MIGUEL BOYAYANLa falta de tiempo para los trabajos domésticos fue lo que motivó a la arquitecta Célia Jaber de Oliveira a construir, con la ayuda de su hermano Lupércio Jaber de Oliveira, técnico mecánico, una máquina que plancha ropas. La invención casera, hecha para uso particular, fue tan exitosa que ella buscó el apoyo del Centro Incubador de Empresas Tecnológicas (Cietec) y de la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo (Poli-USP) para transformar al artefacto en la Agillisa, un electrodoméstico que alisa hasta 12 piezas de ropa en alrededor de una hora. En 2001 el proyecto pasó a formar parte del Cietec y se transformó en la empresa Coll Proyectos. Cinco años después la empresa fue instalada en Guarulhos, en la Grande São Paulo, y ahora se prepara para iniciar la comercialización del producto.
Antes de iniciar los estudios para la elaboración del electrodoméstico, la arquitecta encomendó, en 1997, una investigación para saber si había demanda del producto. A partir de entrevistas y de la aplicación de cuestionarios a 200 personas se comprobó que al 97 % de los entrevistados no le gustaba planchar ropa y que la máquina tenía una aceptación de un 84 %. En 1999 Celia consiguió la carta de patente de la invención.
Para alisar la ropa, el electrodoméstico libera vapor que suelta las fibras y deja las piezas levemente húmedas y suaves. Con un posterior ciclo de aire caliente esa humedad es eliminada. “Funcionaba muy bien. Todos los que veían la maquina en casa querían una también. Fue a partir de ahí que comenzamos a transformar el aparato en producto para el mercado”, explica Celia. Pero la maquina todavía trabaja de manera muy empírica, aunque los resultados fueran satisfactorios. “Como la invención es pionera, no existía mucha literatura sobre el asunto. La principal contribución académica fue la de establecer una base científica para el entendimiento de todo el proceso, mejorando la confiabilidad y la eficiencia del producto”, explicó el ingeniero mecánico Nicola Getschko, profesor de la Poli-USP y coordinador del proyecto financiado por la FAPESP, en el ámbito del Programa de Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (PIPE). “El prototipo alisaba las ropas pero no tenía un diseño bonito y necesitaba un control automático. Era necesario mirar cuando el trabajo estaba listo”, agrega Celia.
Con el perfeccionamiento, la maquina adquirió un sistema automático. Mientras que el electrodoméstico alisa las ropas, sobra tiempo para otras actividades sin preocuparse, con la posibilidad de que el tejido se queme o se manche. Para las partes más complicadas, como cuello de camisas y bajos de los pantalones, la maquina viene con dispositivos para que sean aplicados en esas regiones y facilitar el alisamiento. La economía de energía eléctrica es de cerca del 50 % en comparación con la plancha manual para alisar la misma cantidad de ropa. Celia explica que el equipo trabajó mucho tiempo intentando hacer el equipo más barato, a través de la sustitución de algunos materiales. Con todo y eso, el precio de lanzamiento de la Agilisa es de 3.500,00 reales. Después de los mejoramientos técnicos, en marzo del 2006, la empresa hizo una nueva investigación de mercado, de carácter cualitativo, y comprobó que al 89% de la muestra de 100 consumidores potenciales que presenciaron el funcionamiento de la maquina (80 mujeres y 20 hombres) le gustaría comprar el electrodoméstico. “Lo natural es que con el tiempo el producto se convierta más barato y alcance una franja mayor de mercado”, prevé Celia.
El Proyecto
Alisadora automática de ropas (nº 04/10378-1); Modalidad Programa Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (Pipe); Coordinador Nicola Getschko – USP/Coll; Inversión 211.144,00 reales (FAPESP)