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GEOGRAFÍA URBANA

La vida entre muros

Los condominios cerrados y los shopping centers acentúan la separación socioespacial en las ciudades de mediano porte en Brasil

Léo Ramos Chaves, desde Presidente Prudente, SP Un complejo habitacional del programa Mi Casa Mi Vida para habitantes de la franja intermedia de ingresos, cerca del centro de la localidad paulista de Presidente PrudenteLéo Ramos Chaves, desde Presidente Prudente, SP

Presidente Prudente –un municipio con 230 mil habitantes situado a 558 kilómetros de la capital paulista– parece estar disgregándose a medida que los grupos de habitantes con ingresos económicos más altos y aquéllos con renta más baja se encierran en sus espacios. Otras ciudades de mediano porte del estado de São Paulo ‒con entre 100 mil y 600 mil habitantes, que ejercen un rol de polos zonales, con influencia sobre decenas de municipios cercanos– experimentan ese mismo fenómeno, de acuerdo con estudios realizados durante los últimos años por un equipo de investigadores de la Universidade Estadual Paulista (Unesp).

Quienes salen del centro de Presidente Prudente rumbo al norte observan terrenos ocupados por propiedades rurales, como si la ciudad terminara. Pero no es así. Más adelante emergen decenas de hileras de casas adosadas. Es uno de los conjuntos habitacionales para habitantes de bajos ingresos del programa Mi Casa Mi Vida, con 2.600 viviendas y habitados por alrededor de 8 mil personas, e inaugurado en 2015. Lanzado en 2009, el programa Mi Casa, tal como se lo conoce, se convirtió en el mayor proyecto habitacional de Brasil de los últimos 30 años, con casi 300 mil millones de reales invertidos y 10,5 millones de personas beneficiadas hasta octubre de 2016.

Vistas de cerca, esas casas exhiben diferencias: programas complementarios de crédito para la compra de materiales de construcción permiten levantar muros altos y colocar portones que las cierran completamente, mientras que otras permanecen abiertas. Anuncios de supermercados, bares y salones de belleza ocupan las fachadas de las casas, incuso sin permiso legal para la realización de actividades comerciales. En el paisaje sin árboles despunta la torre amarilla de la escuela, rodeada de muros y de una cerca electrificada.

Al sur, a 9 kilómetros de allí, se extienden los condominios de lujo, rodeados de muros de 4 metros de altura encimados por los alambres de las cercas electrificadas. “En las entrevistas que hicimos, los habitantes decían que la mayor preocupación era la seguridad, pero reconocieron que buscan la distinción social en el lugar donde viven, comenta el geógrafo Arthur Whitacker, docente de la Facultad de Ciencias y Tecnología (FCT) de la Unesp en Presidente Prudente. No se ven viviendas ni gente en la calle: sólo los largos muros. Paredes altas con alambres de púa encierran también a los bloques de edificios de los habitantes de la categoría intermedia de ingresos del programa Mi Casa Mi Vida, más cerca del centro de la ciudad.

Los condominios aportan a la propagación del área urbana. En un artículo publicado este año en la revista Mercator, de la Universidad Federal de Ceará (UFC), el geógrafo francés Hervé Théry, profesor visitante de la Universidad de São Paulo (USP), observó que Mi Casa indujo la formación de barrios que se convirtieron en los mayores de ciudades tales como Ponta Porã (Mato Grosso do Sul) y Sobral (Ceará).

“Los condominios cerrados de franjas de ingresos distintas están configurándose como si fuesen varias ciudades en una sola, ya que sus habitantes raramente se encuentran”, sintetiza la geógrafa Maria Encarnação Sposito, docente de la Unesp y coordinadora de un equipo multidisciplinario que ha venido investigando las transformaciones de las ciudades medianas. Sposito explica que la separación socioespacial –examinada por el geógrafo Milton Santos (1926-2001) en la década de 1980 con base en sus estudios sobre las metrópolis– ahora se intensifica como consecuencia de la escasez de espacios de convivencia entre las diferentes clases sociales, como las calles de los centros de las ciudades, actualmente ocupadas predominantemente por las gente de menores ingresos.

