Cuatro biólogos recientemente graduados en la Universidad de São Paulo (USP) aunaron esfuerzos en 2016 para lanzar un proyecto de divulgación científica. Si bien trabajaban en sitios diferentes, mantenían contacto virtual y se encontraban dos veces por mes para grabar el pódcast Alô, Ciência?, un programa difundido por internet en el cual debaten temas científicos y realizan entrevistas a expertos. “Nosotros nos conocimos cuando participábamos en proyectos de extensión en la USP y siempre pensamos en trabajar en la educación científica”, relata Marcelo Sato (“o Caramelo”, en Twitter y YouTube), hoy alumno de maestría en el Instituto de Biociencias (IB) de la universidad. En un lapso de dos años, produjeron 58 episodios, grabados en un estudio prestado por el IB. Con carácter 100% voluntario, los participantes se turnan para escoger pautas, reclutar invitados, grabar el programa y afrontar jornadas de hasta ocho horas editando contenidos. Los episodios llegan a tener más de una hora y media de duración y cada uno genera un promedio de 5 mil visualizaciones, donde la audiencia, siguiendo el ejemplo de los realizadores, está integrada principalmente por jóvenes con nivel universitario.
El proyecto sigue firme y recientemente atrajo a otros tres participantes, dos biólogos y una geóloga. Ya nadie necesita poner dinero de su bolsillo para sacar el programa al aire. Gracias a un grupo de 40 donantes que aportan permanentemente por medio de plataformas de financiación colectiva, el programa Alô, Ciência? Recauda alrededor de 400 reales por mes para el pago de pequeños gastos, ingresos que se complementan con la venta de camisetas del pódcast en eventos. “Aprendemos mucho preparando cada episodio y esa es una de las principales recompensas para nuestro esfuerzo”, dice Jefferson Silva, también alumno de maestría en el IB. Los temas que tocamos en el programa son diversos, tales como el viaje de la sonda espacial Voyager, el impacto de especies invasoras o la tragedia de Brumadinho. “Nos centramos en temas candentes de la actualidad y apelamos a un lenguaje sencillo para llegar a un público amplio. No sirve de nada denunciar al terraplanismo y a los movimientos antivacunas si eso genera impacto solamente en la burbuja de la universidad”, dice otro de los participantes, el educador en ciencias de la enseñanza fundamental e ilustrador Lucas Andrade. El grupo se propone utilizar el dinero proveniente de las donaciones para invertir en nuevos frentes, tales como videos en YouTube. “Vamos a divulgar la ciencia entre el público adolescente, que tiene poco interés por los pódcast”, dice Marco Farias, “o Marx”, también profesor de biología.
La trayectoria de Alô, Ciência? es representativa de los pódcast de divulgación científica en Brasil, generalmente producidos en forma voluntaria y con cierto sesgo activista. Con descargas que se cuentan por miles, el formato no genera la avalancha de visualizaciones de los videos en YouTube, pero concita la atención de un público dispuesto a profundizar en asuntos temáticos y a dedicarle tiempo a eso. Según la PodPesquisa 2018, un estudio realizado entre 22 mil oyentes por la Asociación Brasileña de Podcasters, el 84% del público de los pódcast en Brasil es masculino. Más o menos la mitad tienen entre 20 y 29 años de edad, y luego le sigue la franja que va de los 30 a los 39 años, con el 34%. Seis de cada 10 están estudiando o ya se graduaron en alguna carrera superior, mientras que otro 20% tienen posgrados. “El perfil sigue un patrón similar al de la gente que busca información científica en internet, también mayoritariamente masculino y con educación avanzada”, explica el biólogo molecular Luciano Queiroz, coordinador del pódcast Dragões de Garagem, quien el año pasado describió junto a otros dos colegas el panorama brasileño de los pódcast científicos en un artículo que salió publicado en Anais da Academia Brasileira de Ciencias.
