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CLIMA

La sequía avanza en el Cerrado

La región centro y norte del bioma brasileño de sabana registra una merma de hasta un 50 % en la cantidad de lluvias durante los meses secos en las tres últimas décadas

Entre junio y septiembre, durante la estación seca, el promedio de lluvias en el Cerrado es de aproximadamente 120 mm

Fabio Colombini

La sabana tropical brasileña o Cerrado, el segundo bioma nacional en cuanto a su extensión, con una superficie de 2 millones de kilómetros cuadrados que abarca aproximadamente el 24 % del territorio nacional, se ha vuelto notoriamente más seco en las últimas tres décadas. La disminución de las precipitaciones es más evidente y acentuada en su porción centro y norte y durante los seis meses que, históricamente, son los más secos y concentran tan solo un tercio de las lluvias anuales del bioma: entre junio y septiembre, durante la estación seca, y entre octubre y noviembre, al comienzo de la estación húmeda.

En estos seis meses del año, en determinadas localidades del Cerrado, el volumen promedio de precipitaciones acumuladas y la cantidad de días con lluvia fueron alrededor de un 50 % inferiores, entre 1991 y 2021, de lo que habían sido en los 30 años anteriores, entre 1960 y 1990. Los datos constan en un artículo publicado en julio por investigadores brasileños en la revista Scientific Reports. “El período que ya era seco se está volviendo más seco aún, y los días de lluvia son cada vez más raros”, comenta el ecólogo Gabriel Hofmann, de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS), autor principal del estudio. “La temporada típica de sequía está empezando a prolongarse hasta los meses de octubre y noviembre”.

Los índices de precipitaciones en el Cerrado fueron calculados con base en la información recogida en 70 estaciones meteorológicas situadas en municipios de todas las subregiones del bioma y en las cifras proporcionadas por el modelo de reanálisis climático ERA5, del Centro Europeo de Pronósticos Meteorológicos a Mediano Plazo (ECMWF). El documento también presenta datos preliminares que sugieren reducciones significativas en el proceso de evapotranspiración (un proceso combinado de pérdida de humedad de las plantas, del suelo y de los ríos que se acumula en la atmósfera) entre los meses de junio y noviembre. “La disminución de la evapotranspiración tiene el potencial de provocar cambios importantes en los parámetros ambientales, tales como un aumento de la temperatura, una disminución de la humedad del aire, una merma en las precipitaciones y de la humedad del suelo”, dice el meteorólogo Manoel Ferreira Cardoso, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) otro de los autores del artículo.

Alrededor de la mitad de la vegetación original del Cerrado ha sido eliminada

En algunas localidades del Cerrado, el escenario que perfilan los datos del estudio es dramático. En Barreiras, por ejemplo, un municipio del oeste del estado de Bahía situado en una amplia zona de expansión agrícola conocida como Matopiba [acrónimo que denomina una región que abarca partes de cuatro estados brasileños: Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía], el caudal de lluvias promedio en los cuatro meses de la estación seca ha sido de 13 milímetros (mm) durante las tres últimas décadas. Entre 1960 y 1990, las precipitaciones promedio en la estación seca rondaban los 41 mm. Entre junio y septiembre, los días de lluvia en Barreiras han caído a la mitad, de seis a tres, en promedio, cuando se comparan los datos de los dos períodos sucesivos de tres décadas.

Otros dos casos extremos de esta tendencia son los municipios de Arinos, en el norte del estado de Minas Gerais, y Alto Parnaíba, en el sur de Maranhão. En el primero, la disminución del índice de precipitaciones en la estación seca fue de un 62 % (de 47 a 18 mm) y la cantidad de días de lluvia se redujo un 25 % (de cuatro a tres) al comparar los valores de los dos períodos. En el segundo municipio, las cifras son similares.

