La base de datos del ISI, accesible vía Web of Science, muestra 42 artículos científicos de autores de Brasil en 1966. De éstos, seis eran de autores del estado de São Paulo, lo que representaba el 14% del total nacional. Diez años después, la producción científica brasileña era 26 veces mayor: 1.073 artículos. La de São Paulo había crecido 90 veces (535 artículos, un 48% del total nacional). De allí en adelante, la participación paulista se ubicó entre el 47% y el 52%.
No resulta difícil suponer que la FAPESP, creada en 1962, haya cumplido un rol en ese crecimiento. Tampoco es difícil suponer que la FAPESP no sea la única responsable: la ciencia en Brasil y en São Paulo ha crecido y ha progresado merced al aporte combinado entre agencias de fomento estaduales y federales, y también debido al desarrollo de algunas excelentes universidades.
No hay que olvidarse que las agencias financian equipamientos, material y formación de recursos humanos, pero los que hacen y lideran la investigación son los docentes, los investigadores y los estudiantes de las universidades e institutos de investigación.
En Brasil, el posgrado se estructuró entre 1966 y 1976, lo cual le imprimió un gran impulso a la capacidad científica. En São Paulo, la USP y algunas escuelas, en ese entonces aisladas y que luego darían origen a la Unesp, organizaron sus sistemas de posgrado y en idéntico período el gobierno estadual creó la Unicamp.
La creación de la FAPESP se dio en el marco de una comunidad científica creciente, más calificada, exigente y celosa en cuanto a la calidad del apoyo que debía brindar la Fundación, según se estipula en la Constitución paulista.
En 1962, la FAPESP recibió 428 solicitudes de financiación y aprobó 329. De ellas, 57 correspondieron a becas en sus diversas modalidades; las restantes fueron para ayudas de investigación. Los datos de los informes anuales elaborados por el Consejo Técnico Administrativo de la Fundación y su análisis, muestran una notable evolución: en 2011 se recibieron 20.600 solicitudes de apoyo, de las cuales se aprobaron 12.356.
Teniendo como referencia el informe dado a conocer con motivo del 10° aniversario, publicado en 1973 por iniciativa del, en ese entonces, director científico, profesor Oscar Sala, y coordinado por el profesor Tamás Szmrecsányi, se observa que, durante su primera década, se elevaron a la FAPESP 10.500 solicitudes, aproximadamente la mitad de la cantidad que llegó tan sólo en 2011. El gráfico que se observa aquí al lado* muestra las variaciones en la cantidad de solicitudes concedidas anualmente entre el promedio verificado durante los primeros 10 años de la FAPESP y las cifras de 2011.
Amén de que los artículos publicados por científicos paulistas en revistas internacionales treparon desde 83 en 1972 hasta 15.202 en 2007, su impacto también se incrementó. Los de 1972 recibieron 0,18 cita por artículo y por año hasta 1977 (el más citado se hizo acreedor a 44 citas hasta hoy). En tanto, los de 2007 han recibido 1,5 citas por artículo y por año (78 de éstos con más de 78 citas, y el más citado de 2007 tuvo 582).
La ciencia en São Paulo ha crecido en cantidad y en calidad. Los 50 años de existencia de la FAPESP contribuyen a ello, y al celebrarlos es bueno recordar que el desarrollo científico del estado se debe a la cooperación entre muchas instituciones. Si bien es cierto que los 50 años de la FAPESP son fundamentales, es bueno repetir que el desarrollo de la ciencia en São Paulo no podría haberse plasmado sin el apoyo del CNPq, la Capes y la Finep, y sin la dedicación de la creciente comunidad de investigadores que actúa en las instituciones de educación superior y de investigación del estado.
* Pesquisa e Desenvolvimento, Tamás Smerecsányi (coord.), FAPESP, 1973.
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