En la Gran Nube de Magallanes, una galaxia que orbita alrededor de la Vía Láctea, dos estrellas situadas a unos 160.000 años luz de la Tierra pasan cerca una de otra aproximadamente cada 33 días. En esos momentos, el brillo de la estrella mayor, de unas 35 masas solares, varía bastante (la otra estrella del sistema conocido como Macho 80.7443.1718 tiene al menos 10 masas solares). Mediante una simulación por computadora, un equipo del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian de Estados Unidos, descubrió la causa probable de la pérdida de brillo: la proximidad de las estrellas hace que las fuerzas gravitatorias aumenten las mareas en el plasma superficial de ambas estrellas, de la misma manera que la Luna tira de los océanos de la Tierra (el plasma es un estado de la materia similar al gas, a temperaturas extremadamente altas). Se forman así ondas de plasma cuya altura puede llegar a los 3,3 millones de kilómetros, lo que equivale a 2,4 veces el diámetro del Sol. Al romper sobre la superficie de la estrella mayor, las ondas generan partículas residuales que son lanzadas a la atmósfera, lo que provoca el encogimiento de las órbitas de las estrellas (Nature Astronomy, 10 de agosto; ScienceNews, 21 de agosto).
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