Léo Ramos Chaves, desde Presidente Prudente, SP La escuela (la torre amarilla) y una vista general de viviendas de la población de bajos ingresos, al norte de Presidente PrudenteLéo Ramos Chaves, desde Presidente Prudente, SP

Para demostrar el alcance de este fenómeno, Sposito abre los mapas de las seis ciudades estudiadas por su grupo desde 2012: Presidente Prudente, Ribeirão Preto, São José do Rio Preto, Marília y São Carlos, en São Paulo, y Londrina, en Paraná, analizadas debido a su cercanía histórica y económica, ya que las seis son producto de la caficultura, fundamentalmente a comienzos del siglo XX. Los mapas elaborados con base en el Censo 2010 y en estudios de campo evidencian la concentración de los condominios populares y las áreas más densamente pobladas al norte, y las áreas más ricas al sur en cinco ciudades: Presidente Prudente, Ribeirão Preto, Rio Preto, Marília y Londrina. En São Carlos sucede lo contario: los ricos están al norte y los pobres al sur, y la división no es tan clara, “pero ya se perfila una sectorización, con la construcción de nuevos condominios de lujo”, dice la geógrafa.

Reforzando esta conclusión, tres arquitectos –Bárbara Siqueira, docente de la Universidad del Extremo Sur Catarinense, Sandra Silva y Ricardo Silva, docentes de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar)– examinaron la ocupación urbana en São Carlos y en São José do Rio Preto entre 1970 y 2010, y arribaron a la conclusión de que los condominios cerrados refuerzan “los procesos de fragmentación social y espacial de los bordes urbanos, ya sea debido a la producción de grandes espacios amurallados o por la dispersión horizontal y discontinua de las ciudades”, de acuerdo con un artículo de 2016 publicado en la Revista Políticas Públicas & Cidades.

Léo Ramos Chaves, desde Presidente Prudente, SP Residencias con muros y portones…Léo Ramos Chaves, desde Presidente Prudente, SP

La inseguridad urbana
Los estudios del grupo de la Unesp apuntaron una fuerte actuación de las empresas inmobiliarias en la definición de las áreas que ocuparán los nuevos loteos. Los habitantes, a su vez, se sienten protegidos contra la violencia urbana en los condominios cerrados y contentos al tener la posibilidad de comprar sus casas propias. “Los habitantes de todos los grupos sociales que entrevistamos informaron una sensación de inseguridad difusa, como si la violencia urbana estuviese por todas partes y no en áreas o en momentos específicos”, dice la historiadora Eda Góes, docente de la Unesp, quien coordinó las entrevistas. “Y la idea de inseguridad urbana sostiene el ideal de vivir en condominios cerrados”. Según Góes, la creciente separación socioespacial constituye “una negación de la ciudad como espacio común colectivo, que es la esencia de lo urbano”.

Sposito, Góes y los otros investigadores del grupo identifican las probables consecuencias de la segregación socioespacial: la valoración de los espacios privados y la devaluación de los espacios públicos, tales como el centro de la ciudad y las plazas, el vaciamiento de las calles, que se convierten así en espacios de circulación y no de encuentros, la proliferación de estereotipos sociales sobre los grupos más ricos y los más pobres, y el fortalecimiento de nuevos mecanismos de producción del espacio urbano. Antes, recuerda la coordinadora del equipo, la formación de un área comercial o residencial era el resultado de la iniciativa conjunta de pequeños empresarios, del poder público y de los habitantes.

Léo Ramos Chaves, desde Presidente Prudente, SP …y comercio: la preocupación por la seguridad atraviesa a todas las clasesLéo Ramos Chaves, desde Presidente Prudente, SP

“Hoy en día los que producen el espacio urbano y rigen la expansión de las ciudades son esencialmente las empresas inmobiliarias, que con el aval del poder público definen dónde construir los condominios y los shoppings centers, que rápidamente establecen nuevos centros comerciales”, afirma Sposito. El economista Everaldo Melazzo, docente de la Unesp que analizó la actuación de las empresas inmobiliarias, añade: “Las inmobiliarias eligen las áreas que se ocuparán y el público que las ocupará de acuerdo con los precios de los terrenos”. Melazzo advierte con relación a los límites de ese mecanismo de expansión y ocupación de las ciudades, que ya no se cuestiona: “Por sí solo, el capital privado no logra organizar y darle vida social a las ciudades. Las políticas públicas son fundamentales para organizar y calificar la producción del espacio urbano”.

