En las familias brasileñas de bajos ingresos, los niños están naciendo con un peso ligeramente superior. La buena noticia es que, ya desde la infancia, están siendo un poco más altos que los de la generación anterior. Esta información, sin embargo, viene acompañada de un dato preocupante: en esta etapa temprana de la vida, un porcentaje cada vez mayor de ellos presenta sobrepeso y obesidad. La novedad que se refiere al aumento de la estatura es bienvenida porque indica una mejoría en las condiciones de vida y la salud de mujeres y niños. Pero el incremento de la frecuencia exceso de peso es motivo de preocupación, porque eleva el riesgo de que estos niños y niñas padezcan problemas de salud tales como hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares en su adultez. El equipo encabezado por los epidemiólogos Maurício Barreto, de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) de Bahía, y Leah Li, de la University College de Londres, analizó información sobre la masa corporal de 5,75 millones de niños brasileños de familias de bajos ingresos recabada al nacer y en al menos otros dos momentos de su vida. El grupo también evaluó datos de la estatura obtenidos entre los 3 y los 9 años de edad. Al momento del parto, los bebés nacidos entre 2008 y 2014 fueron alrededor de 30 gramos más pesados que los que vinieron al mundo entre 2001 y 2007. Sin embargo, al promediar los 3 y 4 años, el 11,8 % de los niños y el 10,5 % de las niñas del grupo de 2008-2014 estaban excedidos de peso. A partir de los 3 años, los niños nacidos entre 2008 y 2014 también eran, en promedio, alrededor de 1 centímetro más altos que los nacidos entre 2001 y 2007. Otros estudios también han alertado sobre el aumento de los índices de sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes desde 1990 (Pesquisa FAPESP, ediciones nº 336 y 338; The Lancet Regional Health – Americas, 27 de marzo).
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