Un truco deshonesto que utilizan los investigadores para inflar el impacto de su producción científica es el abuso de la autocita. Esto ocurre cuando el autor, al redactar un artículo, menciona sin necesidad varios de sus trabajos anteriores, con el objetivo de elevar el número de citas. Un estudio publicado en el Journal of Occupational and Organizational Psychology por investigadores de la Universidad de Lovaina, en Bélgica, sugiere que el exceso de autocita es un fenómeno que se detecta con mayor asiduidad entre autores residentes en países donde el individualismo y la competitividad se encuentran acentuados como rasgos culturales, tales como Estados Unidos y el Reino Unido. “En esos países, el énfasis está dirigido al desarrollo personal, que genera condiciones para reforzar las prácticas de autopromoción”, escribió Nick Deschacht, autor principal del estudio, en una publicación en el blog de la London School of Economics and Political Science, del Reino Unido.
La autocita es menos frecuente, según ese estudio, en aquellos países donde predomina una cultura más encuadrada como colectivista, tales como China y Corea del Sur. Deschacht y su equipo analizaron el número de autocitas en 1.346 artículos publicados entre 2009 y 2014 en las áreas de administración y negocios. En los países “individualistas”, el 13% realizó cinco o más autocitas en los trabajos analizados, en contraposición a apenas un 7% de los autores de países apuntados como “colectivistas”.
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