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Economía

La magnitud lo dice todo

Una investigación sostiene que la altas tasas de interés sólo benefician el sistema financiero

Enojo, malhumor, tristeza, llanto y rechinar de dientes: todo los meses lo mismo. Con la reunión del Comité de Política Monetaria del BC (Copom), se anuncia un aumento más de la tasa Selic (la tasa básica de interés), que define la remuneración que el gobierno le otorga a quienes compran títulos públicos. “El aumento de los intereses es, a la luz de la experiencia internacional y la brasileña, la mejor manera de combatir la inflación, una amenaza que debe enfrentarse prioritariamente”, afirma el presidente del Central, Henrique Meirelles. “Brasil es un país con una economía anómala: tenemos la mayor tasa básica real de intereses del mundo y el menor volumen de crédito sobre el PBI del mundo. Lo que la política económica está haciendo con este país hace dos décadas es un crimen”, rebate el docente Alberto Borges Matias, de la FEA-RP/ USP, autor de la investigación intitulada Estudio técnico sobre las tasas de interés vigentes en Brasil, donde, con base en datos empíricos, refuta las justificaciones corrientes para las tasas altas: controlar la inflación, generar estabilidad cambiaria, vender títulos públicos.

“A correlación estadística registrada en los últimos 15 años entre las tasas de interés y la inflación es prácticamente igual cero. La inflación es, en gran medida, contratada, fruto de los contratos de privatización de servicios públicos que indexaron los reajustes al IGPM. Dicho de otra manera, cuando se aumenta la tasa Selic, la inflación sube junto con ella, en una correlación positiva de un 15%”, explica. La relación entre las tasas y el dólar, después de la liberación cambiaria, indica una correlación insignificante, del -8%. Tampoco los índices elevados sirven para evitar la evasión de capital, según el investigador. “Nuestro rating país es elevado en gran medida debido a las altas tasas. Somos motivo de chacota velada internacionalmente. Nadie cree que logremos sobrevivir con estos intereses, que al mismo tiempo hacen inviable la inversión industrial. Nuestra industria está destruida y desnacionalizada”, advierte Matias. Pero se engañan quienes piensan que ése es un engaño reciente.

“Los gobiernos desde hace dos décadas, incluido el actual, no saben cómo salir de la trampa armada por los intereses: la presión política es fuerte, pues grandes industriales, empresas comerciales, partidos políticos, exportadores y hasta los bancos públicos federales son dependientes de los intereses elevados”, dice. Según Matias, el BC le dio al gobierno la manzana del “pecado” de los intereses en 1994, al comienzo del Plan Real. Antes, pese a la alta inflación, hubo casos de intereses negativos. El sistema financiero nacional, ineficiente y con costos elevados de manutención, se mantenía con las ganancias del llamado floating, los recursos provenientes de depósitos a la vista de clientes, de cobranzas y recursos de terceros, que quedaban temporalmente en las instituciones financieras. Entre 1994 y 1995 las ganancias de floating cayeron de 9,3 mil millones de reales a 1 mil millones de reales. Para Matias, tres años después del comienzo del Real el sistema financiero entraría en colapso. Para evitar quiebras en cadena, el gobierno reestructuró su política monetaria, afirma el autor.

“El Plan Real alteró la forma de financiamiento del déficit público: en lugar de financiarlo vía emisión de moneda, pasó a hacerlo por la emisión de deuda, o mejor dicho, de títulos públicos”, explica el investigador. En 1995 el gobierno pudo devolver, bajo la forma de intereses altos, lo que la banca había perdido con las ganancias de floating: exactamente 8 mil millones de reales. “La política monetaria centrada en las tasas de interés elevadas terminó perpetuándose, pues la banca se convirtió en una importante financista de campañas electorales, y así interfiere directamente en la política económica”, dice. Los ingresos de las instituciones financieras, desde 1994, se triplicaron debido a los títulos de la deuda. Y siempre que la tasa Selic sube esos títulos se valoran más.

“Casi la mitad del ingreso de la banca proviene actualmente de inversiones en estos títulos, lo que muestra cómo, en parte, los intereses se mantienen altos para que los bancos sigan vivos”, asegura el investigador. El beneficio “fácil” envicia: es mucho más atractivo para la banca a colocar recursos en títulos de la deuda, con buena rentabilidad y bajo riesgo, que orientarlos al crédito al sector privado. “El gobierno pagó alrededor de 40 mil millones de reales de intereses el año pasado. El mantenimiento de esa política monetaria puede llevar el país a un caos inflacionario”, avisa Matias. El volumen total de crédito del sistema financiero nacional corresponde a tan sólo el 24% del PBI (la demanda es por el 100%), mientras que en Alemania es del 164%. ¿Cómo romper con esta delicada relación entre acreedor (la banca) y deudor (el Tesoro)? El Estado tiene sus arcas tan comprometidas con la deuda interna, de manera cada vez mayor por culpa de los intereses, que no le sobra dinero para invertir incluso en las áreas sociales.

“Este modelo va a conducir a la propia banca a la insolvencia a largo plazo, por no poseer un volumen de crédito como para operar, ya que sus costos estructurales son los más altos del mundo, lo que hace que el mantenimiento del modelo sea una maniobra arriesgada y con tendencia a crear dependencia”, observa el autor. Según Matias, es necesario que haya una política expansionista del crédito, con la reducción lenta e gradual de los encajes (el dinero que los bancos son obligados a depositar en el Central) del sector bancario, incluso porque no sería posible corregir en el corto plazo una anomalía de dos décadas. “Con la expansión del crédito, los intereses caen, los spreads (la diferencia entre lo que el banco paga al inversor para captar un recurso y cuánto el banco cobrará para prestar ese mismo dinero) caen, hay un ajuste en la rentabilidad bancaria, el sector productivo tiene expansión por la demanda interna, aumentan las importaciones, hay una devaluación de la moneda, crecen las exportaciones, aumenta el empleo y mejora la distribución del ingreso”, explica Matias. “Brasil está supeditado a las tasas.” Pero hay una luz al final del túnel. “Históricamente, los gobiernos aumentan la Selic fuera de período electoral y la disminuyen en vísperas de elecciones. Podemos aguardar una reducción a partir de la Navidad”, advierte Matias.

El Proyecto
La construcción de la autoridad monetaria y la democracia (nº 01/05568-8); Modalidad Proyecto Temático; Coordinadora Lourdes Sola/USP; Inversión 476.600,00 reales

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