La identificación del malestar
En expansión en Brasil a partir de la década de 1960, los shopping centers refuerzan la separación social al crear espacios privados de esparcimiento y consumo orientados a públicos específicos. En un artículo publicado en la revista portuguesa Finisterra, Eda Góes argumentó que los shoppings dejan a los visitantes más o menos cómodos, y de ese modo, al seleccionarlos mediante propagandas que pueden generar identificación o malestar, y con la cantidad y el apronte de los vigilantes y las cámaras de seguridad. Góes encontró 50 cámaras en Prudenshopping y 16 en Parque Shopping, este último creado en 1989 cerca del centro de la ciudad, y destinado a un público de menor poder adquisitivo. Según la investigadora, el sistema de vigilancia expresa una práctica de control social que es incluso deseada por los frecuentadores, al destacar “una presunta eficiencia del mercado para dar respuesta a problemas para los cuales el Estado no se ha mostrado capaz, tal como es el caso de la inseguridad”.

Léo Ramos Chaves, desde Presidente Prudente, SP Vista externa de uno de los condominios de lujo…Léo Ramos Chaves, desde Presidente Prudente, SP

En general, los shopping centers transformaron rápidamente el centro de las ciudades, al atraer a las  tiendas interesadas en públicos más adinerados, o inducir la adecuación de los establecimientos que dan a la calle a una clientela de menor poder de compra. “El comercio minorista busca sus propios nichos de mercado”, comenta el geógrafo y docente de la Unesp Eliseu Sposito, quien estudió las consecuencias de la llegada de las grandes cadenas de tiendas de electrodomésticos a las medianas ciudades. El investigador observó también los cambios en el comercio minorista de la ciudad de Chapecó, en Santa Catarina, una de las 18 ciudades estudiadas por los 43 investigadores de la Red de Ciudades Medianas (ReCiMe), conformada por 17 universidades de Brasil, dos de Chile y una de Argentina. Los trabajos del Grupo de Investigación de Producción del Espacio y Redefiniciones Regionales (GAsPERR) de la Unesp y de otros grupos de la ReCiMe ayudan a entender los procesos y los ritmos de transformación propios de las ciudades medianas.

Formado por 18 investigadores y más de 50 estudiantes, el grupo de la Unesp que estudia las ciudades medianas entrevistó entre 2012 y 2016 a habitantes de los seis municipios para entender los cambios en los hábitos de consumo y el impacto de la llegada de las grandes redes minoristas, que crean nuevos centros comerciales. Como consecuencia de la acción de nuevas empresas minoristas, “los centros de las ciudades medianas pierden prestigio social y son cada vez más populares, pero no murieron”, dice Whitacker. Con varias tiendas poniendo música al mismo tiempo, las calles céntricas permiten una expresividad y una espontaneidad raramente consentidas en los shoppings. “Las movilizaciones y las protestas de la población ocurren aquí”, dice Melazzo, mientras camina rumbo al autodenominado shopping popular, un conglomerado de tiendas callejeras.

Léo Ramos Chaves, desde Presidente Prudente, SP …y casas de familias de altos ingresos, ambos al sur de Presidente PrudenteLéo Ramos Chaves, desde Presidente Prudente, SP

Sin embargo, a las seis de la tarde las tiendas cierran y las calles se silencian. Los cines que dan a la calle, entre ellos el Cine Presidente, cerraron en la década de 1990. “El centro de la ciudad es tan sólo el centro comercial, pero no es más el centro de la vida social de los habitantes”, concluye el geógrafo Nécio Turra Neto, docente de la Unesp, quien estudió las transformaciones del esparcimiento nocturno en la ciudad, constituido por los bares, las casas nocturnas y las discotecas, actualmente concentrados en las avenidas cercanas al Prudenshopping.

Proyecto
Lógicas económicas y prácticas espaciales contemporáneas: ciudades medianas y consumo (nº 11/20155-3); Modalidad Proyecto Temático; Investigadora responsable Maria Encarnação Beltrão Sposito (Unesp); Inversión R$ 3.646.985,87

Artículos científicos
GÓES, E. Shopping center: Consumo, simulação e controle social. Finisterra. v. 51, n. 102, p. 65-80. 2016.
SIQUEIRA, B. V. et al. Novas configurações em periferias de cidades médias paulistas: A proliferação dos empreendimentos habitacionais com controle de acesso. Revista Políticas Públicas & Cidades. v. 4, n. 1, p. 69-92. 2016.
THÉRY, H. Novas paisagens urbanas do programa Minha Casa Minha Vida. Mercator. v. 16, e16002, p. 1-14. 2017.

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