Una experiencia insólita llevó a Serdar Sayan, docente de la Universidad de Economía y Tecnología Tobb, de Turquía, a escribir un artículo sobre plagio en la revista Review of Social Science. En dicho texto, Sayan comenta que recibió una invitación del Scandinavian Journal of Economics en 2007 para analizar un paper totalmente plagiado de un artículo que él mismo había escrito años antes en colaboración con un alumno, en una revista científica turca bilingüe.
Los textos eran idénticos. Las únicas diferencias eran la inclusión del nombre del plagiador (cuya identidad Sayan prefirió no revelar) y la remoción de la lista de agradecimientos y del resumen escrito en turco. La publicación del artículo fue abortada y el plagiador fue denunciado ante su institución, pero Sayan siguió dándole vueltas al tema.
“Me preguntaba por qué alguien habría de afrontar semejante riesgo. Aun cuando el manuscrito fuese enviado a otro revisor, probablemente la revista lo descubriría”, dice. Se abocó entonces más detenidamente al tema y arribó a la conclusión de que la lógica es análoga a la de una ruleta rusa: presionado a aumentar su producción, el plagiador apostó toda su reputación a la probabilidad de que no lo descubriesen, e imaginó que las fallas en el proceso de revisión y las dificultades de acceso a las fuentes originales lo salvarían.
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