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Estrategias

La impopular Alemania

Competencia, disciplina, respeto. Parece que ninguno de estos reconocidos atributos germánicos basta para atraer a jóvenes becarios hacia las universidades y centros de investigación de Alemania. Eso es lo que revelan los nuevos números de la Comisión Europea, por intermedio del ente Marie Curie Fellowships, que concede becas de doctorado y posdoctorado a aquéllos que deseen estudiar en otro país dentro del continente europeo. Solamente un 10% de las 2.080 becas otorgadas entre 1999 y 2001 fueron rumbo a Alemania. Holanda, un país con una base científica mucho menor, atrae casi al mismo número de becarios. El país más popular entre los jóvenes científicos europeos continua siendo Inglaterra, que atrae a alrededor de un tercio de los nuevos becarios. Investigadores alemanes entrevistados por la revista Nature, que divulgó el informe (el 28 de febrero), culpan especialmente a la dificultad del idioma y a la notoria burocracia de las administraciones de las universidades. La situación es particularmente difícil en la parte oriental de Alemania, dice Jörg Oehlmann, un toxicolólogo de la Universidad de Frankfurt, que supervisó las becas de Marie Curie Fellowships en el pasado. “Muchos estudiantes no se animan por el hecho de que el inglés es poco hablado y entendido en el lado oriental de Alemania”, dice Oehlmann. “Esto puede transformar la vida cotidiana en una verdadera aventura para los extranjeros”, advierte.

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