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Trayectorias

Literatura terapéutica

Filósofa conjuga psicoanálisis y literatura para crear un proyecto de lectura para jóvenes de las escuelas públicas

Léo Ramos Chaves Catalina Pagés en la sede de Círculos de Leitura, en el barrio de Higienópolis, São PauloLéo Ramos Chaves

Cuando apenas tenía 23 años de edad, Catalina Pagés abandonó su Cataluña natal, en España, para estudiar inglés en Londres, Inglaterra. Para mantenerse, trabajaba en un salón de belleza. Años más tarde, respondiendo a la invitación de una tía suya que vivía en Brasil, decidió aventurarse una vez más, y a mediados de 1966 arribó a Río de Janeiro. Se enamoró de la ciudad y decidió quedarse. Su primer empleo, como peluquera, fue en el hotel Copacabana Palace, uno de los más tradicionales del país.

Ella relata que antes de ingresar a la universidad ya estaba interesada en el psicoanálisis y le gustaba leer clásicos de la literatura mundial. Por la época en que trabajaba en el hotel, conoció a la psicoanalista carioca Inês Besouchet, y se hicieron amigas. “Siempre le cortaba el cabello y fue ella quien me animó a estudiar filosofía”, recuerda. Sin abandonar su trabajo, en 1975, con 37 años de edad, ingresó a la Universidad del Estado de Río de Janeiro (Uerj).

Fue Besouchet quien le presentó al periodista estadounidense Norman Gall, que en 1987 fundaría el Instituto Fernand Braudel de Economía Mundial, en São Paulo. Algún tiempo después, ambos decidirían casarse. En la capital paulista, donde se mudaron a vivir, Catalina Pagés decidió dedicarse a su antiguo sueño. “Empecé a estudiar por mi cuenta a teóricos tales como Sigmund Freud [1856-1939] y Jean Piaget [1896-1980], luego comencé a hacer cursos de psicoterapia de grupo y familiar” recuerda.

Una vez finalizada su formación como psicoanalista, en el Instituto Sedes Sapientiae, comenzó a atender en su consultorio. Desarrolló un método terapéutico propio, al incluir filosofía y literatura. Por consejo de Gall, quien en ese entonces investigaba la temática de la violencia en la localidad de Diadema, en la Región Metropolitana de São Paulo, introdujo esa dinámica en las aulas de la enseñanza media de aquella región. Estaba convencida de que ninguna transformación social sería posible sin educación. “La mayor forma de violencia es la ignorancia”, considera.

El proyecto creció y se transformó en Círculos de Lectura, una iniciativa que desde hace 18 años lleva adelante el Instituto Fernand Braudel con jóvenes de escuelas públicas de São Paulo, Minas Gerais, Ceará, Río de Janeiro y Pernambuco. Los círculos están integrados por grupos de hasta 15 personas, que cada semana se reúnen para leer en voz alta tramos de libros. “Para Platón, el saber existe potencialmente en nuestro interior”, dice. “Pero se necesita oír una historia para poder reconocerse en ella y, en los grupos, eso ocurre a medida que nos dejamos llevar por la asociación libre de ideas y opiniones”, explica.

A los 80 años de edad, Catalina Pagés acerca a las ruedas de lectura no solo su conocimiento adquirido como terapeuta, sino también el bagaje de los tiempos en que les leía a los pacientes de un manicomio penitenciario.

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