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Evaluación

Las redes a la orden del día

En el marco de un simposio, analizarán los primeros resultados obtenidos hasta ahora por los 122 Institutos Nacionales de Ciencia y Tecnología

UVA COSTRIUBADurante un simposio de tres días, cuya realización está prevista para el mes de noviembre en Brasilia, se efectuará la primera evaluación sobre la marcha de los 122 Institutos Nacionales de Ciencia y Tecnología (INCTs), redes virtuales de investigadores creadas en áreas estratégicas o en temas de frontera, formadas merced a una asociación entre el gobierno federal y las fundaciones estaduales de apoyo a la investigación científica (FAP’s). La FAPESP financia el 50% de los recursos destinados a los 44 institutos cuyas sedes se encuentran en el estado de São Paulo. Esta evaluación estaba prevista en el pliego de la convocatoria de 2008, y constituirá un primer parámetro sobre el funcionamiento del programa. Los contratos con los institutos tienen una duración de cinco años, pero existe una garantía de financiamiento solamente para los tres primeros. La prorrogación por otros dos años dependerá del desempeño de los 122 institutos. Existe la posibilidad de emitir un nuevo pliego convocatorio el año que viene. “Es el momento de ver si todos están correspondiendo y si no hubo algún artificialismo en la formación de las redes”, dice Eduardo Moacyr Krieger, miembro del Consejo Superior de la FAPESP y presidente de la Academia Brasileña de Ciencias entre 1993 y 2004, quien integra el comité gestor del programa.

El seminario que se realizará en Brasilia tendrá 11 grupos de trabajo distribuidos por grandes temas. Cada coordinador de proyecto presentará los resultados parciales en sesiones de 30 minutos, seguidas por 15 minutos de debates con consultores que tendrán la responsabilidad de la evaluación. Cada INCT podrá montar un stand para exhibir los frutos de su investigación. Krieger recuerda que la meta inicial del programa era contar con 45 institutos, pero la cifra se elevó a 122 luego de que las FAP’s se dispusieron a invertir pesadamente en el programa, girando voluminosas contrapartidas a las redes con sede en sus estados. “La selección de propuestas se hizo de la mejor manera posible, pero en un tiempo relativamente corto. Se evaluaron la calidad de las propuestas y el interés de las FAP’s. Ahora tendremos la visión del conjunto”, afirma. Krieger dice que es también el momento de discutir qué otras áreas no contempladas en el primer llamado han de tenerse en cuenta, y corregir el rumbo en el próximo pliego. “Fueron contemplados proyectos de demanda espontánea y en áreas estratégicas inducidas, pero no hubo una inducción muy detallada. En un próximo llamado habrá que discutir otras necesidades”, dice.

Para el presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq), el físico Carlos Aragão, la percepción indica que el programa ha despegado. Según él, los INCT’s constituyen el más amplio programa de redes temáticas que se haya implementado, y su objetivo principal es generar sinergia entre buenos grupos de investigadores para dotar a la ciencia y la tecnología del país de mayor calidad y proyección internacional. “Pero aún sería prematuro afirmar hasta qué punto la articulación de los grupos está efectivamente potencializando la calidad de la investigación, o si en algunas redes, los miembros están produciendo juntos lo mismo que harían de manera aislada”, afirma. “La evaluación de noviembre nos dará un primer panorama”, dice Aragão.