La mitad de la vegetación ha sido arrasada
Aproximadamente la mitad de la cobertura vegetal natural de la sabana brasileña ‒compuesta por una diversidad forestal que incluye bosques, pastizales y gramíneas‒ ha sido eliminada en las últimas décadas. La actividad agropecuaria que hace un uso intensivo de las tierras está creciendo en el bioma. Según los autores del estudio, es probable que el avance de los campos de apacentamiento y de cultivo en detrimento de la vegetación autóctona tenga alguna influencia directa en la disminución de las precipitaciones.

No obstante, el estudio halló evidencias de que la expansión e intensificación del Anticiclón Subtropical del Atlántico Sur (un centro de alta presión) sobre la zona del Cerrado parece ser el principal mecanismo que ha llevado a la disminución de las lluvias. Este anticiclón desplaza el aire de altitudes superiores a otras más bajas y hace que la atmósfera se torne más cálida y seca. “Este proceso dificulta la formación de nubes de lluvia”, explica Cardoso. Factores globales, como el calentamiento creciente del planeta y la disminución de las concentraciones de ozono en el hemisferio sur, pueden estar relacionados con la intensificación y expansión del área de los anticiclones.

Fabio ColombiniPlantaciones de soja en los alrededores del municipio de Campo Grande, en Mato Grosso: la agricultura y la ganadería se expanden por todo el biomaFabio Colombini

Para el Cerrado en su conjunto, la tendencia dominante verificada en el trabajo para el período comprendido entre 1991 y 2021 ha indicado una pequeña reducción, de alrededor de un 5 %, tanto en el promedio anual del índice de precipitaciones como en la cantidad de días lluviosos, en comparación con las tres décadas precedentes. Se han registrado, en promedio, 64,8 mm menos de precipitaciones y 5,2 días menos de lluvia por año. Los valores adoptados como base de comparación del bioma fueron los medidos entre 1960 y 1990, que indicaban un promedio anual de precipitaciones de 1.421 mm y 103 días de lluvia.

En muchas localidades, la merma no llega a ser significativa desde un punto de vista estadístico cuando se tienen en cuenta solamente los datos acumulados a lo largo de todo el año. “Pero el régimen pluvial del Cerrado puede variar bastante en cada una de sus subregiones y a lo largo de los distintos meses de un año”, comenta Hofmann. “De ahí la importancia de llevar a cabo estos análisis más detallados”. En las zonas de transición entre el Cerrado y la Amazonia, un bioma más húmedo, pueden llegar a caer hasta 1.800 mm de lluvia por año, mientras que en las regiones aledañas al bioma de la Caatinga, una formación con un clima más árido, este índice puede descender hasta los 1.000 mm.

Para la meteoróloga Renata Libonati, coordinadora del laboratorio de Aplicaciones de Satélites Ambientales del Departamento de Meteorología de la Universidad Federal de Río de Janeiro (Lasa-UFRJ), los cambios en el régimen pluvial y en la disponibilidad de humedad provocan alteraciones en el patrón de incendios forestales del bioma. “En el Cerrado, los factores climáticos son responsables de dos tercios de la variabilidad anual del área quemada y los cambios en el uso del suelo, del tercio restante”, comenta la investigadora, quien no forma parte del equipo que publicó el estudio en Scientific Reports. “Por lo tanto, cualquier modificación de los patrones climáticos en la región tiene un impacto directo en cómo, dónde y cuándo se suscitan allí los incendios forestales”.

Proyecto
La transición hacia la sostenibilidad y el nexo agua-agricultura-energía. Exploración de una abordaje integrador con casos de estudio en los biomas Cerrado y Caatinga (nº 17/22269-2); Modalidad Proyecto Temático; Programa FAPESP de Investigaciones sobre Cambios Climáticos Globales (PFPMCG); Investigador responsable Jean Pierre Ometto (Inpe); Inversión R$ 3.489.559,60.

Artículo científico
HOFFMAN, G.S. et alChanges in atmospheric circulation and evapotranspiration are reducing rainfall in the Brazilian CerradoScientific Reports.11 jul. 2023.

 

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