“Pedro, este insecto es diferente”. A principios de 2017, Vinicius Lopez aún era un estudiante dela carrera de grado de biología en Dourados, estado brasileño de Mato Grosso do Sul, cuando le envió por su teléfono celular este mensaje y fotografías de machos y hembras de una especie de avispa aparentemente desconocida al biólogo Pedro Bartholomay, experto en himenópteros, el grupo que incluye a las abejas, las hormigas y las avispas, quien por entonces cursaba su doctorado en el Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia (Inpa) con sede en Manaos, la capital del estado brasileño de Amazonas.
Las imágenes se las había enviado a Lopez otro estudiante de biología, Herbeson Martins, quien fotografió a las avispas en un área de Caatinga [el matorral xerófilo del semiárido del nordeste brasileño] preservada, dentro del campus de la Universidad Federal de Vale do São Francisco (Univasf), en Petrolina, estado de Pernambuco. El intercambio de información y el trabajo conjunto de los tres amigos constituyeron la base de un estudio sobre un grupo peculiar de avispas dotadas de mecanismos evolutivos inusuales: se trata de las primeras avispas identificadas en Brasil que exhiben en sus cuerpos manchas o bandas ultranegras, capaces de reflejar tan solo el 0,5 % de la luz. Otros animales, tales como mariposas, peces, aves y osos panda, también poseen manchas blancas, negras o ultranegras, que les permiten confundirse con el entorno y despistar a los predadores.
Al recibir el mensaje de Lopez, Bartholomay comenta que recordó la existencia de un ejemplar hembra de esa especie aparentemente nueva que se conservaba en la Universidad Federal de Paraná (UFPR). Había sido capturada en 2012 en el municipio de Russas, en el estado de Ceará, por el biólogo Kevin Williams, del Departamento de Alimentos y Agricultura de California, Estados Unidos. El estadounidense la clasificó como una posible nueva especie, a la que bautizó provisionalmente Goncharovtilla oblomovi, pero no pudo ir más allá con su descripción pues no disponía de ejemplares suficientes.
Mediante análisis de ADN, Bartholomay, Lopez y Martins confirmaron que los ejemplares recogidos en Pernambuco y Ceará eran efectivamente especies singulares. A continuación, se abocaron a redactar una descripción minuciosa en colaboración con Williams y con Roberto Cambra, de la Universidad de Panamá, quien también había descubierto una especie nueva en ese país. La descripción completa de los dos nuevos géneros, cada uno con una especie y agrupados en la familia Mutillidae, fue publicada en el número de noviembre de 2024 de la revista científica Zootaxa.
Filtros de luz
En su doctorado, culminado en 2024 en la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de Ribeirão Preto (FFCLRP) de la USP, Lopez midió la intensidad del negro de G. oblomovi y Traumatomutilla bifurca, otra especie de avispa de la Caatinga, que también se encontró en el Cerrado [la sabana tropical brasileña], utilizando un espectrómetro, que un instrumento que mide la luz que refleja un objeto. “El negro de ambas especies era más intenso que el negro utilizado para calibrar el dispositivo”, dijo Lopez, quien desde 2024 realiza una pasantía posdoctoral en la Universidad Federal de Triângulo Mineiro (UFTM).
La escasísima luz reflejada por T. bifurca se debe a la estructura de su coraza, también denominada cutícula. Tal como se describe en un artículo publicado en diciembre en la revista científica alemana Beilstein Journal of Nanotechnology, las cerdas desvían la luz hacia las capas o laminillas. En cada una de estas capas, el pigmento melanina absorbe la luz, y lo que queda de ella pasa a la capa siguiente que también la absorbe, y así sucesivamente (véase la infografía).