El público de los pódcast científicos en Brasil es predominantemente masculino, posee nivel educativo superior y es adepto a programas de larga duración
Desde el punto de vista de los realizadores, una de las ventajas de los pódcast es su bajo costo, accesible para cualquiera que desee involucrarse en la divulgación científica. Requiere un trabajo, pero se puede generar contenidos simplemente con la ayuda de una computadora acoplada a un micrófono apropiado y dotada de un software de grabación y edición. Dragões de Garagem, por ejemplo, fue creado en 2012 y hoy en día moviliza a una red de 18 investigadores y estudiantes, algunos de ellos del exterior, que se dividen en grupos y realizan los programas vía Skype. Para evitar los ruidos en la conexión de internet, cada participante graba el propio audio en el debate y envía el archivo a un editor, que selecciona los sonidos con mejor calidad y reconstruye la charla. Un episodio dedicado al incendio en el Museo Nacional promovió un debate entre cuatro participantes: un entomólogo en Florianópolis, una paleontóloga en Alemania, un biólogo en Río y una historiadora en Brasilia. Aunque estuvieron conversando vía Skype, para el oyente da la impresión de que los cuatro charlaban alrededor de una mesa.
Un estudio publicado en 2018 por el químico Lewis MacKenzie, de la Universidad de Durham, en el Reino Unido, mapeó 954 pódcast científicos en lengua inglesa y constató que la cantidad de programas creció en forma exponencial entre 2010 y 2018. También determinó que dos tercios de ellos son presentados por investigadores. Hace bastante que los pódcast se difundieron en Estados Unidos, donde hay programas científicos muy famosos, como es el caso de Startalk, que presenta el astrofísico Neil deGrasse Tyson, generalmente con la ayuda de un comediante, o también Science Vs, originalmente creado en Australia para denunciar promesas científicas falsas en la propaganda de productos, así como aquellos que elaboran revistas científicas, como por ejemplo la Science.
En Brasil, también se transformaron en líderes en audiencia. Según la PodPesquisa 2018, hay dos programas dedicados a la divulgación de la ciencia entre los 20 más escuchados del país. Uno de ellos es SciCast, con un promedio de 90 mil descargas por episodio. Además de ser el más popular, cuenta con una infraestructura sólida. En su realización intervienen 90 voluntarios, mayoritariamente investigadores, que se turnan para producir episodios semanales. “Realizamos dos convocatorias para incrementar el equipo y mucha gente que conoce el proyecto se prestó a brindar ayuda y completó un formulario en nuestro sitio web”, dice Fernando Malta, coordinador del SciCast, graduado en relaciones internacionales y máster en ingeniería ambiental. “A partir de ahí logramos fortalecer el equipo en todas las áreas del conocimiento”. El programa generó una spin off, el SciKids, donde los científicos responden a preguntas formuladas por niños.
Los episodios más recientes abordaron temas tales como el desarrollo de software, historia de las ciudades y radiología. “El nuestro es un público lego y por eso apelamos a analogías. Buscamos explicaciones correctas desde el punto de vista académico, aunque siempre de un modo divertido”, relata Malta. La iniciativa dispone de tres fuentes de recursos: donaciones realizadas a un sitio web de financiación colectiva, que llegan a 6.400 reales mensuales; patrocinio de empresas para episodios eventuales; y la participación en concursos de divulgación científica. La Fundación Oswaldo Cruz patrocina una serie de 10 episodios sobre salud que está en producción. El SciCast es el buque insignia de un portal en internet denominado Deviante, y las ganancias obtenidas por el programa sirven para financiar pódcasts de otros temas hospedados en la misma plataforma.
