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BUENAS PRÁCTICAS

Militares sancionados por el abuso sexual de una investigadora en la Antártida

Dos militares de la Marina de Brasil fueron condenados por el Tribunal Superior Militar [STM] por abusar sexualmente de una investigadora en la estación Comandante Ferraz, una base científica brasileña en la Antártida administrada por la Armada. Uno de ellos, un oficial superior, fue condenado por la comisión de un acto libidinoso en un área militar y recibió una pena de un año de detención. El otro, un soldado, fue condenado a dos años y medio de reclusión por atentado violento al pudor y fue expulsado de las Fuerzas Armadas.

Ambos habían resultado absueltos por cuatro votos a uno en un juicio llevado adelante en la Auditoría Militar de Brasilia, la circunscripción judicial que investiga los casos que involucran a militares fuera del territorio nacional. Pero el Ministerio Público Militar apeló al STM, integrado por un cuerpo colegiado de 15 jueces, y el fallo fue revertido. El expediente se mantiene bajo secreto judicial y los nombres de los condenados y de la víctima no han sido divulgados. Los casos de acoso y ataque sexual no son infrecuentes en los ambientes aislados de las estaciones de investigación de la Antártida, donde científicos, estudiantes y personal conviven las 24 horas del día y existen protocolos para prevenir las importunaciones. Dos informes recientes han señalado la magnitud de este problema en las bases científicas de Estados Unidos y Australia en el continente helado (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 321). En el caso australiano, el documento incluía denuncias de contacto físico no deseado, exhibición de material ofensivo o pornográfico y chistes sexistas, entre otras, en las cuatro estaciones de investigación antártica del país.

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