leonardo da vinci / reproduçãoEn algunos años a lo mejor es posible usar un perfil genético para prever quién corre mayor riesgo de sufrir un infarto y para determinar maneras más eficientes de evitar ese problema cardíaco. Esto es lo que esperan Mario H. Hirata y su grupo de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de São Paulo. En colaboración con investigadores del Instituto Dante Pazzanese de Cardiología de São Paulo, y de la Universidad de Santiago de Compostela, España, Hirata está analizando el nivel de actividad de los genes (transcriptoma) en busca de una forma para el infarto –y ha hallado algunos genes más activos y otros menos activos en la sangre de diez pacientes con diagnóstico de infarto agudo. “Es importante descubrir que el problema cardíaco sucedió porque determinadas proteínas no funcionaron en forma adecuada”, comenta el investigador, que no puede dar detalles del trabajo hasta su publicación. Otro resultado es que el transcriptoma de quien sufre el primer infarto es diferente al que padecen aquéllos que ya han pasado por el segundo. Si el equipo devela la ruta que lleva al segundo infarto, talvez se vuelva posible encontrar un tratamiento específico para evitar que el problema se repita. Para Hirata, la prevención es esencial, pues el 20% de los infartados muere antes de llegar al hospital y por que las internaciones representan el mayor gasto del Sistema Único de Salud.
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