030-035_INCTs_175-01Los institutos empezaron a funcionar entre diciembre de 2008 y febrero de 2010. De los 607 millones de reales comprometidos en el proyecto, la FAPESP es responsable por 113,4 millones. La Fundación, que ofrece la mitad de los recursos que abastecen a los 44 institutos del estado de São Paulo, se ubica únicamente atrás del FNDCT (190 millones de reales) en el ranking de fuentes financiadoras, seguida por el CNPq (110 millones), la Fapemig (36 millones), la Faperj (35,8 millones), la Capes (30 millones), el BNDES (22,4 millones), Petrobras (21,4 millones) y el Ministerio de Salud (17,5 millones). Las FAP’s de Amazonas (10,4 millones de reales), de Pará (8 millones), de Santa Catarina (7,5 millones), de Rio Grande do Norte (2,1 millones) y de Piauí (1,5 millón), además del Ministerio de Educación (1 millón), completan la lista de financiadores.  “La FAPESP contribuye decididamente con el Programa INCT, ya que es el segundo financista en monto. Hicimos eso porque el programa tiene cualidades importantes, entre las cuales se destaca la de facilitar la interacción en redes de investigadores de todo el país, lo que brinda una importante contribución a los más de 400 proyectos temáticos que la FAPESP apoya”, dice Carlos Henrique de Brito Cruz, director científico de la FAPESP. De acuerdo con el ministro de Ciencia y Tecnología, Sergio Rezende, la participación de la FAPESP fue fundamental para el programa, toda vez que São Paulo concentra la mayor cantidad de estudiantes y de grupos de investigación calificados del país. “São Paulo reflejó su capacidad científica en el programa y dejó un buen ejemplo para el futuro. Las FAP’s que se quedaron al margen están arrepentidas”, dice Rezende.

Según el ministro, los coordinadores de los institutos han comenzado a presentar informes en inglés destinados a mostrar de manera clara los resultados sus investigaciones. “He leído tres o cuatro informes y los resultados han empezado a aparecer”, afirma. Rezende admite que algunas áreas no fueron debidamente contempladas en el programa: “Hay muchos institutos en el área da salud, pero solamente un 10% en el área de ingeniería. Las ciencias exactas también quedaron subrepresentadas”. De los 122 institutos, 39 son del área de salud, 14 de las ingenierías, física y matemática, 11 de biotecnología y nanotecnología, 9 de ciencias sociales, 9 de agronegocios, 7 de tecnologías de la información y comunicación, 7 de estudios sobre la Amazonia, 7 de biodiversidad y medio ambiente, 7 de energía, 3 de Antártida, 2 de energía nuclear y 7 de otros temas. En julio, el MCT anunció la intención de crear dos nuevos institutos en el área de ciencias del mar, un campo del conocimiento que había quedado afuera de los proyectos contemplados. “Brasil tiene 8 mil kilómetros de costa y no podíamos dejar de tener institutos en dicha área”, dice Rezende. La idea es que uno de ellos realice estudios en la costa del norte y la del nordeste y el otro en las del sur y sudeste. “Espero que haya capacidad de organización por parte de los investigadores. De surgir dos propuestas para una misma región, la que pierda quedará afuera de la red, y eso sería una lástima.”

Rezende hace hincapié en que la selección de los institutos fue rigurosa. “En estados que destinaron más dinero puede haber ocurrido que más institutos hayan sido aprobados con nota menor que los de otros estados. Pero todos pasaron por una evaluación y eran proyectos de gran calidad”, afirma el ministro. Para Rezende, los INCT’s tendrán el don de potencializar los resultados de los grupos de investigación existentes en el país. “Aunque en Brasil se reciben alrededor de 12 mil doctores por año, falta aún densidad en ciertas áreas. Con las personas trabajando en red y con un financiamiento que es razonable, está mejorando la infraestructura y también el intercambio de información”, añade.

030-035_INCTs_175-02Según Glaucius Oliva, docente del Instituto de Física de São Carlos, de la USP, y coordinador del INCT de Biotecnología Estructural y Química Medicinal de    Enfermedades Infecciosas (INBEQMeDI), los institutos están cumpliendo un rol importante en el acercamiento de los investigadores brasileños a socios de otros países. Oliva, quien desde febrero está a cargo de la dirección de Ingenierías y Ciencias Exactas, Humanas y Sociales del CNPq, dice que los institutos constituyen una buena plataforma para acuerdos de cooperación. “Estamos recibiendo a instituciones y agencias de diversos países como Alemania, Francia, Holanda, Canadá y España, en busca de acuerdos de cooperación. Los INCT’s son una    puerta de entrada a las colaboraciones internacionales, que no solamente promueven la integración de los investigadores, sino que también ayudan a crear masa crítica, a dar visibilidad a nuestra investigación y a abrir canales para la captación de recursos”, afirma. Un pliego de cooperación con Suiza en áreas tales como neurociencias, salud, energía y medio ambiente contempló asociaciones entre 10 INCT’s e instituciones suizas, por un valor total recomendado de 2,7 millones de dólares.