El color oscuro les ayuda a mantener su cuerpo 2 grados Celsius [ºC] por debajo de la temperatura ambiente, como lo demostraron experimentalmente los biólogos brasileños y alemanes. “La idea de que el negro es más cálido que el blanco no siempre es correcta”, dice Lopez. “Los colores oscuros pueden deberse a la absorción de la luz por estructuras que disipan mucho calor, y los claros a superficies que absorben poca luz, pero como emiten escasa radiación, retienen casi todo lo que reciben en forma de calor”. Según sostiene, las partes blancas y negras de las avispas presentan el mismo comportamiento térmico, por estar constituidas por el mismo tipo de cutícula. En el caso de los buitres americanos, sin embargo, el negro calienta mucho y ayuda a matar a los patógenos que salen de la carroña que consumen.
“Para observar los efectos de la coloración ultranegra en el camuflaje, necesitaríamos conocer cuáles son sus predadores, ya que todo depende de cómo localiza la presa el cazador”, comenta el biólogo Alexandre Palaoro, de la UFPR, experto en enfrentamientos animales. Según él, el negro está asociado al mecanismo de control de la temperatura, que guía la luz y el calor hacia zonas específicas del cuerpo. “El abdomen de los insectos es notoriamente delgado y disipa eficazmente el calor”.
Pedro Igor Monteiro / iNaturalistEn aves como este aura o zopilote sabanero [Cathartes burrovianus], el calor generado por su plumaje negro favorece la eliminación de microorganismosPedro Igor Monteiro / iNaturalist
Desde 2024, en su doctorado en el Instituto de Biociencias de la Universidad de São Paulo (IB-USP), Martins observó que machos y hembras son solitarios, más activos a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde y están igualmente cubiertos de manchas blancas y negras. Ambos sexos emiten chirridos, una habilidad que les ha valido el apelativo popular de hormigas chillonas. Cuando se sienten amenazadas, las avispas hacen vibrar dos placas que poseen bajo el abdomen, y la fricción genera un chirrido que suele ahuyentar la supuesta amenaza.
También presentan grandes diferencias entre sí. Los machos tienen alas y vuelan, no poseen aguijón y miden entre 4 y 9,5 milímetros (mm) de largo, intentan aparearse incluso con hembras de otras especies y mueren tras la cópula. Las hembras no vuelan, tienen aguijón (cuya picadura es dolorosa), son de mayor tamaño ‒de 6 a 10 mm‒, rechazan a otros machos tras haber sido fertilizadas y parasitan nidos de abejas, en los que depositan sus huevos. La coraza de las hembras también es más dura que la de los machos. Son pequeños tanques blindados”, compara Lopez.
Científicos del Hanover College y de las universidades de los estados de Misuri y Tennessee, en Estados Unidos, han arribado a la conclusión de que las hembras de otras especies de avispas de la familia Mutillidae, todas con manchas ultranegras, “parecen ser casi inmunes a los predadores”, según se recoge en un artículo publicado en mayo de 2014 en la revista Ecology and Evolution. Esta constatación surge de un experimento en el que las avispas fueron ofrecidas a lagartos, aves, sapos y pequeños mamíferos. Dos aves picotearon a una avispa, tras varios ataques fallidos, y tan solo un sapo se comió una, pero luego la regurgitó, parpadeando mucho, un indicativo de dolor; a la segunda vez que se la ofrecieron, la rechazó.
Este artículo salió publicado con el título “Ventajas de ser ultranegras” en la edición impresa n° 349 de marzo de 2025.
Artículos científicos
DAVIS, A. L. et al. Diverse nanostructures underlie thin ultra-black scales in butterflies. Nature Communications. v. 11, 1294. 10 mar. 2020.
GALL, B. G. et al. The indestructible insect: Velvet ants from across the United States avoid predation by representatives from all major tetrapod clades. Ecology and Evolution. v. 8, n. 11. 18 may. 2018.
LOPEZ, M. V. et al. Ultrablack color in velvet ant cuticle. Beilstein Journal of Nanotechnology. v. 15, p. 1554-65. 2 dic. 2024.
WILLIAMS, K. A. et al. Two new genera of Neotropical Dasymutillini (Hymenoptera, Mutillidae, Sphaeropthalminae): Goncharovtilla gen. nov. from Brazil and Dasyphuta gen. nov. from Panama. Zootaxa. v. 5538, n. 2. 14 nov. 2024.
