Los últimos años se han caracterizado por un notable avance en el desarrollo de tecnologías asistenciales, los dispositivos y los servicios diseñados para proporcionar habilidades funcionales a las personas con discapacidades. Según la Organización Mundial de la Propiedad Industrial (OMPI), entre 1998 y 2020 se solicitaron más de 130.000 patentes asociadas a innovaciones capaces de mitigar los problemas que afrontan los individuos con dificultades de movilidad o con restricciones visuales, auditivas y de coordinación motora. Este dato forma parte del informe intitulado “Tendencias de la tecnología 2021. Tecnologías de apoyo”, elaborado por la OMPI, un organismo vinculado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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El principal foco innovador apunta hacia las denominadas tecnologías de apoyo emergentes, entre las que se cuentan los robots, la inteligencia artificial, los sensores y otros recursos digitales, tales como las herramientas de accesibilidad de los sistemas operativos y las aplicaciones para computadoras y celulares inteligentes que ofrecen teclados en braille, escritura por voz y rastreadores oculares que posibilitan controlar la computadora con la vista.
Desde 2013, el registro de tecnologías de apoyo emergentes viene creciendo a un ritmo de un 17 % anual, una expansión tres veces mayor que la que se constata para las innovaciones convencionales, como las mejoras de las sillas de ruedas y los audífonos.
En 2021, la mayoría de estas nuevas tecnologías se hallaban en etapa de desarrollo, mientras que solo un 18 % se comercializaban. Para la OMPI, esto es un indicador de que los próximos años estarán signados por un boom de lanzamientos de productos y servicios de asistencia robótica y digital. El informe demuestra que China, Estados Unidos, Alemania, Japón y Corea del Sur son los cinco orígenes principales de las innovaciones en el área. La incidencia de Brasil en la producción mundial es escasamente representativa, ya que su participación alcanza a tan solo el 0,21 % de las exportaciones globales.
Con todo, los beneficios de estos avances tecnológicos no son accesibles para la totalidad de la comunidad de personas con discapacidades. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), más de 2.500 millones de personas en todo el planeta necesitan uno o más productos de apoyo para mitigar discapacidades físicas o superar limitaciones físicas y motoras impuestas por la edad. De ese total, más de 1.000 millones no tienen acceso a estos recursos, fundamentalmente en los países de ingresos medios y bajos.
En São Paulo, tan solo el 28 % de las personas con discapacidades disponen de equipamientos de apoyo adecuados a sus necesidades. Esta constatación surge de un estudio realizado por el Instituto de Medicina Física y Rehabilitación (Imrea) del Hospital de Clínicas (HC) de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FM-USP). “No tenemos datos de todo el país, pero la experiencia demuestra que la realidad en los demás estados es aún más precaria”, dice la médica fisiatra Linamara Rizzo Battistella, directora del Imrea (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 304).
“El país necesita una política nacional de acceso a las tecnologías asistenciales. Esto implica la adquisición de equipamiento actualizado y en cantidad suficiente, así como una estrategia de democratización del acceso”, dice la Investigadora. “La tecnología es fundamental para facilitar la inclusión de las personas con discapacidades en la sociedad, en los sistemas educativos y sanitarios y en el mercado laboral”.
Para Rizzo Battistella, Brasil cuenta con centros de innovación capacitados para el desarrollo de tecnología de punta, pero muchos productos no cuentan con respaldo gubernamental ni del sector productivo. Un ejemplo de esta situación, dice la médica, son los modelos de exoesqueletos robóticos de apoyo a la locomoción para individuos con paraplejia diseñados por la escuela de Ingeniería de São Carlos en la Universidad de São Paulo (EESC-USP), las universidades federales de Rio Grande do Norte (UFRN) y de Espírito Santo (Ufes) y la Universidad de Brasilia (UnB) (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 301). “Se trata de dispositivos altamente calificados, pero que no se encuentran disponibles a nivel comercial. Así, a los usuarios no les queda otra que adquirir los modelos importados”, reflexiona Rizzo Battistella.