El INBEQMeDI tiene como misión realizar estudios estructurales y biológicos en objetivos moleculares específicos de microorganismos asociados con enfermedades infecciosas, particularmente enfermedades tropicales olvidadas. “Nuestra meta es el desarrollo de nuevos fármacos destinados al tratamiento de enfermedades endémicas tales como la leishmaniasis, la esquistosomiasis, la enfermedad de Chagas, la malaria y la leptospirosis”, dice el profesor. Oliva subraya que el modelo de los INCT’s se inspira abiertamente en el éxito de los Centros de Investigación, Innovación y Difusión (Cepid’s), creados por la FAPESP en 2000. Uno de éstos, el Centro de Biotecnología Molecular Estructural, es conducido por el propio Oliva y se dedica a proyectos innovadores en biotecnología estructural y química medicinal. “Los Institutos del Milenio, antecesores de los INCT’s, se habían inspirado también en los Cepid’s. Y apuntaban también a la formación de redes, pero eran más fragmentados y tenían menos foco”, dice Oliva. “El Programa INCT se asemeja al programa FAPESP de Proyectos Temáticos, y por eso la Fundación echó mano de esta modalidad para tomar parte en la asociación con el CNPq”, dijo Carlos Henrique de Brito Cruz, de la FAPESP.

Según Oliva, ha sido posible detectar un incremento de la producción científica entre los miembros de la red. El año pasado publicaron 86 artículos en revistas indexadas, cinco más que en 2008 y 19 más que en 2007. En el caso del INCT coordinado por Oliva, el énfasis del grupo recae en la obtención de nuevas tecnologías y el perfeccionamiento de los recursos humanos. “Sucede que ya habíamos invertido bastante en equipamiento, debido a los 10 años de actividad del Cepid, de la FAPESP”, afirma. Siete grupos de la USP participan en la red, además de investigadores de la Universidad Federal de São Carlos, la Federal de Viçosa y la Universidad Estadual de Ponta Grossa.

El impacto de los INCT’s en la producción científica asume configuraciones peculiares en cada grupo. El INCT de Técnicas Analíticas Aplicadas a la Explotación de Petróleo y Gas, por ejemplo, permite la formación de una red de investigadores que ya existía en el papel hace algún tiempo, pero no lograba efectivamente establecerse. Coordinado por Colombo Celso Gaeta Tassinari, docente del Instituto de Geociencias de la USP, este instituto tiene la misión de desarrollar técnicas de análisis de la composición isotópica de minerales y rocas para auxiliar en el análisis de riesgos exploratorios y en los estudios de reservorios de petróleo y gas. “La meta es formar masa crítica significativa y de alta calificación para dar sustentación a las próximas décadas en las actividades ligadas a los estudios exploratorios y de reservorios de petróleo y gas”, dice Tassinari. Además de la FAPESP y del CNPq, el instituto también cuenta con recursos de Petrobras, la gran interesada en sus investigaciones.

030-035_INCTs_175-03En Brasil existen cuatro grandes laboratorios que se dedican a este tipo de investigaciones: en la USP, en la Universidad de Brasilia y en las federales de Pará y de Río Grande do Sul. “La red con esas instituciones se creó en 2004, pero no se había vuelto efectiva. Los laboratorios conversaban entre sí, pero seguían trabajando de acuerdo con sus intereses, sin una coordinación y con una superposición de investigaciones”, dice Tassinari. La adquisición conjunta de material de consumo, el intercambio de piezas de equipamientos de gran porte y las reuniones periódicas, impulsaron el comienzo de la colaboración. Una de las principales metas del instituto consiste en traer a Brasil, mediante la capacitación de investigadores en el exterior, nuevas técnicas de análisis. “El parque de equipamientos es satisfactorio, pues fuimos fuertemente apoyados tanto por parte de la FAPESP como por Petrobras, y la Finep ayudó a nuestros socios”, afirma. “Por el solo hecho de formar una red, ya se ha vuelto posible captar recursos con mayor facilidad. No cambiamos las líneas de trabajo, pero la colaboración en red hizo posible que participásemos en una licitación de la Finep para laboratorios de geología isotópica, que benefició a grupos como el de la Universidad del Estado de Río de Janeiro y de las federales de Bahía, Sergipe y Mato Grosso. Sin la red, ese llamado no habría salido”, afirma Tassinari.

