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Educación 

Los nuevos científicos

Una muestra premia proyectos de la enseñanza primaria en São Paulo y atrae a alumnos de escuelas públicas a la investigación

Estudiantes presentan un proyecto sobre monitoreo en áreas de riesgo, que logró el primer puesto en la categoría Relevancia Social

LÉO RAMOSEstudiantes presentan un proyecto sobre monitoreo en áreas de riesgo, que logró el primer puesto en la categoría Relevancia SocialLÉO RAMOS

La segunda edición de la Muestra Paulista de Ciencias e Ingeniería (MOP), que se llevó a cabo entre los días 6 y 8 de diciembre en Espaço Catavento, en São Paulo, reunió, más allá de relatos fascinantes de amor por la ciencia, 124 proyectos finalistas de alumnos de escuelas públicas y privadas de 27 ciudades del estado de São Paulo, tres veces más que la selección lograda en la primera edición del evento, que debió convocar proyectos presentados en otras ferias de ciencias para alcanzar un quórum razonable. Tal vez, uno de los mayores hitos de la muestra, destinada a alumnos de la enseñanza básica y media, haya sido atraer más estudiantes y docentes tutelares de escuelas públicas estaduales de São Paulo hacia el circuito de las ferias de ciencias, un público tradicionalmente refractario a esas iniciativas. “Sentimos la necesidad de realizar un trabajo más focalizado en los estudiantes y docentes de las escuelas paulistas, en particular de las escuelas públicas, que conforman un universo muy vasto, aunque frecuentemente ni siquiera contemplan participar en ferias científicas”, dice Roseli de Deus Lopes, profesora de la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo (USP) y una de las organizadoras de la MOP.

Roseli de Deus, ex directora del museo Estación Ciencia, es la coordinadora general de la Feria Brasileña de Ciencias e Ingeniería (Febrace), que celebra su 13ª edición, se realiza cada año en la USP y ha convocado, al cabo de sus 12 ediciones anteriores, proyectos de estudiantes de más de 900 municipios brasileños. “La ampliación de la participación de alumnos de escuelas públicas y privadas en las ferias de ciencias es fundamental”, dice Lopes. “De esa forma, ellos perciben que es posible ejercitar su curiosidad científica, rompen con las limitaciones del medio y amplían sus horizontes”, añade.

Un contingente de 278 estudiantes acompañados por 103 docentes presentó sus proyectos en los puestos de Espaço Catavento y participaron por premios en las categorías de Ingeniería, Ciencias Exactas y de la Tierra, Humanidades, Sociales Aplicadas, Biológicas, de la Salud y Agrarias, además de becas de Iniciación Científica Junior aportadas por el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) y plazas para la Febrace de 2013. La MOP fue promovida por la Escuela Politécnica, por medio del Laboratorio de Sistemas Integrables, en colaboración con los ministerios de Educación y Ciencia, Tecnología e Innovación, con la Coordinación de Perfeccionamiento del Personal de Nivel Superior (Capes), con el CNPq y con las secretarías de Cultura y Educación del Estado de São Paulo.

Los proyectos van desde el saneamiento de cursos de agua (izq.) hasta el ensamblaje entre música y matemática (der.)

LÉO RAMOSLos proyectos van desde el saneamiento de cursos de agua (izq.) hasta el ensamblaje entre música y matemática (der.)LÉO RAMOS

Aunque trofeos, medallas y becas de estudio sean un aliciente importante en la competencia, uno de los grandes beneficios de las ferias de ese tipo es la oportunidad de ubicar en un mismo ámbito a alumnos de escuelas diferentes. “Ocurre una interacción importante, pues los alumnos asisten a la feria para defender los proyectos ideados y ahí se topan con jóvenes de su misma edad provenientes de otros lugares y estratos sociales, que a veces lograron vencer desafíos mayores que los de ellos”, dice Roseli de Deus, quien pone de relieva también la importancia de las ideas de proyecto que surgieron de los propios alumnos y no de los docentes.

“Participar en la muestra es una forma de incentivar la creatividad, conocer gente de nuestra edad, que investiga y que tiene interés por descubrir e intercambiar ideas”, afirma Nayrob Pereira, de 16 años, alumna de segundo año de la enseñanza media de la Escuela Estadual Alberto Torres, en la capital paulista, que obtuvo el primer puesto en la categoría Ciencias Agrarias, Biológicas y de la Salud, con una investigación sobre la capacidad antimicrobiana de los péptidos hallados en el veneno del escorpión de la especie Tityus serrulatus. El proyecto de Pereira tenía motivaciones personales. En 2011, durante una actividad en el marco de la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología del Instituto Butantan, en São Paulo, la estudiante sufrió una crisis de pánico al toparse con arañas y otros animales. “El profesor me mostró los bichos y empecé a llorar del miedo”, relata. El profesor era Pedro Ismael da Silva Junior, investigador del Laboratorio Especial de Toxinología Aplicada del Instituto Butantan, quien guiaba a los estudiantes.

