, reúne el trabajo de 24 estudiosos que reflexionan sobre el legado de la escritora, incluyendo a las traductoras de su obra en los idiomas italiano, alemán, español e ídish. “Ella vivía en una investigación permanente y su escritura, de diseño inquieto y perturbadoro, lograba decir lo indecible al tratar temas tales como el de lo femenino y la animalidad”, dice Coutinho, del Programa de Posgrado en Letras de la UFC. “Creo que por eso es tan contemporánea y seduce a las nuevas generaciones de lectores”.
En 1959, al separarse de su marido, Lispector regresó a Río de Janeiro con sus dos hijos pequeños, luego de pasar 16 años en el exterior. Para mantenerse, volvió a publicar cuentos, en esta ocasión en la revista Senhor, y publicó el libro Laços de família [Lazos de familia] (Livraria Francisco Alves Editora, 1960. Buenos Aires: Sudamericana), que la introdujo nuevamente en el circuito literario carioca. “Asimismo, su producción de cuentos se revela destinada a un público más amplio”, sostiene Penna, de la UFRJ. Un público que se expandirá cuando Lispector comienza e escribir crónicas para el periódico Jornal do Brasil, en 1967. Parte de esa producción fue recopilada y plasmada en el libro A descoberta do mundo (editorial Nova Fronteira, 1984), compilado por su hijo menor, el economista y escritor Paulo Gurgel Valente.
La mujer de esa etapa de su regreso a Brasil, con casi 40 años de edad, se topa con la casi sexagenaria en el espectáculo Ao redor da mesa, com Clarice Lispector [Alrededor de la mesa, con Clarice Lispector], escrito y dirigido por Clarisse Fukelman, docente de la Facultad de Comunicación de la PUC-RJ y experta en la obra clariceana. La puesta en escena, en cartelera en el mes de marzo en el Espaço Sesc, de Río de Janeiro, debió interrumpir sus funciones a causa de la pandemia. Ahora, durante el mes de octubre, convertido en una serie de 9 episodios bajo el título Ao redor da tela, com Clarice Lispector [Alrededor de la pantalla, con Clarice Lispector], el espectáculo está disponible en la Plataforma Sesc RJ en YouTube.
El contexto de la pandemia también afectó la exposición Constelação Clarice, del IMS, que exhibe parte de la colección de la escritora. Con estreno previsto para el mes de diciembre, finalmente la muestra será inaugurada en São Paulo en julio del año que viene. “La idea no solo consiste en reunir material biográfico de la homenajeada, sino también obras de artistas visuales contemporáneos de Clarice Lispector, tales como Djanira [1914-1979], Fayga Ostrower [1920-2001] y Maria Bonomi”, explica Eucanaã Ferraz, curador de la muestra junto a la escritora Verônica Stigger y también organizador del sitio web Clarice Lispector, del IMS. “Queremos intentar descubrir las inquietudes de esas mujeres en una época que todavía estaba signada por el sometimiento femenino, para poder establecer vínculos entre ellas”.
Proyecto
Fragmentos de pasión y belleza: La toma de conciencia en A paixão segundo G.H. (1964), de Clarice Lispector, y Les belles images (1966), de Simone de Beauvoir (nº 16/13683-7); Modalidad Beca de Doctorado; Investigadora responsable Daniela Mantarro Callipo (USP); Becaria Ludmilla Carvalho Fonseca; Inversión R$ 152.405,89