En el INCT de Obesidad y Diabetes, el impacto en la producción científica resultará, en buena medida, en la compra, por un valor de 950 mil dólares, de un gran equipamiento: un espectrómetro de masas, un aparato que permite detectar los diferentes átomos que componen una sustancia, que será instalado en la Facultad de Ciencias Médicas (FCM) de la Unicamp. “Este aparato permitirá hacer análisis del metabolismo de los obesos y diabéticos como nunca antes se hizo, no solamente en Brasil, sino también en el exterior”, dice Mario Saad, docente de la Unicamp y coordinador del instituto. “Será una actualización importantísima en términos de química analítica para mi laboratorio”, dice Aníbal Vercesi, profesor del Departamento de Patología Clínica de la FCM, que integra la red del instituto. Según él, en Estados Unidos, los investigadores solicitan estudios de este tipo a empresas y reciben el resultado en un corto lapso. “Mi plan consiste en proponer un nuevo proyecto temático para analizar las propiedades del proteoma de las mitocondrias de animales transgénicos”, dice Vercesi, quien para ello pretende trabajar con un estudiante de posdoctorado capacitado en el área de análisis proteómico. Pero, incluso antes de la llegada del aparato, el grupo detecta una influencia positiva de la producción. Según él, puede verse ya una tendencia a la publicación de artículos en    revistas de mayor impacto, como resultado del aumento de la densidad de la investigación realizada en red. Un ejemplo reciente es un artículo estampado en la portada de la revista PLoS Biology, cuyo autor es José Barreto Campello Carvalheira, quien registró los beneficios generados por el ejercicio físico en el control de la ingestión de alimentos.

El INCT de Células Madre en Enfermedades Genéticas Humanas, coordinado por la profesora de la USP Mayana Zatz, con investigadores de cinco estados, apunta a asociar los estudios de genómica con la investigación de células madre en Brasil. Una de las metas es crear un banco de células madre que contenga muestras derivadas de amplia variedad de individuos con enfermedades genéticas, para el desarrollo de proyectos de investigación y la búsqueda de nuevos tratamientos. El instituto también es tributario de un Cepid de la FAPESP, el Centro de Estudios del Genoma Humano, liderado por Mayana. “El gran salto de nuestro grupo se dio con el Cepid. Ahora, con el INCT, además de las investigaciones que apuntan a la terapia celular con células madre, queremos hacer algo nuevo, que consiste en asociar los estudios de genómica con la investigación de células madre en Brasil”, afirma Mayana. Entre los objetivos del instituto, uno apunta, mediante el empleo de células madre de pacientes afectados, a crear linajes celulares que permitan desarrollar diferentes estrategias de terapia génica y agentes farmacológicos destinados a corregir defectos genéticos específicos. En la mira del instituto figura un proyecto, el 80 más, que extraerá muestras de ADN de mil personas de más de 80 años, que serán sometidas a resonancia magnética de cerebro en busca de marcadores genéticos ligados al envejecimiento saludable. “En el futuro, esos genomas servirán para entender el significado de mutaciones encontradas en    personas más jóvenes, es decir, si causan o no enfermedades. Hoy en día es posible hacer el secuenciamiento genético de una persona por alrededor de 1.000 dólares, pero así obtenemos más información que conocimiento. Queremos saber el significado. Si una mutación fuera prevalente en ancianos saludables, sabremos que no ocasiona perjuicios”, dice Mayana. Con los recursos de la Finep, un nuevo edificio multiplicará por dos el espacio para investigación del Centro de Estudios del Genoma Humano.