El susto avergonzó a Nayrob Pereira y despertó su interés por el tema. Elegida por la escuela para hacer uso de una beca de estudio otorgada por el CNPq para las escuelas medias, la jovencita regresó con las temidas arañas del Butantan, esta vez para encararlas sin temor. “Para Pedro da Silva fue una sorpresa verme nuevamente”, dijo Pereira, al explicar que decidió realizar el proyecto en el laboratorio del investigador como una forma de enfrentar su propio miedo. Enseguida eligió estudiar al escorpión Tityus serrulatus y su poderoso veneno. Junto a su guía, la alumna observó que en los últimos años se encontraron muchos péptidos antimicrobianos en el veneno de los escorpiones, y que algunos presentaban incluso propiedades antitumorales. Luego de los procedimientos en laboratorio, se identificaron dos compuestos con actividad antimicrobiana. Para la estudiante, la investigación está siendo decisiva para la definición de su futuro profesional y las afinidades con las disciplinas de las ciencias humanas van cediendo espacio a la biología.

“En las ferias de ciencias, uno establece una red de gente que puede ayudarlo”, explica Walter von Söhsten Xavier Lins, de 17 años, alumno de segundo año de la enseñanza media en el Colegio Dante Alighieri, de São Paulo, premiado, junto con su compañera Renata Colla Thosi, como segundo mejor trabajo en el rubro ganado por Pereira, por una investigación acerca de la utilización de una planta para acelerar la cicatrización en diabéticos. Lins cultiva el gusto por la ciencia desde chico. En 2010, cuando cursaba el noveno año de la enseñanza básica, su maestra y supervisora en el Programa de Preiniciación Científica del colegio, Sandra Toninandel, lo invitó a elaborar un proyecto de investigación. En ese entonces, ansiaba estudiar medicina y trabajar con alguna enfermedad de difícil tratamiento. “Comencé a investigar y elegí la diabetes, una afección que dificulta la cicatrización y que genera varios problemas de salud pública”, dice. Más allá de que haya escasos medicamentos específicos para la cicatrización de lesiones cutáneas, la mayoría es cara y no sirve para cualquier paciente. El objetivo del trabajo fue estudiar la planta Bauhinia forficata, a la que se conoce popularmente como pata de vaca o árbol orquídea, usada comúnmente en Brasil como remedio natural antidiabético. “Los estudios fitoquímicos identificaron un marcador químico, denominado kampferol, hallado solamente en las hojas de esa planta”, explica Lins en el proyecto.

De izquierda a derecha: Osvaldo Guimarães, director educativo de Espaço Catavento; la alumna Nayrob Pereira, el profesor Marcelo Zuffo; Katie Riciluca, coasesora de Pereira; y la profesora Roseli Lopes

GUTO MARCONDESDe izquierda a derecha: Osvaldo Guimarães, director educativo de Espaço Catavento; la alumna Nayrob Pereira, el profesor Marcelo Zuffo; Katie Riciluca, coasesora de Pereira; y la profesora Roseli LopesGUTO MARCONDES

La propuesta de Lins y Colla Thosi consistió en investigar la posibilidad de desarrollo de un preparado en base al extracto de la planta y evaluar su eficacia para la cicatrización en ratas diabéticas. La investigación contó con la colaboración de universidades paulistas. En la USP, la ayuda provino de la profesora Maria Luiza Salatino, del Instituto de Biociencias, para el proceso de extracción de componentes de la planta y la producción del extracto metanólico. La profesora Maria Valéria Robles, de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de la USP, ayudó a los jóvenes en la elaboración de esos tópicos, cuyos test en animales se realizarán en la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp). Para Lins, el contacto con la universidad fue necesario para completar el proyecto desde el punto de vista técnico. Premiado por el CNPq con una beca de Iniciación Científica Junior, destinada a estudiantes de enseñanza media, él pretende llevar adelante la investigación y revela que el interés inicial por la medicina derivó hacia otra área, la ingeniería química.

Vitor Martes Sternlicht, también alumno del Dante Alighieri, pero de noveno año de la enseñanza básica, quedó en segundo puesto en la categoría Ciencias Exactas y de la Tierra, al proponer la fusión entre dos métodos de producción de energía limpia, el eólico y el solar. El proyecto estipula la construcción de una turbina eólica, en cuyas aspas se instalen células fotovoltaicas con alta productividad energética, aumentando la eficiencia del mecanismo. “El proyecto no cuenta todavía con colaboración en la universidad. Es conceptual. Pero estoy trabajando en la construcción de un prototipo de dos metros, con aspas de 50 centímetros con células solares”, explica Sternlicht, agregando que tal emprendimiento se hace con recursos aportados por él mismo y por el colegio.

