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Vinos

Oasis de uvas en el nordeste brasileño

OTÁVIO NOGUEIRA /WIKIMEDIA COMMONS

Un estudio realizado por investigadores de Embrapa Semiárido, Petrolina (Pernambuco), y Embrapa Uva y Vino, de Bento Gonçalves (Rio Grande do Sul), mapeó las áreas del nordeste que presentan un clima benigno para el cultivo irrigado de uvas destinadas al consumo frescas y a la elaboración de vinos. (Revista Brasileira de Engenharia Agrícola e Ambiental, edición de abril de 2012). Según el relevamiento, prácticamente no existe restricción térmica para la producción de uvas de mesa, comestibles, en la región. Las zonas con mayor aptitud para la plantación de uvas para consumo in natura abarcan el oeste de los estados de Bahía, Pernambuco y Paraíba, y casi la totalidad de Rio Grande do Norte, Ceará, Piauí y Maranhão. En esas zonas, los autores recomiendan que la vendimia de ese tipo de vid se realice entre julio y septiembre. El territorio con buen potencial para el cultivo de uvas para la elaboración de vino es algo diferente y abarca a Bahía, Pernambuco, Paraíba, Alagoas y Sergipe, así como el sudoeste de Maranhão. Los autores recomiendan que, en dichas áreas, la vendimia de las uvas destinadas a la fabricación de vino se realice entre mayo y junio. Una de las grandes preocupaciones de quien cultiva parras para vino en zonas semiáridas consiste en evitar áreas con clima excesivamente cálido, que generan uvas con tenor de azúcar exageradamente elevado y, por consiguiente, una bebida con mucho alcohol y escasa acidez. Además de utilizar datos climáticos del nordeste, el estudio adoptó como modelos de uvas adaptadas a la región a las cepas Italia y Sugraone (ambas de mesa) y la Sirah (para vino).

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