A continuación, se hará un repaso de las innovaciones brasileñas lanzadas recientemente o en fase avanzada de desarrollo, agrupadas por áreas de interés de los usuarios.
Accesibilidad digital
El uso de computadoras y teléfonos inteligentes es un problema para quienes padecen limitaciones severas de la motricidad en los miembros superiores (brazos y manos). En Brasil, se estima que este problema afecta a más de 2 millones de personas. A finales de 2021, la startup Tix, con sede en Minas Gerais, lanzó Colibri, el primer mouse o ratón de cabeza inalámbrico brasileño. Un dispositivo acoplado a las gafas del usuario o a una montura de anteojos sin cristales acompaña el movimiento de la cabeza y el clic se realiza con un guiño de ojo o una pausa en el movimiento. Para evitar clics indeseados, el tiempo del guiño o la pausa en el movimiento de cabeza se preajusta en cada caso. “El usuario no necesita adaptarse a una condición predefinida; es el producto el que se adapta al usuario”, explica el ingeniero electricista Adriano Rabelo Assis, fundador de Tix. El dispositivo ya suma casi 400 usuarios, entre los abonados al servicio, que pagan 120 reales mensuales, e individuos que adquirieron el equipo por unos 3.000 reales.
La empresa también desarrolló Telepatix, una aplicación para computadoras y teléfonos inteligentes que ofrece un teclado accionado por el parpadeo, y Tix, un teclado sensible al tacto con tan solo 11 teclas, donde cada una representa más de una letra, que les permite a las personas con dificultades motrices escribir cualquier palabra según una secuencia de pulsaciones.
Otra innovación es la aplicación Expressia, destinada a la comunicación entre personas con dificultades del habla o para la enseñanza de individuos con dificultades de aprendizaje, como en algunos casos de autismo. El programa proporciona fotografías e imágenes para la construcción de frases.
Cojín inteligente
Un almohadón equipado con sensores para cubrir el asiento de las sillas de ruedas es una innovación en fase final de desarrollo en el Imrea, de la Facultad de Medicina de la USP. Los sensores programados con inteligencia artificial (IA) regularán la presión de aire de los cojines para permitir que el flujo sanguíneo no se interrumpa, incluso tras horas de uso de la silla de ruedas, y así evitar la aparición de úlceras por presión y escaras.
“Quienes padecen lesiones medulares no poseen la sensibilidad necesaria como para sentir e informar molestias”, dice Rizzo Battistella, directora del Imrea. Otra de las prestaciones del almohadón es la emisión de un aviso de presencia de humedad, lo cual permite, por ejemplo, que un parapléjico o su cuidador sepan inmediatamente cuando ha llegado el momento de cambiar el pañal descartable.
El Imrea también está desarrollando un cicloergómetro robótico que ayuda en la fisioterapia de las personas con lesión medular. Mediante estimulación eléctrica, este aparato reproduce artificialmente los movimientos necesarios de los miembros inferiores para pedalear y, así, moviliza la musculatura, contribuyendo a mitigar la pérdida de masa muscular. Se trata de una innovación incremental, pues ya existen aparatos disponibles con este perfil. El cicloergómetro robótico del Imrea ofrece monitorización a distancia con sensores de latidos cardíacos, oxigenación sanguínea, presión arterial y temperatura.
Traductores para sordos
Según la OMS, más del 80 % de las personas sordas tienen dificultades para comprender correctamente el idioma de sus países, incluso cuando esta aparece en formato escrito. En Brasil, los sordos son alfabetizados con la Lengua Brasileña de Señas (Libras, por sus siglas en portugués) que, a su vez, es desconocida para la mayoría de la población. La startup Hand Talk, una desarrolladora de software con sede en el estado de Alagoas, creó en 2012 una aplicación para teléfonos inteligentes que traduce a Libras textos y audios en portugués, con la ayuda de dos avatares, los personajes Hugo y Maya, que hacen los signos de la lengua. La ONU distinguió a la iniciativa como la Mejor Aplicación Social del Mundo en 2013. A la fecha, la aplicación ya suma 6 millones de descargas, gratuitas para los usuarios.
