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Biotecnología

Las semillas de la discordia

El Consejo de Ministros confirma la liberación comercial del maíz transgénico

eduardo cesarUna semana después de que el Consejo Nacional de Bioseguridad confirmó, por primera vez en el país, la comercialización de dos variedades de maíz transgénico, el médico y bioquímico Walter Colli fue reelecto en la presidencia de la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio) para un mandato de dos años más.

La comercialización de las dos variedades de maíz ?la MON810 y la Bayer LL — producidas por Monsanto y por Bayer, respectivamente, ya había sido autorizada por la CTNBio el año pasado. Pero esa decisión fue cuestionada por el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama) y por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) y tuvo que ser confirmada por el consejo formado por 11 ministros y sus representantes.  “Desde el punto de vista técnico, las decisiones de la CTNBio son terminantes, desde la producción hasta la comercialización de organismos genéticamente modificados. El Consejo de Ministros evalúa cuestiones económicas, sociales y políticas y es una instancia de juicio de recursos”, explica Colli.

Colli fue reconducido al cargo por el Ministro de la Ciencia y Tecnología, Sergio Rezende, habiendo sido escogido a partir de una terna designada por votación por los demás miembros de la comisión.  Recibió 18 votos de los 22 miembros presentes. “Vamos a continuar actuando de la misma forma que el año pasado. Hay mucha cosa acumulada, entre pedidos de investigación y de liberación comercial”, afirmó. Colli es el asesor de la FAPESP e integra el consejo editorial de la revista Pesquisa FAPESP.  La vicepresidencia quedará con el científico Edílson Paiva, investigador de la Embrapa de Sete Lagoas, Minas Gerais.

En el Consejo de Ministros, la liberación comercial del maíz transgénico tuvo cuatro votos contrarios de los representantes de los Ministerios del Medio Ambiente, Desarrollo Agrario, Salud y de la Secretaría de Acuicultura y Pesca, que recomendaban la realización de nuevos estudios sobre el impacto de esos productos. “El Ministerio de la Salud no es contra los transgénicos”, subraya el secretario de Ciencia, Tecnología y Insumos Estratégicos de la cartera, Reinaldo Guimarães. Pondera, sin embargo, que en las propuestas de comercialización de cualquier producto “transgénico o no” hay un fuerte interés de las empresas. “En ese caso específico, la CTNBio consideró el dossier preparado por las empresas como evidencia para su liberación comercial. La Anvisa entiende que eso no es evidencia y el ministerio entiende que la posición correcta debería ser la de cautela y prevención.”

Para Guimarães, posiciones políticas e ideológicas distintas “envenenaron” la CTNBio, polarizando los debates. “De un lado, está el grupo que se coloca contra los transgénicos y, del otro, los investigadores eminentes, con una posición excesivamente liberal con relación a la liberación comercial de los transgénicos”, afirmó.  Para él, es necesario que haya una posición de equilibrio que permita el diálogo entre las partes.

Refutación
Colli refuta ese análisis. “La polarización no fue la mayoría que creó. Además, esa división está en otras instancias. Basta ver que en la reunión de ministros hubo siete votos a favor de la decisión de la CTNBio y cuatro en contra. Eso muestra que hasta el gobierno está dividido.” Él argumenta  que las liberaciones comerciales siguen un rito: evaluar varios pareceres ad hoc solicitados a científicos del área, dependiendo del caso,  entre cuatro y ocho miembros de la CTNBio.  La Comisión, subraya, ha tomado las decisiones por mayoría, en general, de 16 a 18 votos contra 4 ó 5. “Es difícil aceptar la insinuación de que esa mayoría está atendiendo a intereses de las empresas de la misma forma que no creo que el Ministerio de la Salud, por ejemplo, aprueba medicamentos para uso de la población teniendo en cuenta el interés de las empresas, en general, multinacionales.”

Colli dice comprender las reacciones contrarias de las organizaciones no gubernamentales (ONGs) a la autorización comercial de transgénicos como “algo nostálgico”. “La legislación anterior dejaba una brecha para la refutación. Ahora, la única instancia superior es el Consejo de Ministros que evalúa aspectos económicos, sociales y políticos y juzga los recursos”, explica.

Pero “extraña” el voto contrario de Salud en el Consejo Nacional de Bioseguridad. “El ministro ha afirmado que quiere introducir contenidos de tecnología en los insumos de salud. Y cuando se habla de alta tecnología, se está hablando de transgénicos que deberían por ley ser subordinados a la CTNBio”. Subraya que la decisión de liberar la comercialización de las dos variedades de maíz fue tomada después de un exhaustivo análisis de riesgo. “Los riesgos son los mismos del maíz híbrido convencional. Son tan pequeños, tal vez iguales al de  tomarse una aspirina y ciertamente menores de lo que los riesgos de muchos medicamentos liberados para comercialización por el órgano responsable.”

La polémica continúa. Menos de 10 días después de la reunión de los ministros, la Anvisa interpuso un nuevo recurso ante el Consejo Nacional de Bioseguridad, ahora contra la liberación comercial de una variedad de maíz transgénico producido por Syngenta, ya concedida por la CTNBio, argumentando que no fueron presentados estudios toxicológicos que comprobasen su seguridad. Colli rebate: “El maíz de Syngenta es una copia del maíz de Monsanto”.

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