De los 427 perros atendidos en la última década, en 117 de ellos el Servicio de Dermatología del Hospital Veterinario (Hovet) de la Universidad de São Paulo detectó anticuerpos contra el protozoo que causa la leishmaniasis visceral. Además de provocar lesiones en la piel, la enfermedad afecta el hígado, el bazo y la médula ósea –y puede matar. La leishmaniasis ya fue considerada una enfermedad rural, transmitida por insectos del género Lutzomyia como el torito, que vive en los bosques. Pero en las últimas décadas se ha acercado a las grandes ciudades (lea en Pesquisa FAPESP nº 151). Según Carlos Larsson, jefe del Servicio de Dermatología del Hovet, es poco probable que los perros hayan contraído la enfermedad en la capital paulista. Con todo, algunos parecen haber sido infectados en localidades de la Región Metropolitana de São Paulo como Cotia y Embu (Agencia USP de Noticias). La presencia de animales enfermos en las ciudades eleva el riesgo de transmisión a las personas.
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