Otro ejemplo con buena audiencia es Naruhodo!, que es presentado por el estadístico y psicólogo Altay de Souza y el publicitario Ken Fujioka, quienes conversan en un estudio doméstico. Los temas del programa giran en torno a preguntas de los oyentes y noticias sobre la ciencia que parecen raras o exageradas. De Souza rastrea el origen de la noticia, lee los artículos científicos en los cuales se basa la misma y plantea si tiene sentido o no. Uno de los temas recientes fue un estudio que habría comprobado la escasa inteligencia de aquellas personas que publican frases motivadoras en las redes sociales. Ellos pudieron comprobar la seriedad del grupo que realizó ese estudio, de la Universidad de Waterloo, en Canadá. Pero el trabajo, en realidad no indicaba nada sobre la inteligencia de los usuarios de las redes sociales y el objeto que estudiaba no eran las frases motivadoras, sino las afirmaciones con sentido incierto y pretendidamente profundo. El interés del grupo canadiense era generar instrumentos para ayudar a prever la propensión de la gente a creer en las fake news.
“La preparación del programa es similar a la planificación de una clase sobre un tema que aún no se domina, un desafío que para mí es apasionante”, dice De Souza, quien trabaja en una línea de investigación en medicina del sueño en el Departamento de Psicología de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp). En los episodios, él se ocupa de describir cómo funciona el proceso científico. Incluso cuando aborda temas tales como homeopatía u horóscopos, siempre evita decir que algo es cierto o es mentira. “Muestro cuán útil es la ciencia para reducir las incertidumbres con respecto a un tema determinado y que la idea de que los astros pueden controlar su vida es de una inexactitud muy alta”. El pódcast Naruhodo! está hospedado en la plataforma B9, que alberga algunos de los pódcast con mayor audiencia de Brasil, tales como Braincast, de tecnología y cultura digital, y Mamilos, de periodismo. Eso colabora para atraer a la audiencia a la que le gustan los pódcast.
Los pódcast apelan a varios trucos para ganar audiencia. Naruhodo! recurre a preguntas graciosas para bautizar a sus episodios, tales como “¿Los japoneses son todos iguales?” o “¿Cómo sé que tú eres tú y no yo?”, para acicatear la curiosidad de los usuarios, siempre brindando explicaciones basadas en la ciencia. Dragões de Garagem apela a elementos de la cultura pop y así obtuvo un número de descargas superior al promedio en programas que escudriñaban los conceptos de física y biología en episodios de la saga La guerra de las galaxias. “El humor y el tono informal tienen gran aceptación y atraen a públicos con intereses disímiles”, explica el biólogo Luciano Queiroz.
Otro recurso que está siendo valorado es el de abordar contenidos científicos relatando historias de gente real, como es el caso, por ejemplo, de uno de los episodios de Dragões de Garagem en el que la doctoranda en biología molecular Barbara Paes esgrime distintos argumentos para tratar de convencer a su abuela, una docente jubilada de 82 años, para que se vacune contra la gripe. Ya existe al menos un pódcast científico en el país que se dedica totalmente a contar historias: 37 Graus, que producen y presentan la bióloga Sarah Azoubel y la periodista Beatriz Guimarães, y ya cuenta con tres ediciones, que relataron historias vinculadas a temas tales como la lepra, aplicaciones para buscar pareja y exploración espacial. La producción es más trabajosa que la de los pódcast tradicionales. Implica la realización de entrevistas, un itinerario del relato, la narración y la edición. “Se tarda días en editarlo”, dice Guimarães.
En diciembre, el dúo ganó un premio de 100 mil reales en un concurso de divulgación científica del Instituto Serrapilheira y ahora están preparando dos nuevas temporadas, con cinco episodios cada una. “Estamos muy contentas, estamos realizando una labor innovadora en Brasil y ahora podemos dedicarnos a ello 100%”, dice Azoubel, una aficionada a los pódcast científicos, incluso los que relatan historias, desde que cuando pasó una temporada de cinco años realizando un doctorado en la Universidad de California en San Diego. “Pasaba mucho tiempo dentro del laboratorio y aprovechaba para escuchar programas”, dice. Cuando regresó a Brasil, en 2017, resolvió dedicarse a la divulgación científica y realizó una especialización en el Laboratorio de Estudios en Periodismo de la Universidad de Campinas (Labjor-Unicamp), donde conoció a su colega Guimarães. A partir de ese contacto, surgió la idea de crear 37 Graus, en alusión a la temperatura corporal humana, haciendo los tres primeros programas con recursos propios. El objetivo del dúo consiste en crear nuevos productos y ganar dinero con ellos. “Estamos desarrollando habilidades para actuar en un mercado que está en crecimiento. Nosotras apostamos a un trabajo que puede ser rentable, atrayendo anunciantes y patrocinios para los programas, y también produciendo contenidos para empresas”, dice Azoubel.
