Cuando se contrae paludismo durante el embarazo, se llega a nacimientos de bebés prematuros y con bajo peso. Sucede que el parásito que causa esta enfermedad provoca una reacción inflamatoria en la placenta, el tejido que realiza el intercambio de gases y nutrientes entre la madre y el bebé, según constató el equipo del biólogo Claudio Marinho, de la Universidad de São Paulo (USP). Durante dos años, el grupo monitoreó a 600 embarazadas en la región del alto río Juruá, en el estado brasileño de Acre. Una parte de ellas contrajo el tipo de paludismo causado por el parásito Plasmodium vivax, el más común en la zona, y otras, por el P. falciparum, que causa mayor daño a la placenta. “Las madres que se contagiaron con P. falciparum y tuvieron bebés con bajo peso tenían placentas con más interleuquina-1 beta (IL-1β)”, relata Marinho. La interleuquina (o interleucina) es un marcador de inflamación que producen las células al intentar combatir a un invasor. El resultado es una reducción en el intercambio de gases y nutrientes a través de la placenta (Science Advances, 4 de marzo). Un antiinflamatorio que se utiliza contra la artritis reumatoide revirtió los daños a la placenta en los test con roedores.
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