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Hilgard Sternberg

Más allá de la geografía

Hilgard Sternberg dedicó su vida a entender las relaciones entre el hombre y la naturaleza

art4399img1PEG SKORPINSKI / UC BERKELEYPese a su nombre de tono extranjero y a su carrera, desarrollada a partir de 1964 en la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos, Hilgard OReilly Sternberg fue, y nunca dejó de serlo, un geógrafo brasileño. Falleció el día 2 de marzo pasado, a los 93 años, dejando una obra en la cual investigó en las áreas de geografía, ecología y antropología en la zona que alberga la mayor selva tropical y la mayor cuenca fluvial del planeta.

Desde que se deslumbró con el vasto mundo de las aguas amazónicas, en los años 1940, Sternberg nunca dejó de recorrer los meandros de esos ríos. Su tesis A água e o homem na várzea do Careiro [El agua y el hombre en la planicie de Careiro], finalizada en 1956 y publicada recién en 1998 por el Museo Paranaense Emílio Goeldi, fue pionera en llamar la atención hacia la dependencia existente entre las poblaciones ribereñas y los cursos de agua. Investigó también las consecuencias de esa relación sobre los ríos, que se agravan cuando el desmonte aumenta el flujo de agua y reduce el calado de los ríos por acumulación de sedimentos, lo cual ocasiona inundaciones fatales para las comunidades que habitan en sus orillas.

Fue una labor fundamental, evalúa el geógrafo Carlos Augusto de Figueiredo Monteiro, de la Universidad de São Paulo (USP), quien hace hincapié también en un estudio sobre las inundaciones en Vale do Paraíba, interior paulista. Sternberg elaboró un análisis meteorológico, y examinó el poblamiento, el uso desordenado del suelo, comenta. Es un abordaje que cuenta con todo un dinamismo y también evoca el pasado histórico. Esa visión integrada pone en relieve el trabajo de Sternberg en aras de la geografía brasileña.

Hijo de inmigrantes – un alemán y una irlandesa -, Sternberg nació en 1917 en Río de Janeiro, en donde fue presidente de la Sociedad de Geografía de Brasil desde 1944 hasta 1964, y fundó el Centro de Investigación en Geografía de Brasil. En 1956, fue uno de los responsables de la realización del Congreso Internacional de Geografía, el primero en desarrollarse en un país tropical. Fue docente en la Universidad de Brasil, la actual Universidad Federal de Río de Janeiro. Era joven y talentoso, ejercía una geografía muy dinámica y era un profesor exigente y un gran motivador, recuerda Monteiro. Aterrorizó a toda una generación de diplomáticos en formación con su rigurosa asignatura en el Instituto Río Branco: para él, los representantes brasileños en el exterior también debían ser geógrafos.

En su hogar en las colinas de Berkeley, donde residía con su mujer, Carolina Sternberg, construyó un laberinto de libros y mapas en que lejos se encontraba de perderse. Carolina mantenía en orden todo aquello, relata Monteiro. y encima cocinaba feijoada para los alumnos del curso que él dictaba sobre Brasil en Berkeley.

Incluso lejos de la realidad del Amazonas, como cuando dejaba el auto en el estacionamiento de la Universidad de Berkeley en lugares reservados para ganadores del Premio Nobel, para almorzar en el club de profesores, hasta sus últimos años nunca dejó de estudiar y referirse apasionadamente a los desordenes generados por el mal uso del suelo y de la biodiversidad. El legado dejado por Sternberg a las generaciones de geógrafos que formó e influenció sigue siendo un tema de actualidad, dada la cada vez más crispada relación entre la naturaleza y el ser humano.

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