Uno de los pódcast de ciencia más longevos es el de charlas entre investigadores inspirada en un programa futbolero de la Rádio Gaúcha, en la ciudad de Porto Alegre. Con nueve temporadas y más de 350 programas realizados, Fronteiras da Ciência es una iniciativa de cuatro físicos de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS). El programa dura media hora, sale al aire por la radio de la universidad todos los lunes a las 13 h e inmediatamente queda disponible para su descarga online. Una de sus consignas es desarticular mitos recurriendo a evidencias científicas. “Nos apasionaba debatir sobre ciencia a la hora del almuerzo y poco a poco fuimos madurando la idea de transformar nuestras charlas en pódcast”, dice el físico Marco Idiart.
La idea fue puesta en práctica en un momento de indignación. En 2008, se realizó un workshop sobre “terapias cuánticas” en el campus de la UFRGS y contó con el apoyo de la universidad. “Fue algo estremecedor ver que la universidad respaldaba un tema pseudocientífico. Hice una búsqueda en Google y descubrí que el término ‘cuántica’ figuraba en internet mucho más asociado al entorno de la espiritualidad que al ‘gato de Schrödinger’”, dice Idiart, refiriéndose a la paradoja planteada por el físico austríaco Edwin Schrödinger (1887-1961) para describir el comportamiento de las partículas subatómicas. Los cuatro físicos protestaron y obtuvieron un espacio en la grilla radial de la universidad para explicar de qué trata la física cuántica. “Nuestro objetivo siempre fue el de brindar una perspectiva bien informada sobre los temas. Esta es una forma de devolverle algo a la población que nos sostiene y que financia a la ciencia”, dice el biofísico Jorge Quillfeldt. El programa genera un promedio de 20 mil descargas por semana. Los episodios que abordan la pseudociencia siempre son muy elogiados, algo que no ocurre cuando, desde la perspectiva de los oyentes, la pauta incorpora otros activismos. “En 2016, en el apogeo del proceso de impeachment, realizamos algunos programas de corte político que dividieron a nuestra audiencia y generaron críticas, como la que reclamaba que deberíamos mostrar las dos caras de la moneda”, recuerda Idiart.
La preparación del programa es como planificar una clase sobre un tema que aún no se domina, dice Altay de Souza
Los responsables de Fronteiras da Ciência organizan debates o bien entrevistan a colegas expertos en los temas que se abordan. Para ambos formatos, disponen de escaso soporte. “A veces, trabajamos durante la madrugada del domingo al lunes realizando la edición del programa para poder tenerlo listo a la mañana siguiente”, dice Idiart. Pero en cuanto a lo que depende de ellos, la iniciativa seguirá su curso y tendrá incluso una vida más larga. “Es algo grandioso poder conocer el trabajo de otros científicos, dar a conocer investigaciones interesantes que se están realizando en nuestras universidades y, obviamente, también recibir elogios”, dice la física Carolina Brito. La académica, que da clases, lleva adelante investigaciones sobre materiales amorfos y también le dedica algo de tiempo al pódcast y a proyectos de extensión para atraer a las chicas a la carrera científica, no cree que el peso de una actividad sea más importante que el de otras. “He sido entrevistada más veces por mi labor en el pódcast y en Meninas na Ciência que por mis temas de investigación”, afirma.
Fronteiras da Ciência
Dragões de Garagem
Alô, Ciência?
37 Graus
Naruhodo!
SciCast
Pesquisa Brasil*
*Pesquisa Brasil es una colaboración de la revista Pesquisa FAPESP con la Rádio USP, que sale al aire todos los viernes y está disponible en agregadores [podcatchers] de pódcast.