En 2014, Hand Talk lanzó Plugin, una herramienta que traduce textos de internet a Libras, también con la ayuda de los avatares. Esta innovación ha sido implementada en las páginas web de más de 1.000 empresas; la tarifa se define caso por caso. Según Ronaldo Tenório, socio fundador de Hand Talk, la aplicación para teléfonos inteligentes está disponible para la traducción del idioma inglés a la Lengua Estadounidense de Señas (ASL, por suss sigla en inglés) y en 2023 se lanzará en Estados Unidos una versión de Plugin para la traducción de sitios web corporativos. La startup también trabaja en una nueva tecnología basada en inteligencia artificial con el propósito de reconocer señas y traducir Libras en portugués.
El uso de IA para una traducción bidireccional, portugués-Libras y Libras-portugués, es el eje de un proyecto del Centro de Estudios y Sistemas Avanzados de Recife (Cesar), de Pernambuco, en asociación con la fábrica china de computadoras Lenovo. Otro proyecto de esta colaboración es la creación del primer diccionario digital Libras-Libras. “Los diccionarios actuales están destinados a las personas sordas que conocen el idioma portugués. Pretendemos ofrecer un diccionario en el que el término buscado y su significado estén expresados en Libras”, describe William de Neves Gallo, diseñador de interfaces del Cesar.
Una guía para usuarios de sillas de ruedas
Entre quienes dependen de una silla de ruedas para movilizarse, una fuente de frustración es llegar a un restaurante, una exposición de arte, una reunión de trabajo o una repartición pública y descubrir que el lugar no dispone de un acceso acorde o un cuarto de baño capaz de recibirlo. La aplicación Guiaderodas, una iniciativa apoyada por la FAPESP, fue concebida para proporcionar información previa sobre la accesibilidad de lugares públicos y privados.
La idea de Bruno Mahfuz, quien utiliza silla de ruedas desde hace 21 años, fue elegida en 2017 como la mejor iniciativa digital para la inclusión por el World Summit Award (WSA) de la ONU. La aplicación, de carácter colaborativo, ofrece información gratuita sobre la accesibilidad en más de 3.000 ciudades en casi todos los países del mundo. Los propios usuarios o seguidores del sitio web reciben orientación sobre los criterios por analizarse y la evaluación demora menos de un minuto. La plataforma tiene información disponible en portugués, español e inglés y cuenta con una pestaña de noticias, con datos útiles sobre accesibilidad.
“Estamos desarrollando una herramienta de inteligencia artificial que hará posible el cruzamiento de los datos informados por los usuarios con información en la nube sobre las distintas locaciones con el objetivo de perfeccionar nuestra prestación de servicios”, adelanta Mahfuz.
Un robot aplicador de rouge
El Cesar, de Pernambuco, en colaboración con la empresa fabricante de cosméticos Boticário, son los creadores del pintalabios inteligente, un robot dotado de visión computarizada e inteligencia artificial para aplicar el cosmético en los labios sin que se corra. La idea es ayudar a las personas con discapacidad visual o restricciones motoras. El dispositivo en fase de prototipo, activado por voz o por un pulsador, toma una fotografía del rostro de la persona, delimita los labios y activa un brazo robótico que realiza la aplicación.
“Ya funciona con éxito en maniquíes, pero la aplicación en humanos es más compleja. Necesitamos perfeccionarla”, reconoce Izabela Cavalcanti, gerente de Productos e Innovación del Cesar. Una de las misiones consiste en ampliar la base de datos de IA para reconocer todos los tipos de color de piel y la presencia eventual de cicatrices en la boca.
Proyectos
1. Guía colaborativo de accesibilidad para personas con dificultad de locomoción (nº 18/09809-0); Modalidad Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Convenio Finep Pipe/Pappe; Investigador responsable João Marcos de Mattos Barguil (Guiaderodas); Inversión R$ 1.199.412,83.
2. Estrategias adaptativas híbridas para exoesqueletos de extremidades inferiores (no19/05937-7); Modalidad Ayuda de Investigación – Regular; Investigador responsable Adriano Almeida Gonçalves Siqueira (USP); Inversión R$ 129.893,49.