Pese a su corta edad, 14 años, Sternlicht es un viejo conocido en las ferias de ciencias. En la primera edición de la MOP, en 2011, obtuvo el primer lugar en Ciencias Exactas con un proyecto de mapeo robótico con arduino, una plataforma de hardware que se utiliza en la fabricación de computadoras. El sistema, que también fue expuesto en la Febrace de 2012, consiste en un robot autónomo, equipado con un software localizador, capaz de identificar víctimas en catástrofes, tales como derrumbes. Gracias a ese proyecto, Sternlicht fue invitado a participar en una feria de jóvenes científicos en Houston, en Estados Unidos. “Sólo por debatir con alguien, durante la feria, uno acaba recibiendo alguna sugerencia en la cual no había reparado antes”, analiza Sternlicht.

La influencia que la investigación en la enseñanza media puede lograr sobre las futuras elecciones de carrera está presente en el ejemplo de varios finalistas de la MOP, tal como el proyecto Placer de conocer ciencia, que obtuvo el segundo puesto en Ciencias Humanas y Sociales Aplicadas. Para sondear el interés de los jóvenes por la iniciación científica, las alumnas de la Escuela Técnica (Etec) Monte Mor, del Centro Paula Souza, Gabriela Nayane de Queiroz e Souza, Raquel Resende e Ingrid Bugdanovis Miranda, comprobaron que existe un gran déficit en la enseñanza de metodología, debido fundamentalmente al estereotipo erróneo que considera a la ciencia un tema tan sólo para investigadores reconocidos.

“La iniciación científica en la enseñanza media permite al alumno la transición desde una postura pasiva a la autoeducación continua, tornando placentero, simple y productivo el acto de aprender”, explica Nayane, de 16 años. Las estudiantes comenzaron a concebir el proyecto durante la Febrace 2012, al observar el interés de otros alumnos por la ciencia y constatar que los novatos, tanto como ellas, encuentran en la investigación la oportunidad de adquirir experiencia para desarrollar estudios en la profesión pretendida.

Se implementaron dos cuestionarios en las escuelas medias públicas de Monte Mor, una ciudad situada a 122 kilómetros de la capital paulista. El primero tuvo como objetivo detectar las dificultades de los docentes para lidiar con la metodología científica. Entre los problemas apuntados, se destacan la falta de interés de los alumnos, los escasos recursos técnicos y económicos de las escuelas, la falta de tiempo de los docentes y el hecho de que la disciplina de metodología no está estipulada dentro del currículo pedagógico. El segundo cuestionario, dirigido a los alumnos, evaluó el nivel de conocimiento al respecto de la investigación científica y de la ciencia, mediante el cual se verificó una gran deficiencia en la materia. Nayane comenta que los estudiantes entrevistados demostraron poca familiaridad con la iniciación científica, revelando dudas básicas acerca de cómo dar los primeros pasos para la realización del proyecto. Ella, que integra el grupo de jóvenes científicos que vienen asomando en el país, afirma que será investigadora “por el resto de su vida”. “Aprendí a amar la ciencia, independientemente del área”, declara la estudiante, para quien la investigación es el principal camino para adquirir sentido crítico.

La estudiante Flávia Araújo de Amorim, con 16 años y que actualmente cursa el último año de la enseñanza media en el Colegio Giordano Bruno, mostró a compañeros con dificultades para iniciar un proyecto que muchas veces la inspiración puede surgir de experiencias cotidianas. Araújo combinó su afinidad por la investigación científica que insinúa desde la primaria con el interés por ayudar a gente como su abuela paterna, quien cuida a su propia madre, ya bastante anciana, víctima del mal de Alzheimer. La adolescente pensó entonces por qué no desarrollar un proyecto que aporte nuevas reflexiones sobre la calidad de vida del cuidador. Araújo aprovechó la beca que recibió del CNPq para mapear los componentes de habilidades sociales necesarias para los cuidadores de pacientes con Alzheimer, afección que se caracteriza por el deterioro de la capacidad cognitiva y alteraciones de comportamiento, cuyos portadores requieren cuidados especiales.

La estudiante constató que, en la mayoría de los casos, la función de asistente es desempeñada tan sólo por un familiar, que se tornan vulnerable a problemas de salud y conflictos familiares. “El bienestar del asistente y del paciente está correlacionado, siendo notable la necesidad de realizar intervenciones para capacitar al cuidador, para que éste pueda lidiar en forma positiva con las eventualidades que implica la tarea”, explica en el proyecto. Las habilidades sociales, por ende, se perciben como mecanismos importantes para los asistentes en el área de la salud. Araújo pretende continuar con la investigación y graduarse como psicóloga, en otro ejemplo de una profesión escogida como derivación de las experiencias con la investigación precoz.

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