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errores y fraudes

La velocidad de las revisiones

Daniel BuenoLa supresión de artículos científicos salpicados por errores, fraudes o plagio nunca fue tan frecuente como en los últimos 10 años. De igual manera, el proceso de identificación y retractación de tales artículos nunca antes ocurrió en forma tan veloz. Ésta es la conclusión que se desprende de un estudio publicado el mes pasado en la revista PLoS One, firmado por tres científicos estadounidenses. El grupo examinó 2.047 artículos anulados que habían sido indexados en el PubMed, el banco de datos con la literatura del área biomédica publicada a partir de 1966.

Entre 2003 y 2012 se anularon 1.133 artículos, frente a 714 artículos de 2002 para atrás. Este incremento, dicen los autores, es mayor que lo esperado teniendo en cuenta el crecimiento de la producción científica mundial. Lo que llamó la atención fue el tiempo insumido para el reconocimiento de la falla y la consecuente remoción del artículo. Como promedio general, se demoró 32,9 meses en retirar los artículos. Para los 714 artículos publicados antes de 2002, las anulaciones demoraron 49,82 meses. En tanto, para los registrados entre 2003 y 2012, el proceso demandó solamente 23,82 meses.

Según opina Grant Steen, investigador de una empresa de consultoría en comunicación médica y autor principal del estudio, no fue posible delimitar si la tendencia refleja un aumento en la publicación de artículos defectuosos o el aumento en la rigurosidad para identificar problemas en los manuscritos. Pero es posible deducir, de acuerdo con el estudio, que disminuyeron las barreras que limitaban la identificación de problemas. Entre 1972 y 1992, un 46% de los artículos cancelados correspondía a autores que registraban tan sólo una anulación en su currículo, es decir, que no cometieron errores o fraudes en serie. En tanto, entre 1993 y 2012, tales autores fueron responsables por un 63,1% de los artículos removidos, una señal de que el esquema para detectar casos de mala conducta está funcionando bien.

El estudio señala que las razones para cancelar un artículo se van sofisticando. Aunque la base PubMed reúne la literatura biomédica desde los años 1960, el primer artículo retractado se publicó en 1973 y se lo anuló en 1977. Los primeros casos de fraude y plagio se remontan a 1979 y el primer manuscrito suspendido porque se trataba de información duplicada se divulgó en 1990. Actualmente, observa el estudio, el descubrimiento de un caso de mala conducta cometida por un autor conduce a un análisis de toda su producción científica. Steen prevé una reducción en la cantidad de retractaciones en los próximos años. Para que eso suceda, dice, los periódicos científicos deben seguir identificando rigurosamente errores, fraudes y plagio en los artículos científicos, y sancionando a sus autores.

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