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Carta del editor | 244

Mutaciones deportivas

Los genetistas saben desde hace ya algún tiempo que la mayoría de las alteraciones en los genes no hacen ni mal ni bien: son sencillamente neutras o no patológicas. Así y todo, la expresión “mutación genética” hace que surja en la imaginación su connotación más negativa, referente a enfermedades de difícil tratamiento. Los Juegos Olímpicos que se disputarán en agosto iluminan el lado positivo de dicha expresión, al recordarnos que algunas mutaciones pueden favorecer el surgimiento de atletas de punta, tal como aparece relatado en el reportaje estampado en la portada de esta edición.

En Brasil, en el marco de un proyecto en curso, se está analizando el cruzamiento de cuatro genes que pueden servir como marcadores genéticos del ADN de deportistas. Un equipo de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) creó la primera versión nacional de un índice genético que indicaría cuál es el punto fuerte de cada atleta. El objetivo es saber si el deportista tiene su mayor ventaja física en su resistencia –importante en competencias de larga duración–, en la fuerza muscular –fundamental cuando se requiere de una gran velocidad– o si se ubica en un nivel intermedio. Con tal información genómica específica, será posible montar un banco de datos que les permita a los atletas elegir las actividades en las  cuales serán más competitivos. También podrá ayudar a seleccionar talentos deportivos a temprana edad, aparte de orientar el entrenamiento de aquéllos que ya compiten.

Los expertos empezaron a tener en cuenta el conocimiento de las características genéticas empezó debido a que, en ciertas ocasiones, la información relativa a un sólo gen es suficiente como para obtener una mejora significativa en el rendimiento deportivo. Y los científicos saben también que el lado positivo de las mutaciones genéticas constituye tan sólo uno de los elementos que pueden llevar a un atleta a romper marcas y a ganar medallas. Factores ambientales, psicológicos, y culturales son igualmente importantes.

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Pueden surgir nuevas armas para el tratamiento de la diabetes con la propuesta de reglamentación de lo que se conoce como cirugía metabólica. Estas directrices, publicadas en mayo, resultaron de una reunión de expertos en Londres el año pasado. En rigor, se trata de la cirugía bariátrica, que se aplica para lograr la disminución de peso en personas con obesidad mórbida. La propuesta de alteración en la prescripción para pacientes que tienen diabetes y se ubican por debajo de la categoría de obesos mórbidos se basa en centenas de artículos sobre los efectos metabólicos benéficos de esta intervención quirúrgica. En Brasil existe una pequeña divergencia acerca de en qué casos vale realmente la pena concretar este procedimiento. La discusión es importante para la salud pública y se lleva adelante en todo el mundo: según estimaciones, alrededor de 415 millones de personas fueron afectadas por esta enfermedad en 2015.

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Tres iniciativas tecnológicas de instituciones y empresas distintas empiezan a desarrollar en robots submarinos en Brasil. Los vehículos autónomos sumergibles, tal como se les dice, pueden utilizarse de manera segura y más barata en investigaciones científicas oceanográficas, en la explotación de gas y petróleo en aguas profundas y para inspeccionar estructuras que se encuentran bajo el agua. En el exterior, algunas empresas fabrican estos artefactos y los venden comercialmente, en tanto que en Brasil las investigaciones y el desarrollo en el área son recientes. La buena noticia es que hay tres prototipos que se encuentran en etapa de pruebas. El reportaje sobre los robots acuáticos brasileños empieza en la página 62.

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