Imprimir Republish

ARQUEOLOGÍA

Los neandertales eran mayoritariamente carnívoros

Se alimentaban casi exclusivamente con los productos de la caza y vivían en grupos emparentados

Tom BjorklundDibujo que representa a un padre neandertal y su hijaTom Bjorklund

Una población de Homo neanderthalensis, los neandertales, que vivió hace unos 150.000 años en lo que hoy es el yacimiento arqueológico Cueva de los Moros, en el municipio de Gabasa (España), parece haber tenido una dieta altamente carnívora. Un estudio internacional, que contó con la participación de una brasileña, analizó muestras del esmalte de un diente de un neandertal hallado en esa localidad y obtuvo evidencias de que su alimentación consistía casi exclusivamente en la carne de grandes animales, empero, sin llegar a consumir la sangre y los huesos de sus presas. Este trabajo fue publicado en octubre en la revista científica PNAS.

Los investigadores utilizaron por primera vez una técnica basada en el análisis de la llamada razón isotópica del elemento químico zinc para deducir cuál era la base de la dieta de los neandertales, una especie emparentada con el hombre moderno (Homo sapiens) que habitó en parte de Europa y Asia hace entre 400.000 y 40.000 años. Este índice se calcula en función de las proporciones de dos formas distintas (isótopos) de zinc presentes en una muestra.

“Hallamos en el diente un valor extremadamente bajo de la relación isotópica del zinc”, explica la arqueóloga brasileña Jéssica Mendes Cardoso, una de las autoras del estudio, quien realiza un doctorado conjunto en el Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad de São Paulo (MAE-USP) y en Géosciences Environnement Toulouse (GET), una unidad del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) de Francia. “Cuanto menor es este valor, más alto es el nivel ocupado en la cadena alimentaria por el dueño de la muestra”.

Los resultados sitúan al neandertal en la cima de la red trófica e indican que se alimentaba de diversos tipos de animales. El grupo también analizó muestras de otros predadores carnívoros que vivían en la región, como linces y lobos, y de herbívoros, como ciervos y conejos. “Ha sido una gran oportunidad poder trabajar en la península ibérica, donde, según otros métodos de análisis, en algunos sitios las paleodietas podían ser a base de vegetales”, dice la geoquímica francesa Klervia Jaouen, quien dirigió el estudio, en una entrevista concedida a Pesquisa FAPESP.

Lourdes MontesUna excavación en la Cueva de los Moros, en Gabasa (España)Lourdes Montes

El abordaje más habitual para estudiar las paleodietas consiste en buscar vestigios de carbono y nitrógeno en las muestras. Las proporciones de los isótopos de nitrógeno presentes en un fragmento óseo, por ejemplo, pueden indicar la posición de un individuo en la cadena alimentaria. Pero hay un problema: el nitrógeno está presente en el colágeno de los huesos y en la raíz de las piezas dentales, materiales que se deterioran con el paso de los años, sobre todo en las zonas con clima templado. Es por ello que este método funciona mejor para las regiones frías, como el norte de Europa o Siberia, donde la acción del tiempo es más leve. Es prácticamente imposible hallar muestras del sur de Europa con más de 50.000 años de antigüedad, como las del sitio español, que aún conserven esos isótopos.

En estos casos, resulta más productivo trabajar con los isótopos del zinc presentes en el esmalte del diente. “El carbono y el nitrógeno de los huesos indican la dieta consumida en los últimos diez años”, comenta Mendes Cardoso. “Como el esmalte dental no se regenera en el curso de la vida, el análisis de los isótopos del zinc refleja cuál era la dieta del individuo al momento de formarse el diente”.

Las conclusiones de este estudio son coincidentes con cierto consenso científico que comenzó a forjarse a partir del decenio de 1990. Con base en los restos de animales hallados en yacimientos arqueológicos o en análisis de isótopos de nitrógeno realizados con éxito, diversos estudios han arribado a la conclusión de que los neandertales eran grandes cazadores y su dieta era extremadamente carnívora. Su menú incluía desde ciervos hasta mamuts.

Sin embargo, algunas poblaciones de neandertales que vivían cerca del mar Mediterráneo parecen haber tenido un paladar más variado que las del norte de Europa. Estudios realizados a partir de la década de 2000 revelaron que, además de una cantidad significativa de plantas y setas, también figuraban en sus dietas otros elementos, como semillas y nueces. Un trabajo que se llevó a cabo en la costa ibérica reunió indicios de que algunos neandertales consumían mariscos, entre ellos, moluscos y cangrejos. Con todo, esta mayor diversidad de fuentes alimenticias no fue corroborada por el estudio con el diente de la Cueva de los Moros.

Lourdes MontesDiente de un neandertalLourdes Montes

El conocimiento de la dieta de los neandertales es un asunto importante para la ciencia. Los hábitos alimentarios más diversos podrían estar directamente relacionados con el éxito evolutivo de una especie. Una de las hipótesis principales atribuye el éxito adaptativo del Homo sapiens, al menos en parte, a su menor dependencia de la carne de caza en comparación con los neandertales, con quienes cohabitaron e incluso se reprodujeron en ciertas regiones de Eurasia.

Otro factor clave para entender el éxito evolutivo de una especie tiene que ver con su grado de desarrollo social, que facilita aspectos de su vida tales como la migración y el acceso a nuevas fuentes de alimentos. Aunque el H. sapiens lleva la delantera en este aspecto, los científicos ahora han descubierto que los neandertales también vivían en pequeños grupos emparentados entre sí.

Un artículo publicado en octubre en la revista científica Nature halló por primera vez un parentesco genético en vestigios de neandertales. La investigación, cuya autoría pertenece a un equipo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, en Alemania, reveló que un padre neandertal y su hija habitaron en la zona de las cuevas de Chagyrskaya y Okladnikov, en el macizo de Altái, en Siberia, hace 54.000 años.

La región es, por lejos, la más importante para la historia de los neandertales desde el punto de vista genético. “Las montañas del macizo de Altái, en el sur de Siberia, constituyen el sector más oriental del territorio neandertal”, le explica Stéphane Peyrégne, uno de los científicos firmantes del estudio, a Pesquisa FAPESP. “Dos yacimientos arqueológicos de la región, las cuevas de Denisova y Chagyrskaya, proporcionaron varias muestras de neandertales que han sido importantes para reconstruir la historia de estos homínidos en el Paleolítico Medio [hace entre 300.000 y 30.000 años]”. Sucede que, pese a su antigüedad, los restos mortales de esos neandertales contienen ADN excepcionalmente bien conservado gracias al frío clima siberiano.

En el estudio se analizaron muestras de dientes y fragmentos de huesos de 13 neandertales diferentes –7 varones y 6 mujeres, entre ellos 5 niños o adolescentes–, más que en cualquier otro trabajo. Once de ellos vivieron en la misma caverna, Chagyrskaya, en la misma época. Una vértebra de un varón adulto y un diente de una adolescente indicaron que se trataba de padre e hija. Además, las muestras sugieren que dos primos del padre vivían en Chagyrskaya, y que una mujer adulta y un niño que también vivían allí habrían sido parientes. Si tenían por costumbre comer todos juntos, es posible que hayan compartido algún trozo de carne de mamut.

Artículos científicos
JAOUEN, K. et al. A Neandertal dietary conundrum: Insights provided by tooth enamel Zn isotopes from Gabasa, Spain. PNAS. v. 119, n. 43. 17 oct. 2022.
SKOV, L. et al. Genetic insights into the social organization of Neanderthals. Nature. v. 610, 20 oct. 2022.

Republicar