030-035_INCTs_175-03En el caso del INCT para Cambios Climáticos, coordinado por Carlos Nobre, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, la inversión está haciendo posible estimular la formación de una amplia red de 250 investigadores dispersos por 70 instituciones brasileñas y 10 internacionales, y patrocinar estudios que van más allá de la tradicional investigación sobre el clima, abordando aspectos tales como la adaptación a los cambios climáticos y la mitigación de sus efectos, además de avanzar en la determinación de las causas del calentamiento global. “La observación de los cambios climáticos no nos da derecho a afirmar que todas las causas son antropogénicas. Tenemos alteraciones de vegetación muy significativas que nos llevan a cambios de carácter regional. Para entenderlos es importante contar con investigación de carácter interdisciplinario, que involucre no solamente a los climatólogos, sino también a los agrónomos, a los biólogos y a los politólogos”, afirma Nobre. Según él, el objetivo del INCT se acerca al de otras iniciativas, tales como el Programa FAPESP de Investigación sobre Cambios Climáticos Globales (PFPMCG) y la Red Clima, del gobierno federal. “Esencialmente, el instituto está ayudando a aumentar las inversiones en la investigación sobre cambios climáticos, que aún son escasas. El INCT actualmente es responsable por el 40% de los recursos destinados a la investigación en cambios climáticos”, dice Nobre, quien también coordina el programa de la FAPESP.

La meta del INCT Semioquímicos en Agricultura, coordinado por José Roberto Postali Parra, docente de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz (Esalq) de la USP, es disminuir o reemplazar el uso de agroquímicos en agricultura, desarrollando bases tecnológicas para la identificación, la síntesis y el uso de semioquímicos en la agricultura brasileña. Los semioquímicos son sustancias utilizadas en la comunicación entre los seres vivos en la naturaleza, en este caso, insectos y plantas. “Nuestro objetivo es formar masa crítica para reducir nuestra dependencia externa en el área. Hoy  en día la identificación y la síntesis de estos productos químicos se hacen en el exterior. Debemos enviar feromonas para su síntesis en Japón o en Estados Unidos”, afirma. Además de la Esalq, que coordina el instituto, hay participantes de las universidades federales de Paraná, Viçosa y Alagoas. “Estamos poniendo a entomólogos y químicos a trabajar juntos. Queremos atraer a investigadores extranjeros para hacer posdoctorados en Brasil y para ayudarnos a desarrollar esa capacidad”, dice José Maurício Simões Bento, docente de la Esalq-USP y vicecoordinador del instituto.

La experiencia del primer llamado de los INCT’s sugiere algunas correcciones de rumbo para las próximas iniciativas, de acuerdo con los coordinadores de los institutos. Carlos Aragão, presidente del CNPq, dice que uno de los retos consiste en que la gestión de las redes se lleve a cabo de manera eficiente. “Hay que asegurar que el trabajo en red, que es la forma moderna de hacer investigación, genere beneficios”, dice. Según él, algunos grupos han informado acerca de dificultades, y hay coordinadores trabajando en una carta de sugerencias que apuntará trabas y maneras de sortearlas. El climatólogo Carlos Nobre afirma que es necesario instituir la figura del gestor de recursos, pues el financiamiento de los institutos es elevado y su administración sobrecarga la rutina de los coordinadores. “Una cosa es administrar un proyecto de 100 mil reales, otra es encargarse de 7,2 millones de reales a lo largo de tres años. Y el dinero entra en una cuenta que tiene mi código de identidad tributaria”, dice Nobre. “Como no existe otra hipótesis sino la gestión del dinero con patrones éticos sumamente rígidos, termino destinando mucho tiempo a eso”, añade. Otra queja se refiere a la regulación tardía del uso de los recursos. Los grupos ya habían arreglado una división de los recursos entre los miembros de la red cuando salió una norma que establecía que los recursos de las FAP’s solamente podrían utilizarse en grupos de los respectivos estados. La movilidad de recursos solamente sería posible con los fondos federales. “Tuvimos que hacer ajustes, lo que trajo aparejada una cierta frustración entre los grupos de otros estados”, dice Colombo Tassinari.

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