Investigadores de la Universidad Tecnológica de Nanyang (NTU), en Singapur, analizaron los trabajos sobre integridad y ética en la investigación científica publicados entre 1990 y 2020 y, en un artículo que publicaron en junio en la revista Scientometrics, mostraron cómo ha florecido y evolucionado la producción de este campo del conocimiento en las últimas tres décadas. Según consta en el paper, coordinado por el científico de materiales Michael Khiam Aik Khor, director de la Oficina de Contratación de Talentos, Apoyo a la Carrera y Análisis Bibliométrico de la NTU, la plataforma Dimensions recopila los registros de 9.742 artículos, que incluyen estudios sobre plagio, falsificación, protocolos de investigación, entre otros varios temas. La cantidad de artículos publicados ha crecido a una tasa de un 12,5 % anual durante ese período: en 2020 fueron 1.265, frente a tan solo 37 en 1990.
Tanto en cifras absolutas como en el porcentaje de la producción científica general, a lo largo del tiempo fue creciendo la presencia de artículos en la modalidad de cooperación internacional. En 2020, el 30 % de las publicaciones tenía autores de más de un país; en 2015 eran un 20 % y, en 2010, alrededor de un 10 %. Empero, la cooperación no era muy amplia y eran pocas las naciones implicadas. Las principales colaboraciones incluían a investigadores de Estados Unidos con colegas del Reino Unido o de Canadá. Entre 2007 y 2020, la cantidad de colaboraciones entre los países ricos y los de ingresos medios se multiplicó por ocho, según los datos obtenidos por la NTU. Y prácticamente no se registraron colaboraciones entre los países de bajos ingresos.
La mayoría de los artículos y colaboraciones internacionales corresponden a países de alta renta. La lista de los países con más publicaciones la lidera Estados Unidos con 2.444 papers, seguido muy de cerca por el Reino Unido. En un segundo pelotón aparecen Canadá, Australia y Brasil y, en un tercer grupo, se destacan Alemania, Sudáfrica, Países Bajos y China.
El perfil de la producción de Brasil es bastante peculiar. Si bien ocupa el 5º puesto entre las 30 naciones con mayor volumen de artículos sobre integridad y ética en la investigación científica, el país figura último en el ranking de los que más publicaron a través de colaboraciones internacionales. Sucede que, a contramano de la tendencia internacional, la mayoría de los trabajos brasileños fueron en idioma portugués y se publicaron en revistas médicas regionales. La conclusión principal del estudio es que se registra una maduración progresiva de la comunidad dedicada a la integridad científica, con la difusión de estándares internacionales de ética y conducta responsable en todo el mundo.
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